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012.
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—¡Pero es que ese chico no para o qué!— gritó Shima al ver todo lo ocurrido en Enies lobby, que había hecho mugiwara en el tiempo que estuvo en la isla Gyojin.
—Jaja, parece que has estado siguiendo al chico del sombrero.— dijo su tío.
— Solo me da curiosidad, ¿por qué si no Shanks le daría su más preciada posesión?— dijo con obviedad la chica.
— Jajaja, con que aún estas enamorada del pelirrojo.— dijo como si nada Rayleigh.
La chica por estaba roja como un tomate, incluso peor. No quería admitirlo ante su tío, le daba mucha vergüenza y sobretodo sabía que se burlaría de ella.
—¡¿Cómo es que sabes tú eso?!— preguntó histérica la chica.
— Ara ara, Shima-chan, lo sabe todo el mundo.— dijo Shakky como si fuera nada.
Cuando Shima escucho eso casi se le sale el alma. "¡Esto no puede estar pasando!" Pensó Shima.
—¿Y él? ¿Cómo está él?— susurró Shima, mientras se enroscaba el pelo con su dedo índice, para parecer "discreta".
—Jajajaja— rieron los dos mayores.— Manco, jajajaj.—
Shima hizo un puchero, ya sabía que estaba sin un brazo pero le dolía el no haber estado ahí para él en ese momento. Al fin y al cabo seguía siendo una niña. O eso es lo que pensaron los dos mayores.
Lo peor de todo es que ninguno de ellos contesto nada de nada, ni siquiera, Rayleigh que tuvieron un encuentro con él algunos años atrás.
— Bueno, voy a salir. No me esperéis.— dijo Rayleigh.
— ¿Ya te vas? ¡Si acabo de llegar!— Replicó con lamentos.
— Si, y me alegro que hayas vuelto, pero el tiempo es oro. Y no es que tenga mucho ya.— Dijo refiriéndose a su vejez.
— ¡No digas eso!— Le dio un zape detrás de la nuca en modo de regaño.
Ya era un poco habitual que se fuese a robar a los tenryubitos, seres que se creían lo mejor del mundo.
