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031.
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Los días transcurrieron entre fiesta y fiesta, como si una bestia, como lo es Kaido, no los amenazase cada dos por tres.
A Shima le encantaba las fiestas, se lo pasaba bien, bailaba, cantaba, socializaba, entre más cosas. Pero lo que odiaba, era que se tenía que hacer cargo de todos en ese lugar, porque era la única persona que no bebía.
Lo único que le ayudaba a llevar a sus nakamas a la cama, literalmente eran los animales. Si no hubiese sido por ellos, la pobre chica se hubiese vuelto loca. Sobre todo porque los gigantes, no era como si pesasen poco.
Por otro lado, era verdad que se lo pasaba de maravilla con sus nakamas, con Yassop; que le contaba sobre su hijo, y Shima le hablaba que lo conocía y que estaba hermoso. Con Benn Beckman; que se ponían a discutir por cualquier cosa, que los demás no entendían, y eso al final, les causaba gracia. Con Lucky Roux; se podía decir que era como su peluche achuchable, estaba todo el día abrazándolo, ella decía que le parecía mono. Los demás a ese comentario se reían del pobre hombre, cosa que a él le daba absolutamente igual.
Y así pasaba con todos los nakamas que tenía ahora. Por parte de ellos, decían que era súper cariñosa y reconfortante, siempre les animaba a todos y se reían juntos.
Por último, pero no menos importante, estaba el pelirrojo de nombre Shanks, él cada vez que veía a la chica, creía que estaba soñando, era como si un ángel cayó del cielo, o eso decía él.
Los dos estaban más enamorados que nunca, la chica estaba pendiente de él en cada momento, y él de ella también. Eso hacía salir alguna que otra sonrisa a los dos.
Pero Shima no es que se haya despreocupado de su hermanito, siempre que llega el periódico, es lo primero que busca.
Habían pasado un par de meses desde que los dos llegaron a Elbaf en el barco robado. Shima suponía que Luffy ya había salido de la Isla Gyojin. Esperaba grandes cosas de él, pero no se esperaba para nada la sorpresa que le daría.
—Doflamingo a dimitido a ser Shichibukai y a su trono en Dressrosa.— dijo Shanks, a lo que Shima, que estaba bebiendo café, casi se atraganta con él.
