¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
036.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En otro lugar, donde Shima no quiere recordar donde cierto hombre está, había risas, llantos por parte de un capitán borracho y consuelos de sus fieles nakamas.
— ¡Oh, venga ya! ¡Capitán! ¡Lleva llorando toda la noche!— Lucky Roux replicó por tercera vez en lo que llevaban de noche.
— Pero, ¡yo la amo!— lloraba de nuevo el capitán del Red Force.— Ustedes no lo entienden, nuestra historia-
— ¡Ya sabemos su historia, capitán!— Le interrumpieron todos los presentes.
— ¡Entonces sabrán que la amo con locura!— bebió un trago largo de su jarra de cerveza.— Esos ojos negros como la noche, que parecen que te quieren absorber con solo mirarlos e hipnotizan de manera caótica.— hizo un puchero para volver a llorar como un niño pequeño.— ¡La echo mucho de menos! ¡Y ya no lo volver a ver porque no me quiere! ¡Sniff!— lloró haciendo resonase por todo el barco.
— Capitán, ¡¿a que estás esperando?! ¡¿Acaso crees que merece la pena llorar y beber solo porque supuestamente ya no te quiere?!— Dijo Ben Beckman en modo de reproche.— Conozco bien su historia, y conozco a Shima suficiente para saber que ella te ama con locura al igual que usted a ella, y que por muchos baches que haya en el camino, ¡ella nunca soltará su mano!—
Eso captó mucho la atención de Shanks.
— ¡Estoy harto de oír como lloras! ¡Más aún si ya sabes que ella está a salvo y que puedes ir a por ella en cuanto acabemos! Así que, ¡deja de llorar de una vez!— grito Hongo con una jarra de cerveza en la mano.
— Creo, que voy a irme a la cama.— dijo el pelirrojo, que ya iba un poquito por las nubes.
— Será mejor que vaya contigo.— dijo Ben, viendo cómo su capitán se tambaleaba mientras caminaba.
Su fiel nakama lo llevó a la cama, y lo acostó en ella.
— Me voy ya, tienes una cubierta de peces al lado, si quieres vomitar, vomita ahí.— abrió la puerta y se fue. Dejando al pelirrojo pensativo sobre el amor de su vida.
