Estuve preparándome durante toda la mañana para invitar a Camilo a mi casa. El nivel de ansiedad que me producía toda la situación era exagerado. No podía evitar pensar en todas las posibilidades, pero la que más me aterraba era que dijera que no, o que le pareciera extraño. No tenía idea de por qué podría llegar a parecerle extraño, pero mi cabeza no paraba de repetirme que era algo que podía llegar a pasar.
Así que, cuando nos encontramos en la clase, disparé las palabras como si de pronto me hubiera olvidado de cómo se armaba una oración.
—Tú, el viernes, a mi casa en la noche.
Camilo me miró descolocado. Tenía esa sonrisa incómoda que indicaba que no quería ser descortés, pero en realidad no había entendido nada.
—Háblame en español.
Sacudí la cabeza con energía.
—Quiero invitarte a quedarte a mi casa el viernes por la noche —repetí con detenimiento.
—Oh, ¡claro! suena genial. ¿A qué hora?
Definitivamente mi sistema no había evaluado la posibilidad de que Camilo aceptara, así que, cuando lo hizo, ni siquiera supe cómo reaccionar. Creo que algo dentro de mí hizo un corto circuito.
—Espera, ¿dijiste que sí?
—Sí, claro, ¿por qué iba a decirte que no?
Fruncí la boca.
—No lo sé. Quizás porque te podría parecer extraño.
—¿Por qué me iba a parecer extraño que me invites a tu casa? Yo te invité a la mía. ¿A ti te pareció extraño?
—No, claro que no.
Él solo se encogió de hombros mientras sonreía.
—Entonces, ¿a qué hora? ¿Tengo que llevar algo?
—Había pensado como a las seis, y no tienes que llevar nada. Solo tu presencia —contesté con una sonrisa tímida.
—Cuenta con eso.
. . .
Me encontré a Mariana parada frente a la cartelera de anuncios. Tenía la mandíbula desencajada y una cara de espanto que daba risa. Me acerqué con sigilo, pero a pesar de mis esfuerzos por no asustarla, ella pegó un salto.
—¡Jesucristo, Antoni!
—Lo siento, no te quería asustar. ¿Qué te pasó?
Ella señaló el tablero en silencio.
El calendario de exámenes ya estaba publicado. En ese momento, la expresión "la vida pasó delante de mis ojos" cobró sentido.
Los exámenes.
Todo iba de maravilla en la universidad hasta que aparecieron los malditos exámenes.
Mi madrina me había dicho que era la parte más intensa de la universidad, que me iba a quemar las pestañas estudiando, que iba a desvelarme debido a la ansiedad. Supongo que todo eso me generó un poquito de miedo.
Bueno, un poquito... En realidad estaba aterrado. No podía dejar de pensar qué pasaría si llegaba a reprobar. Probablemente nada malo, pero según mi cabeza era lo peor del mundo. Así que ahora me había unido a Mariana. Ambos estábamos parados frente a la cartelera, pasmados y con cara de espanto.
—Hay que avisar al grupo. Voy a sacarle una foto al calendario y la voy a pasar. Tenemos que juntarnos, hay que estudiar.
—Shh —Le hice ademanes con las manos para que se callara—, espera, no me dejas pensar. ¿Cuál es el primer examen? Hay que estudiar eso, no podemos estudiar todo junto.
—Duh, obvio no. ¿Ibas a estudiar todo junto?
Me encogí de hombros. No quise decirle que sí para no quedar como un estúpido, pero mis intenciones habían quedado implícitas.
Una vez más, la vida me había demostrado cuán novato era en esto de la universidad.
Cuando llegué a mi casa, revisé el teléfono y Mariana ya había enviado la foto del calendario, junto a un montón de emoticones con cara de susto. Jon fue el primero en responder, a él se le sumó Benjamín, y luego aparecieron Bianca y Camilo.
Desde luego, lo primero que hice cuando mi madrina llegó del trabajo fue contarle sobre los exámenes. Sin embargo, a pesar de mi tono de exagerada preocupación, ella parecía encantadísima.
—Verte sufrir me recuerda a mis maravillosos días de estudiante. En ese momento es terrible, pero luego, cuando ya tengas tu título, vas a sonreír como yo al recordar tus días de universidad. Incluso lo vas a echar de menos.
—Yo no lo creo —contesté, luego de hacer un mohín—. No sé si llegue a recibirme, creo que el estrés me matará antes.
Ella chasqueó la lengua y me lanzó una de sus miradas.
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Amor en talla XL
Teen FictionAntoni no tiene demasiadas expectativas cuando comienza la universidad. Está convencido de que su aspecto y su forma de ser siempre lo hicieron invisible. Pero esta nueva etapa traerá consigo un montón de sorpresas que tienen que ver con amistades e...