CORAZÓN DESTROZADO || AU MIXON || ESPAÑOL

¿En qué estaba pensando él?

MJ

Llegué al salón de clases nerviosa, siempre llegaba bastante temprano. Me senté en mi escritorio y respiré hondo, se sentía bien estar sola.

Mis pensamientos pronto regresaron a ese intercambio de miradas en la cafetería, ¿en qué estaba pensando él? Creo que tal vez ha llegado el momento de hablar con Dixon, no se negaría si intentara acercarme a él. Solo necesitaba que me escuchara, eso es todo.

Todavía había tiempo para el comienzo de la clase, ¿tal vez podría ir a buscarlo ahora? Pero, se veía tan enojado...
Bueno, si espero el momento perfecto, nunca lo lograré. Ya me estaba preparando psicológicamente cuando escuché que se abría la puerta de la habitación.

—¿Esta es la clase de lenguaje corporal?—Preguntó el chico de pelo rizado y lleno de tatuajes.

—Sí. Pero aún falta tiempo para que comience la clase. —Respondí.

—Así que supongo que puedo hacerte compañía hasta entonces, ¿eh? —Él sonrió con simpatía.

—Creo que sí. —Él le devolvió la sonrisa, un poco incómodo.

—Soy Okane. —Extendió su mano acercándose a mi mesa.

—Maria Jose. M.J. —Le estreché la mano.

—M.J. Me gusta, es auténtico. —Se rió— ¿Este asiento está ocupado?

—Sí... quiero decir, no. Puedes sentarte. Ya era hora de cambiar de pareja.

— ¡OK! Creo que dudaste, pero acepto. —Se rió —Solo espero que tu novio o novia no aparezca aquí diciendo que me robé el lugar.

—No tengo novio. —rodé los ojos —Si eso es lo que quieres saber, podrías ser más original preguntando.

—Lo siento si di esa impresión —Su expresión era como si se estuviera divirtiendo — Solo pensé que era divertido la forma en que pensaste dos veces sobre la silla, me hizo imaginar cosas.

—Ella era solo una amiga.

—¿Era? —Él arqueó una ceja con duda.

—Long story short— respondí cortando el tema.

—Muy bien, no hay preguntas sobre eso. —sonrió —Bonita libreta, ¿dónde la compraste?

—¿This one? — Levanté mi libreta personalizada —Yo la hice.

—Espera, ¿hiciste tú estos dibujos? —Él miró impresionado.

—Sí, me... me gusta dibujar. —respondí un poco tímida.

—Esto es increíble. ¡Por favor, di que me puedes hacer un dibujo, te lo ruego! —Terminé riéndome de su tono teatral desesperado.

—Solo dime lo que quieres, pero te diré que no sé hacer todo.

La puerta se abrió una vez más, y el profesor seguido por un grupo de estudiantes entró.

—Pensaré en algo realmente genial. —Habló en voz baja mientras sacaba su libreta y estuche de su mochila.

Ajusté mi postura para prestar atención al profesor y Okane hizo lo mismo. Antes de que la clase comenzara oficialmente, colocó una nota adhesiva frente a mí y luché por contener la risa. El mensaje decía: "¿por qué no empiezas dibujando tu número de celular?". Escribí el número en el papelito y se lo devolví al chico rizado, que se lo metió en el bolsillo del pantalón y me guiñó un ojo con discreción.