III. Negación

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19 de diciembre

POV Pedri

Eran las diez de la mañana y Valentina seguía durmiendo. No se me iba a ocurrir despertarla después de la noche que había pasado, intenté todo para consolarla, pero en una ocasión así pocas cosas hay que funcionen. Finalmente, conseguí poner una peli con la que pareció dormir. Su móvil no dejaba de vibrar, imagino que su padre estaría preocupado, pero sabiendo todo lo que sabía me daba igual que se sintiera mal. Se lo merecía.

Me puse a entrenar en el jardín y luego fui a la ducha.

-Buenos días, vecinito.

Valentina se había puesto una sudadera mía. En sus ojos se notaba que había pasado buena parte de la noche llorando. Fui a abrazarla y le di un beso en la cabeza.

-Todavía no me creo que pasó lo que pasó anoche.

-Es normal. Tu padre no deja de llamarte al móvil. ¿Quieres que le escriba por ti? Así tú pasas el día sin pensar en ello.

-Vale, Pedri. Mejor así.

-¿Segura que no vas a querer venir a la comida? A los muchachos no les importa.

-No, no tengo ganas de nada.

-Ya sabes, si te encuentras mal, me llamas y me vengo.

-No te preocupes, había pensado hacer videollamada con Chiara y luego ver algo por la TV.

-Vale, vecinita.

-¿Me acompañas a la ducha?

-Ya me he duchado, pero...

Ella sonrió. Era una oferta que no podía rechazar. Desde el viaje a Milán habíamos creado una nueva intimidad que no querría perder por nada del mundo. Tenía ganas de compartir esto que teníamos con todo el mundo, pero ahora no era el mejor momento para hacerlo.

Ella se desnudó ante mí y se metió en la ducha y yo la imité. Ella se giró hacia mí y apoyó su cabeza en mi hombro. La abracé y así estuvimos un buen rato. Luego, nos besamos y sus manos recorrieron mi cuerpo.

-No puedo con esa carita de inocente, Valentina.

Después de la ducha, ella se cambió y se puso una sudadera y un pantalón, yo me cambié ya para ir a la comida. Ella se empeñó en hacerme una foto así vestido.

La quería subir a Insta, pero preferí guardarla para otro momento. Nos despedimos con un beso y Eric ya estaba en la puerta esperando a que saliese. En el restaurante nos encontramos con los demás, Nico y Gavi hablaban en unas escaleras, Gavi sonreía y Nico parecía estar picado por algo. Cuando se acercaron, los saludé y nos sentamos todos juntos. Miré el móvil y vi que no tenía ninguna notificación de Valentina.

POV Valentina

Si alguien me hubiese dicho que estaba viviendo en una vida paralela, me lo creería. No era posible que mi padre estuviese engañando a mi madre con otra. No entraba en mi cabeza. ¿Y mi madre? ¿Qué hará cuando vuelva? Demasiadas preguntas se agolpaban en mi mente y yo no acababa de aceptar lo que pasaba. Comí algo y me tumbé en el sofá. Desactivé las notificaciones del móvil, Pedri estaría disfrutando mucho de aquella comida, pero necesitaba tenerlo aquí conmigo.

¿Qué hacer cuando tienes que aceptar algo que es imposible? Puse la TV pero no le hacía caso y decidí entretenerme con un puzzle que había empezado Fer en la salita. Allí estuve buen parte del día. Escuché mi móvil sonar y fui a cogerlo. Era Pedri, me avisó que estaba de camino a casa, así que salí de allí y me preparé algo de merendar. Era consciente de que en algún momento tendría que volver a casa, pero hoy no iba a ser el día.

Pedri llegó a casa y me abrazó.

-¿Has bedido?

-Solo un poco, Valentina. Ven, he pensado lo que vamos a hacer.

-¿El qué?

Lo seguí por las habitaciones hasta que llegamos a la sala de juegos.

-¿Qué hacemos aquí?

-Reservaba esto para una ocasión especial, pero puede ser esta.

Se dirigió a la mesa del billar y sacó unas cintas. Las colocó en la parte de al lado y las enganchó a la parte de arriba.

-¿Qué es esto?

-Un columpio. ¿Para?

-¿Me dejas? —dijo señalando mi ropa—

Asentí con la cabeza. Él me besó y me fue desnudando. Entonces me levantó y encontré el sentido a las cuerdas, mis manos apoyadas y mis piernas colocada en cada una de ellas. Él sonrió y me abrió lentamente.

-¿Lo entiendes ahora?

Asentí con la cabeza.

-¿Quieres?

Lo besé. Él se colocó entre mí. Y cuando se quitó la chaqueta, su móvil empezó a sonar.

-No lo cojas, Pedri.

-Será un momento.

Abrió el bolsillo y sacó el móvil. Lo cogió y se separó de mí. Me bajé y me puse la ropa de nuevo. Su cara cambió de un momento a otro. Se giró hacia mí de nuevo y me pasó el teléfono.

-Valentina, es tu madre. 

La clave (Pedri González) [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora