XV. Il mondo è piccolo

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2 de febrero

POV Valentina

Los nervios y la emoción me corrían a partes iguales por todo el cuerpo. No quería volver a encontrarme a esa chica de la discoteca, pero me hacía ilusión ver cómo era el proceso de grabación y pasar más tiempo con Pedri. Nos dirigimos a una puerta que se abrió antes de que llegásemos a la altura y dentro había un chico moreno y alto sonriéndonos. Pedri lo miró de arriba a abajo y le saludó.

—¿Eres el jugador del Barcelona, no? —preguntó el chico con un claro acento italiano—

—Sí.

—Encantado, soy Lorenzo, el becario de prácticas.

—Encantado.

Pedri se giró y me hizo un gesto para que entrásemos a la sala que había a mano izquierda. Sonreí al chico y seguí a Pedri. Pasamos a una sala llena de vestuario y había unas prendas separadas que tenían su nombre.

—¿Este es tu vestuario de hoy?

—Eso es, vecinita. Voy a cambiarme en esa zona de ahí y luego pasamos a maquillaje.

El estudio era enorme. Paseé por la sala hasta que Pedri salió con unos vaqueros y una sudadera blanca con detalles en negro.

—Ya estoy listo, vamos a maquillaje.

—¿Te maquillan también?

—Claro que sí, vecinita. Ya te lo conté.

Entramos en la sala de maquillaje y no había nadie más. Pedri se sentó en un sillón frente al espejo. Sacó su móvil y empezó a grabar en el espejo.

—¿Qué haces?

—Captar tu belleza, vecinita.

—¿Ahora eres filósofo?

—Solo digo la verdad.

Me acerqué hacia él y lo besé primero en la frente.

—Qué casta un beso en la frente...

—¿Dónde quieres el siguiente?

Sonrió y se señaló el cuello cuando escuchamos unos pasos acercarse hacia nosotros y me aparté inconscientemente.

—Vaya, tenemos invitada esta tarde.

POV Pedri

La voz de Macarena acababa de cortarnos el rollo. La miré fijamente y ojalá hubiese podido callarla.

—Ya la conoces, es mi novia Valentina.

Valentina le sonrió aunque sé que por dentro no estaría pensando nada bueno.

Macarena se acercó y en silencio comenzó a hacer su trabajo. Vi como Valentina se sentía incómoda así que aguanté cinco minutos más y le pregunté a Macarena si ya estaba. Era consciente de que iba a tardar más de lo normal para joder y no iba a ser yo quien permitiese que lo alargase. Ella se dio cuenta de mi actitud y acabó antes. Ni se despidió, simplemente se fue.

—Vamos al estudio.

Valentina alucinó con toda la cantidad de luces, cámaras, los diferentes espacios en los que hacíamos fotografías o vídeos.

—Es alucinante.

—Cuando lo vi por primera vez pensé lo mismo.

La cogí de la mano y le enseñé los sitios donde ya había grabado y lo que había hecho. Ella reía con mis poses. Todo fue bien hasta que el director de fotografía llegó en la sala. Todo el mundo que había alrededor fue a sus puestos y le indiqué a Valentina donde podía sentarse.

POV Valentina

Estaba tan emocionada viendo todo el proceso de grabación que antes de que me diese cuenta habían pasado 3 horas desde que entramos. Todo el mundo iba de un lado para el otro y en el momento en que se gritaba ACCIÓN, todo se volvía silencio.

El chico que nos había recibido en la puerta había pasado varias veces por mi lado sin dirigirme la mirada. Me resultaba familiar su cara. Esos ojos los había visto en otra parte. Pedri terminó de grabar y las luces se apagaron. El hormigueo de gente se detuvo y yo me levanté para ir hasta donde estaba él.

—Se acabó chiquita. Ahora vamos a por una buena hamburguesa.

—Te lo has ganado.

—Te espero fuera, supongo que tendrás que cambiarte.

—Sí, no tardo nada vecinita.

Salí a la calle y ya se había hecho de noche. Respiré profundo el aire y en medio de la bocanada algo llamó mi atención. La puerta del coche que había unos metros a la izquierda se abrió y dos piernas corretearon rápidas hacia mí.

—Valentina, Valentina

¿Cómo es que sabía mi nombre? Cuando levanté mis ojos de sus piernas me di cuenta que era Luca.

—Ciao Luca! ¿Qué haces solo aquí? ¿Están tus padres contigo?

—Ciao! Estoy esperando a mi hermano.

—Muy bien, qué coincidencia.

—¿Y tú qué haces aquí?

—Espero a mi amigo a que salga, he venido a ver la grabación.

—Es tu novio...

Luca se rio y se tapo los ojos con las manos. Lo dijo de una forma que no pude evitar reírme.

—Guárdame el secreto ¿si?

Le guiñé el ojo y él asintió con la cabeza. Pedri salió a los pocos segundos y se quedó mirando al pequeño Luca.

—Es Luca, el niño italiano del instituto que te conté.

Pedri le revolvió la cabeza en forma de saludo y Luca le sonrió de vuelta. Instantes después el chico de prácticas salió.

Dai Lorenzo! Ti sto aspettando...

—Dai Lorenzo... —imitó Lorenzo acercándose a Luca—

Sei è Valentina.

¿Eres Valentina tú?

Asentí con la cabeza.

—Soy Lorenzo, el hermano de Luca. Gracias por ayudar a mi hermano en la escuela. No está siendo fácil este cambio para él.

Le sonreí.

—Vaya, el mundo es un pañuelo. —intervino Pedri—

Parecía no hacerle mucha gracia el hecho de que Lorenzo tuviese algo que agradecerme.

—Encantada, nos vemos en el insti, Luca.

Ci vediamo! Andiamo Lorenzo...

Luca empezó a caminar como si fuese un militar y yo no pude evitar reírme de nuevo. Lorenzo se despidió con un gesto y corrió detrás del pequeño.

—Qué sorpresa ¿no?

—Vaya, estaba más simpático de lo normal.

—¿Vamos a por la cena?

—Claro.

Nos subimos al coche y mi mente no podía dejar de pensar en el consejo que mi madre me había dado desde pequeña: Il mondo è piccolo e ha sempre un motivo. El mundo es pequeño y siempre hay una razón. ¿Significaba algo este encuentro? Y entonces me acordé de la charla que habíamos tenido por la mañana. El domingo era el cumpleaños de Lorenzo y estaba invitada.

—¿Estás bien? —susurró Pedri—

—Sí, vecinito. Parece que me ha dado algo de frío.

Él me abrazó y me recosté en su pecho. Cerré los ojos, pero. en mi mente rondaban las palabras de mi madre.

La clave (Pedri González) [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora