VII. Realidad y deseo

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20 de enero

La vida continuaba y aunque mi mente siguiera en aquel día de diciembre, el resto del mundo seguía adelante. Incluso mi madre. Mi padre volvió a casa y tuvo una larga conversación con mi madre y luego subió a buscarme. Me abrazó y me quedé inmóvil porque mi mente no sabía como reaccionar. Me pidió perdón y prometió solucionarlo con mi madre por el bien de los tres. Desde aquel día, no vivía aquí con nosotras, pero se pasaba alguna tarde a vernos para merendar o cenar. Escuché como mi madre le decía que solo poco a poco se iría solucionando esto. Probablemente tenía razón, pero yo seguía sin asumir lo que había visto.

Había cambiado con todo el mundo, sobre todo con Pedri. Me dolía estar así, pero llevábamos algunos días sin vernos porque me agobiaba que insistiera con irnos a vivir juntos. Soy demasiado joven para asumir una responsabilidad así, pero él me reprochaba que nos pasábamos fines de semana juntos e iba todo genial. Se ha portado genial conmigo, la sorpresa del primer partido del año, visitas cada tarde a casa, regalo de Reyes... pero algo fallaba y no sé el que.

Pedri explotó el fin de semana pasado, hacía de todo para acompañarme y hacerme sentir mejor, pero no había forma y decidimos estar hasta el viernes sin vernos. Al principio, hablábamos igual por Whats como cuando estábamos juntos, pero la conversación había ido decayendo y ahora solo nos contábamos las cosas que hacíamos, sin bromas ni emoticonos. Lo notaba un poco distanciado, pero entiendo que no debe ser fácil estar en su lugar.

¿Lo echaba de menos? Mucho, pero algo me impedía demostrarlo, era como si el dolor no me dejara ser la misma que era antes. Aquella mañana en el patio, me llegó un mensaje:

¿Te acuerdas de aquella ropa de marca de la que te hablé? Me han conseguido una campaña, hoy empiezo las grabaciones!!

Estaba muy emocionado por ser la imagen de una tienda de ropa y la verdad es que era muy buena oportunidad, ha sido todo muy rápido. Me comentó que si lo aceptaban, las grabaciones durarían en torno a un mes porque los entrenes y partidos no le dejan rodar días enteros. Cuando salí de clase a las 2, lo llamé.

-Enhorabuena, vecinito. Me alegro mucho.

-Gracias, chiquita. Tengo ganas de ir a ver que es lo que han preparado.

-¿Me llamas luego y me cuentas?

-Claro que sí, vecinita. ¿Sigue en pie lo de mañana?

Quedamos en que el viernes hablaríamos de lo que habíamos sentido durante esta semana.

-Sí, por supuesto. Nos vemos en tu casa.

-Puedes venir a la hora que quieras, te estaré esperando.

-Gracias, ya hablamos.

Colgué. Sonreí, sé que iba a estar ocupado por una buena razón y eso me daría tiempo para pensar aún más. ¿De verdad le hacía feliz estar conmigo?

POV Pedri

Estaba emocionado por esta nueva oportunidad, pero echaba de menos las conversaciones por la noche con Valentina, nuestras tardes en su habitación, verla dormida en mi cama. Intentaba no pensar en ello y centrarme en el fútbol, me apoyaba en mis compañeros y me forzaba a salir feliz en las fotos, pero por dentro estaba fatal. Esperaba otra reacción suya al contarle eso, se ha preocupado por mí, es lo que importa ¿no? Durante esta semana, veía fotos nuestras en mi móvil y quería volver a esos momentos. No ir a verla, hablar solo por teléfono, me estaba matando. Un día salí al jardín a dar unos toques al balón y tenía la esperanza de que se asomase, pero nada.

Llegamos al sitio y me presentaron a todo el equipo. Eran muy amables y todo el mundo estaba contento de que hubiese aceptado. Iker, el chico de organización que habíamos conocido días atrás me explicó cómo se iba a desarrollar la tarde, primero unas pruebas de vestuario, después a la sala de maquillaje y después vuelta al estudio a hacer unas cuantas fotos como primer contacto.

La primera prueba de vestuario fue divertida, los chicos encargados, Fernando y José, tenían mi talla y todo me venía a la perfección. Tenían preparados unos modelos y yo me deje llevar.

-Ustedes tienen más idea de moda, así que adelante.

Ellos rieron. Antes de irme a maquillaje, les firmé unas camisetas, una de ellas era para la hija de Fernando.

-Si no te importa un día la traeré para que te vea, está loquita con el Barça.

-Claro que sí, cuando quieras.

Me despedí y pasé a la sala de maquillaje, estaba todo preparado, pero no había nadie. Miré el móvil pero no había recibido ningún mensaje.

-Siéntate ahí, enseguida salgo.

La voz femenina procedía de una habitación contigua y yo le hice caso y me senté. Nunca me habían maquillado antes, así que era la primera vez que veía mucho de lo que había en esa mesa. Recordaba que mi madre tenía algo de maquillaje, pero no lo utilizaba mucho. Me miré en el espejo y me retoqué el pelo. Giré la silla esperando.

Una chica bajita, rubia con ojos verdes apareció sonriendo. No supe cómo reaccionar, ella me ofreció su mano.

-Yo soy Macarena, encantada.

-Pedri, encantado.

-¿Es la primera vez que te maquillan?

-Sí.

Ella rió y se dirigió a la mesa.

-Va a ser rápido. Primero vamos a hidratar la piel y luego te echaré un poco de base. ¿Puedes sentarte recto?

-Claro que sí.

Cerré los ojos y noté como sus manos aplicaban la primera crema. Sus movimientos eran suaves y me sentía un poco nervioso al sentirla tan cerca. Ella parecía de lo más tranquila.

-¿Sabes quién soy?

-Soy culé desde que tengo uso de razón, claro que te conozco.

Sonreí.

-¿Lo dices porque no me he sorprendido o puesto nerviosa?

-No quería...—me interrumpió—

-Gajes del oficio, estoy acostumbrada a maquillar a modelos y personas famosas, al principio me sentía un poco incómoda, pero al final todos somos iguales.

-Tienes razón. ¿Y tienes algún jugador favorito?

-Desde pequeña me ha encantado Piqué.

-Nos vamos a llevar bien.

Seguimos en silencio y ella acabó su trabajo.

-Muchas gracias.

-Siempre hay una primera vez para todo, Pedri. Esta superada con éxito.

Salí de allí con una sonrisa sin saber bien lo que estaba pasando. Me gustaba su forma de ser, pero en cuanto llegue a la parte del estudio donde íbamos a hacer las fotos, recordé a Valentina. 

La clave (Pedri González) [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora