XXII. Santa Eulàlia

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12 de febrero

POV Pedri

Seguía sintiendo culpabilidad por lo que había pasado. Al final aprendería a base de hostias lo que debía haber visto desde un principio. Menos mal que tenía a Fer que me escuchaba y aconsejaba siempre que podía. Mientras yo desayunaba en el sofá, él se preparaba para ir a recoger a mis padres al aeropuerto.

-¿Vendrán después?

Asintió con la cabeza. Solo hacía dos días que Valentina y yo habíamos solucionado las cosas, pero tenía una sensación de vacío. Aquel día habíamos quedado para pasarlo juntos. Ella no tenía clase al día siguiente y yo le había preparado un día sorpresa. Quería proponerle algo especial. Fer me dijo que lo hiciese cuanto antes. Y en cuanto me enteré que estos dos días los teníamos libres no lo pensé dos veces. Por suerte, las grabaciones terminarían pronto y a partir de marzo tendríamos más partidos, pero también más tiempo libre entre semana.

-¿Valentina estará aquí cuando vengamos?

-Sí, os esperaremos.

-¿Has revisado que esté todo correcto?

-Sí, lo hice nada más levantarme.

-Me alegro, venga, nos vemos bro.

Aún me quedaba preparar la ropa, esconder la maleta en el vestidor y recoger el cuarto antes de que la vecinita llegase. Cuando subí a mi habitación me asomé a la ventana. La luz entraba en su habitación y vi cómo pasó del lado al otro con el pijama puesto. Mi móvil vibró y supe que era ella.

Buon giorno vecinito, me he quedado dormida

Enseguida le respondí:

¿Puedo ir a darte los buenos días?

Obviamente

Hice todo lo que me quedaba pendiente en el menor tiempo posible y salí corriendo para allí. Su madre estaba preparando su almuerzo.

-Buenos días, ¿sabe algo Valentina?

Negó con la cabeza.

-¿Y la ropa?

-Le he dicho que esta noche cenaríamos en la casa de mi compañero de trabajo y que seguramente dormiríamos allí.

-Muchas gracias.

-Cuando vayáis a tu casa, lo arreglaré todo y lo dejaré en la puerta de casa.

Le sonreí y le indiqué que subía arriba. Al llegar a su habitación, la puerta estaba medio abierta.

-Buenos días, vecinita

-Buenos días, ¿has tardado un poco, no?

-¿Aún sigues en pijama?

Ella sonrió. Me senté en el borde de la cama y la besé. Estaba preciosa.

-¿Cómo has dormido hoy?

-Muy bien, he soñado contigo...

-¿Ah, sí?

-No, es broma. Pero ¿a qué te ha gustado pensarlo por un momento?

Apoyé mi cabeza en su pecho. Verla de buen humor era todo lo que podía pedir.

POV Valentina

No recordaba cuándo fue la última vez que compartíamos un momento de intimidad así. Tenía su cabeza apoyada en mi pecho, los dos tumbados, acariciándonos. La luz que entraba por la ventana hacía sus ojos más claros.

La clave (Pedri González) [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora