–¿Alguna vez te detienes a pensar antes de actuar? -indago Elsa molesta.
–¿Por qué de repente estás hablando como nuestra madre? ¿No deberías estar de mi lado?
–¡¿Del lado de alguien sin futuro?!
Ana pudo esperar de cualquiera una frase así, pero de Elsa. No de la única persona que desde pequeña le alentó en todo, por más irracional o estúpido que fuera.
Y ahora, por el simple hecho de no querer estudiar una carrera universitaria se había convertido para Elsa en una especie de "don nadie"...
–Sin futuro, ¿eh?
–Anna, lo siento… no es lo que quería decir…
–Pues, es lo que has dicho. Y lo he entendido muy bien.
–No, cariño, yo no -habló suplicante mientras se acercaba a la pelirroja.
–¡No me toques! -gritó con la voz rota. Ignorando el rostro dolido de la rubia y la forma cariñosa con la que, por primera vez, la había llamado. –... podrías ensuciar tu futuro si lo haces…
–Por favor, Anna, no, no digas eso… me has malinterpretado…
–¡Que no me toques! - exigió de nuevo. Tenía el rostro lleno de lágrimas y el corazón tan comprimido que le estaba costando respirar.
Miró a Elsa unos segundos antes de darse la vuelta y salir rápidamente de la habitación. No podía quedarse más ahí.
Dolía…
Dolía demasiado ya no poder ver ese futuro que cada noche idealizó.
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Quimera...
De Todo"¿Que límites estarías dispuesta a romper por ella?" "¡Todos!" - Afirmo Elsa sin dudar.