En un año muchas cosas suceden. Pueden ser malas, como la lamentable noticia del fallecimiento de Kristoff a manos de un ladrón…Y cosas buenas como Elsa graduándose de la universidad. Encontrando trabajo en una buena empresa. Mejorando considerablemente en terapia. Tanto que, Anna ya ni siquiera podía recordar con claridad esa etapa oscura que vivió en relación con su hermana. Quién se había convertido, en una versión mejorada de lo que una vez fue: atenta, cariñosa, risueña, amorosa… pero firme e intensa cuando quería.
–... ¿Qué opinas?
–¿Eh?
–Amor, ¿De nuevo ignorándome?
Anna observó el puchero que Elsa hizo tras la pregunta. Se veía tan adorable… tan hermosa… tan sexy con el cabello suelto y esa casi transparente blusa blanca que dejaba entrever el brasier negro que había debajo.
–Lo siento… pero es tu culpa.
–¿Mi culpa?
–Si no te hubieras vestido tan provocativa, -dijo la pelirroja mientras llevaba una de sus manos a la pierna expuesta de Elsa –yo no estaría pensando en otra cosa.
–Anna -llamó suplicante la rubia. –Que estoy conduciendo.
–Pero si no te estoy agarrando las manos -respondió juguetona, subiendo por el níveo muslo. Infiltrándose debajo de la falda. Acariciando la suave y cálida piel.
Elsa no pudo evitar soltar un gemido cuando sintió los dedos de Anna rozando su entrada por encima de las bragas; besando lentamente su cuello.
–Anna, amor mío. Harás que nos choquemos.
–Entonces, busca dónde estacionarte.
La rubia tragó con dificultad. La forma en como su hermana le exigió aquello, fue suficiente para hacer reaccionar su cuerpo. El cual, exigía atención inmediata.
Llevó al coche a un estacionamiento cercano. Eligió la zona más vacía y una vez que le colocó el freno de mano Anna la besó con desesperación, con firmeza, dejando en claro que ella deseaba el control.
Y en esa ocasión, pese a que ella siempre llevaba las riendas, su palpitante clítoris le exigía dejarse tomar. Y eso haría.
–Elsa… quiero follarte…
La rubia se mordió el labio al sentir como la humedad inundaba su sexo al escuchar las lascivas palabras de su hermanita. Mientras la veía sacar de su bolso un venoso dildo transparente.
–Yo… tenía planeado esto para cuándo llegaramos a casa, pero tu provocativa ropa, jodió mis planes.
–¿Me dirás que traes puesto el arnés?
Anna completamente roja, en parte por la vergüenza, y en parte por la excitación, asintió con la cabeza. Con el dildo entre las manos, abrió con esfuerzo el holgado pantalón dejando ver las cintas negras.
Por inercia, Elsa abrió las piernas.
Estaba tan mojada. Tan deseosa. Con la lujuria opacando su razón. Que se dejaría tomar por Anna. Incluso, si quería follarla en el auto de sus padres, en un lugar público, con un juguete que nunca había usado en ella.
Así que, tomó el dildo y lo colocó en la base del arnés bajo la atenta mirada de su hermana. La cual jadeo sin pudor cuando vio a Elsa lamer la punta del falo mientras deslizaba las manos por debajo de su blusa y encontraba su erecto pezón.
–¡Dios! -gimió la pelirroja. Colocando su mano sobre la cabeza rubia. Meneando sutilmente las caderas. –Elsa…
La mencionada se incorporó. Tenía en el rostro una sonrisa de suficiencia. –¿Quieres que siga? -La pelirroja no contestó. Simplemente tiró de la ropa en un claro mensaje. Así que Elsa, completamente dispuesta, se colocó sobre Anna. –¿Lista para follarme? -indago guasonamente.
Anna jadeo en respuesta mientras hacía a un lado las bragas de su hermana. Pasó sus dedos por toda la húmeda abertura, empapandolos lo suficiente para lubricar lo más que pudo el falo. Luego, llevó la punta a la entrada de Elsa y sí más, la penetró.
La rubia dejó escapar un gritito al sentirse invadida por algo tan grueso y firme. La sensación no fue la más agradable al principio, pero conforme se fue adaptando al tamaño y a las embestidas de Anna, el placer se hizo presente.
–¿Me sientes Elsa? -preguntó Anna a duras penas, mientras miraba a su hermana brincar sobre ella.
–Completamente, amor mío.
–¡Joder!
Gritó la pelirroja al unísono con Elsa. Ambas habían llegado a un maravilloso orgasmo que las dejó exhausta y con una enorme sonrisa en el rostro.
–Te amo -susurró la rubia, descansando su cabeza contra el cuello de su amante.
–También te amo. Feliz aniversario, cariño.
Sin duda, un año podía traer muchas cosas. Y Anna está segura que ese, le había traído la felicidad.
° ° °
No soy muy buena con el material hot, pero espero les haya gustado un poco.
No olviden dejar su voto ✨🤗

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Quimera...
Random"¿Que límites estarías dispuesta a romper por ella?" "¡Todos!" - Afirmo Elsa sin dudar.