El reloj en su muñeca marcaba las 9:50 PM. Y él ya estaba ahí. Más que dispuesto. Cuando la cita era a las 10:00 PM.
'Perro faldero' pensó Elsa mientras salía de su escondite y le daba la cara al hombre que inmediatamente se levantó de la banca al verla.
–Elsa… ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Dónde está Anna?
–Tiempo sin verte, Hans. Y sin embargo, con tanto que hablan de ti, pareciera que siempre estás presente.
–¿Dónde está Anna? -preguntó de nuevo. Ignorando el comentario mordaz de la rubia. Verla ahí, en lugar de la pelirroja, quién se supone lo había citado, le envío al estómago un malestar difícil de ignorar.
–¿La añoras tanto que no puedes dejar de pronunciar su nombre ni por cinco minutos?
–¿Qué quieres Elsa? Es obvio que has usado el nombre de Anna para traerme aquí. ¿Vas a intentar persuadirme de que me aleje de ella? Porque déjame dejarte muy claro que no lo haré.
–Hans, Hans, Hans -tarareo el nombre –¿Por qué te es tan difícil ver qué Anna no te quiere? O si lo haces, ¿porque no puedes entenderlo?
–Mi amor por ella es muy diferente al tuyo, Elsa. La ciega aquí, eres tú, no yo. La que debe entender que Anna no le pertenece, eres tú. Así que, ¿dime dónde está? Porque yo NO me trague esa absurda mentira de que está resfriada y por eso no llegaron a la comida del viernes. O que su celular se extravió. Dime, ¿Qué le has hecho a tu hermana?
El tenso silencio solo duró unos segundos antes de que Elsa lo rompiera. Sus carcajadas hacían eco por todo el desolado parque. Dejando desconcertado a Hans.
–Sabes -dijo Elsa con dificultad mientras intentaba controlar su ritmo cardíaco. –Voy a contarte un secreto. Anna y yo… somos amantes. Nos amamos. Y tú, has estado estorbando. Impidiendo qué nuestra felicidad sea completa -espeto con los dientes apretados. –Y ya me harté de esto…
Hans dio un paso hacia atrás mientras alzaba las manos en modo de rendición completamente asustado. La rubia le estaba apuntando con una pistola.
–Oye, no cometas una tontería.
–Tontería fue no dejarte en claro que Anna me pertenece. Pero contigo fuera, finalmente dejará de luchar y pensará solo en nuestro amor.
La forma en que la rubia dijo aquellas palabra volvió a enviarle una gigantesca señal de alarma a Hans. Sobre todo al ver la determinación mezclada con locura en aquellos ojos azules que parecían resplandecer. – Elsa, todo esté tiempo has malinterpretado mis intenciones. Yo jamás he querido algo más que una amistad con Anna.
–¿No? Entonces, ¿por qué te has empeñado en meterte en medio?
Hans tragó saliva. Temía que sus próximas palabras lo condujeran a su muerte. Pero debía hacerlo. –Porque tú estás mal. Desde que Anna se entregó a ti y te dio el pase libre de hacer con ella lo que quisieras, te has convertido en una auténtica lunática. ¡Mírate! Tus celos enfermizos han llegado a tal grado de querer asesinarme. ¿Qué sucederá luego de que lo hagas? ¿Qué pasa si alguien más quiere cuidar de Anna? ¿También lo matarás? ¿Eh?
Elsa chasqueó la lengua –Así que has sido tú quien le ha metido esas absurdas ideas a Anna. De no ser por ti, no tendría que haberla encerrado en nuestra habitación para que no se fuera de nuevo.
–¿Qu-qué…? ¿La tienes prácticamente secuestrada? ¡¿Es que has perdido la razón?!
–Querer tener a MI MUJER alejada de depredadores como tú, no es ningún crímen.
–¡Entiéndelo de una maldita vez! Yo nunca estuve enamorado de Anna. Si me acerqué a ella fue porque estaba enamorado… de ti. -Elsa lo miró como si le hubieran salido dos cabezas de pronto y aquello fuera completamente inconcebible y asqueroso. –Ella no lo sabía. Con el pasar del tiempo nuestra confianza fue tanta que se lo dije. A lo que ella terminó diciéndome que también te amaba, más allá de algo fraternal. Me costó, pero lo termine asimilando al verla juntas. Sin embargo, tú empezaste a convertirte en esto. En herirla. En manipularla. No podía quedarme al margen.
–Claro, y yo soy una princesa Disney que puede controlar el hielo. Tu historia ha sido emotiva -dijo Elsa con sarcasmo. –Sin embargo, tristemente, se tendrá que ir a la tumba contigo.
Y la conversación llegó a su fin… con el sonido del arma al dispararse…
°°°
Esto se descontroló!
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Quimera...
Acak"¿Que límites estarías dispuesta a romper por ella?" "¡Todos!" - Afirmo Elsa sin dudar.