El tik-tak del reloj la estaba volviendo loca. Su pierna no paraba de golpear constantemente el suelo. El sabor a madera en su boca tras haber mordido el lápiz frenéticamente hasta haberlo roto, le había revuelto las tripas. Su cerebro no tenía ni idea de lo que su profesor decía… su mente solo recapitulaba, una y otra vez la discusión que había tenido con Anna hace dos días… Ese estúpido momento donde uso mal las palabras y terminó hiriendo a Anna.
Ahora debía buscar la forma de explicarse, de hacerle ver a su hermana que lo que intento hacerle ver fue que no debía perder su futuro por ella; ella podría sin problemas esperar hasta el momento adecuado para que ambas pudieran vivir su historia de amor.
Pero, ¿por qué todo se estaba volviendo tan complicado?
¡Mierda!
Debía haber algo… ¡Y debía hacerlo ya!
Así que, importandole un completo carajo todo, se levantó con brusquedad de la silla dejando a todos los ahí presentes anonadados, tras verla salir del aula a mitad de la clase.
Debía hablar con Anna, profunda y detalladamente. Necesitaban hablar de su futuro. Trazar un plan, un modo de alcanzar su sueño… pero juntas.
Le tomó más de 20 minutos llegar a la escuela de Anna y casi media hora encontrarla. Estaba demasiado agitada, demasiado frustrada, demasiado desorientada. Y odiaba sentirse últimamente así…
Sobre todo odiaba ese inestable sentimiento destructivo que se instalaba en ella cuando Hans estaba cerca… tal y como ahora lo estaba de Anna.
–Ya estoy harta de ti -gruño Elsa tras tomar de la camisa a un desorientado Hans y aventarlo al suelo. No deseaba seguir viendo como abrazaba a Anna… ¡Porque es SUYA!
–¿Elsa? ¿Qué rayos… ? -balbuceo Anna con el ceño fruncido mientras se agachaba para ayudar a Hans.
–¿Hemos discutido un poco, y tú inmediatamente te arroja a sus brazos? -cuestionó molesta. Casi furica.
–Elsa… necesito que te calmes… xfavor…
Pidió la pelirroja con la voz un tanto temblorosa. Distinguiendo rápidamente el estado voluble que desprendía Elsa. Cuando se ponía de esa forma se transformaba completamente. Dejaba de ser recatada, dulce, educada… para convertirse en alguien territorialmente explosivo.
Era verdad que a veces disfrutaba esa actitud, pero otras veces temía por lo que Elsa podía ser capaz de hacer. Y con Hans ahí, no terminaría en nada bueno, tal cuál, como la última vez…
–Vine hasta aquí, quería disculparme, remediar lo estúpida que fui, pero me siento aún más estúpida ahora. Yo preocupandome por nuestro futuro y tú… con este hijo de puta…
–¡Ya basta, Elsa!... Estás armando un show… date cuenta que estamos en la escuela.
La rubia observó a su alrededor y se dio cuenta que tenía bastantes miradas sobre ellas. Apretó los puños, respiró profundamente varias veces. Tomó bruscamente del brazo a Anna y la obligó a caminar.
Apenas habían dado unos pasos, cuando Elsa sintió un firme agarre en el hombro.
–No tienes derecho a tratarla así -afirmó Hans. –¿Quién te crees?
–Hans, está bien -intervino Anna. –No pasa nada.
–Si, Hans, -pronunció con asco su nombre –todo está bien. Así que deja de entrometerte entre ella y yo
Tras salir de la escuela, Anna se soltó con brusquedad de Elsa –¡¿Qué carajo te pasa?! -cuestionó mientras se metía a un callejón. –¿Podrías dejar de actuar como un loca?
–¿Y tú podrías dejar de actuar como un zorra?
El sonido de una cachetada fue todo lo que escucho por los siguientes segundos. Anna estaba furiosa, pero al mismo tiempo se sentía tan débil. Sentía que en cualquier momento se echaria llorar. Mientras la rubia, simplemente se había quedado anonadada.
–¿Qué te está sucediendo, Elsa?
De la nada, la rubia se dejó caer bruscamente sobre el asfalto, llorando desconsoladamente. Aquella imagen le partió el corazón a Anna, quien sin pensarlo dos veces, se aproximó a Elsa y la abrazo.
–Lo siento tanto, Anna. Sé que mi comportamiento no ha sido el adecuado, pero no puedo controlar el miedo que tengo de perderte. Yo solo quería arreglar las cosas contigo, que comprendieras que no quiero que por mi culpa abandones las oportunidades que nos dan nuestros padres. Nuestro amor es fuerte, puede esperar. Pero parece que tu prefieres estar con Hans.
–Elsa, entiende que la universidad nunca fue opción para mi, incluso desde antes de nuestra relación. Papá lo entendió. Tu deberías hacer lo mismo… Y con respecto a Hans, ¿cuantas veces debo repetirte que entre él y yo, solo hay una buena amistad?
–¿él lo ve de esa forma?
–Por supuesto que sí. Además, sabes muy bien que solo te amo a ti.
–Entonces, si me amas de verdad, ¿te vas a comportar?
–¿Qué quieres decir?
–No te estoy pidiendo que lo dejes de hablar, solo que lo mantengas a raya. No quiero verlo en la casa, a no ser que mi madre insista. Ni que salgas a solas con él. ¿Puedes hacer eso por mi, Anna? ¿Por nuestro amor?
La pelirroja observó el abatido rostro de su hermana. Aún tenía rastros de lágrimas y una mancha roja donde le había dado la cachetada. Verla en ese estado le encogió el corazón. Así que, con todo el pesar, aceptó las demandas de la rubia, sellandolas con un sutil beso.
°°°
Creo que aquí hay muchas
🚩🚩🚩Red Flags 🚩🚩🚩
¿Ustedes que opinan?

ESTÁS LEYENDO
Quimera...
Random"¿Que límites estarías dispuesta a romper por ella?" "¡Todos!" - Afirmo Elsa sin dudar.