Anna observó la fecha en el calendario. Hoy tocaba visita mensual de sus padres. Si bien, Elsa estaba mejorando considerablemente con las terapias que ahora llevaba, aún los momentos de tensión la ponían en un estado que le provocaba miedo. Sin embargo, y a pesar de sus propios traumas, tras todo lo que había pasado con Elsa… la seguia amando. Y su deber como hermana y amante era quedarse a su lado. Ayudarla a sanar… a reparar todo lo que se hubiese roto entre ellas…
El timbre resonó por la casa sacándola de sus pensamientos. Suspiró con pesadez al observar el reloj en la pared. Media hora antes de lo acordado. Eso solo significaba que su madre venía sola.
Escucho a Elsa e Iduna conversar en la sala. Rezando para que su madre no mencionará a Hans ni a ningún otro hombre solteroencantados de conocerlas. Hoy en particular, estaba algo cansada y ser la mediadora en la conversación no le hacía gracia. Sin embargo, colocó la mejor de sus sonrisas y salió con la comida en manos.
–Mamá, ¿Pá no vendré hoy?
–Si, pero mucho más tarde. Ya conoces a los hombres. Los negocios son primero. Aunque sin ellos, no podríamos ser felices.
Tras esa frase, Anna quería abofetear a su madre. Quería que se callara. –Entonces, ¿Prefieres comer ya? -preguntó deseando cambiar el rumbo de la conversación. Observando de reojo a una Elsa que fingía estar concentrada en colocar los platos.
–Me parece bien -respondió sencillamente Iduna y aquello alivio a Anna. Pero la calma le duró poco cuando su madre volvió a hablar minutos después. –Por cierto Anna, Hans pregunto por ti.
La pelirroja sabía que aquello era una mentira. Hans había rato lazos estrechos con ella, solo se hablaban si era realmente necesario. Al parecer Elsa había hecho muy bien el trabajo de asustarlo.
–¿Quieres pasta o arroz? -preguntó Anna ignorando el comentario de su madre.
–Un yerno estaría bien.
El sonido de la vajilla estrellándose una contra otra, llamó la atención de Iduna y Anna.
–Madre, -habló entre dientes la rubia –Anna y yo estamos perfectamente bien así. Nos tenemos la una a la otra. No necesitamos a nadie más.
–Cielo, me enorgullece saber que su amor de hermanas es tan intenso, pero tú no puedes darle más que eso…
Anna se percató de lo tensa que se había puesto la rubia. Y a pesar de miedo que le generaba acercarse a su hermana cuando tenía esa intimidante mirada, decidió actuar ante de todo se saliera de control.
–Elsa, ¿Me ayudas a traer el platillo principal?
Una vez que estuvieron en la cocina, la rubia golpeo la mesa. Sentía la sangre hervirle y la mente dándole vueltas.
–Estoy harta de soportar esos comentarios. ¿Acaso no puede comprender que tu y yo nos podemos dar todo?
–Cariño, ella no puede comprender. Es nuestra madre. -La pelirroja tomo el rostro de Elsa y empezó a dejar pequeños besos sobre las mejillas, la nariz y los labios. –Debes ser paciente. Y comprender nuestra posición.
–Lo siento. A veces olvidó que nuestro amor no es libre…
–No es necesario que toda la gente lo sepa para que sea libre. Con que lo disfrutemos nosotras y seamos felices, es más que suficiente. ¿Ok?
–Ok…
Elsa besó sus labios con ternura. Cómo últimamente lo estaba haciendo.
Tomó la comida antes de exahalar ondo y salió de la cocina. Permitiendo que Anna soltara el aire que estaba reteniendo. Contener los celos e impulsos de Elsa se había vuelto más sencillo, pero aún le provocaba un poco de miedo.
Al menos su hermana estaba poniendo mucho de su parte. Conteniendose como ahora, o como cada vez que Anna no se sentía cómoda con el contacto físico. Secuelas de la semana que paso encerrada por lo Hans.
Aún quedaban muchas cosas por sanar, pero al menos, ambas estaban poniendo su mayor esfuerzo.
Coloco de nuevo su mejor sonrisa. Y salió del lugar dispuesta a luchar por amor.
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Damas y caballeros.
Espero estén disfrutado...
No olviden dejar su estrellita ✨🤗

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Quimera...
Random"¿Que límites estarías dispuesta a romper por ella?" "¡Todos!" - Afirmo Elsa sin dudar.