Cuando era niña, escuchó decir a Anna completamente emocionada que una de sus amigas era súper inteligente y tímida, y que eso la hacía super linda. Luego, mencionó fascinada lo elegante que era la chica de su salón de alado. Después, habló del hermoso poema viviente que parecían las chicas femeninas.
Siempre, en cada etapa, se esforzó al máximo para ser aquello que Anna deseaba. Moldeando su ser y ocultando su verdadera esencia. Todo por amor. Todo para que su pequeña hermana la viera. Solo a ella.
Se había desvivido, ¿Y Anna la abandonó sin más? ¿Qué había hecho mal? ¿Cuál era el problema? Hacerle ver qué la quería solo para ella, ¿era incorrecto?
¡Qué absurdo!
Anna había aceptado su amor, su verdadera naturaleza tras la pelea con Hans, esa que recordaba perfectamente. Incluso, la aprobó en aquella rueda de la fortuna en donde aceptó ser suya.
¿Entonces por qué? ¿Por qué se había ido tan de repente? Necesitaba pensar y el ruido insistente que se colaba en sus oídos no se lo estaba Permitiendo, así que, busco el Origen. Se trataba del celular de Anna y la llamada de una pertinaz Iduna.
–¿Qué sucede, madre?
–¿Elsa? ¿Dónde está Anna?
–Ocupada. ¿Qué pasa?
–Me hubiera gustado darle personalmente la noticia a ella, pero ¿puedes hacerlo tú? Dile que me he topado a Hans, y que después de persuadirlo tenazmente he logrado que venga a cenar el próximo viernes con nosotros.
Elsa apretó con furia el celular mientras sentía un hormigueo caliente por todo el cuerpo, como cada vez que mencionaban a es imbécil.
–Se supone que el viernes es comida familiar, ¿no?... ¿Si comprendes lo que eso significa?
–Por está actitud tuya es que prefería hablar con Anna. Ella sí aprecia mis esfuerzos.
–Madre, necesito que entiendas algo: Anna no está interesada en él. Ella ya está con alguien más. Ama a alguien más.
–¿Quien?
–Su nombre no importa. Solo importa que le ama.
–Cariño, cuando mantienes a alguien entre las sombras, como Anna a ese supuesto amor, significa que no es digno de presumir, que no vale la pena. Incluso, podría sentirse avergonzada de esa relación… y puede que también…
Elsa dejó de escuchar la voz de Iduna, en su lugar se instaló un pitido infernal que retumbaba en sus oídos y taladrada su cabeza.
¿Por eso se había marchado Anna? ¿Se había dado cuenta que su amor no valía la pena? ¿O había sido… ? ¿Era posible…? ¿Que había sido por Hans?
Un grito bestial resonó por todo el departamento, y tras el, el ruido de cosas rompiéndose. Elsa aventó el celular contra la pared y empezó a destrozar todo lo que había a su paso. Descargando la inmensa furia que se había apoderado de ella. Dejando escapar lágrimas que quemaban fieramente.
Solo se detuvo cuando en medio de todo el caos, el resplandeciente brillo de un copo de nieve llamó su atención.
Lo miro por largo rato antes de tomarlo entre sus manos heridas. Manchandolo de un llamativo rojo.
–Anna -susurró mientras intentaba limpiarlo. Obteniendo el efecto contrario. –Mi Anna. Mia.
°°°
¿Ocultar lo que realmente somos, nos puede llevar a un camino tan distorsionado?
P.d. Siempre es inspirador leer sus comentarios. Gracias.

ESTÁS LEYENDO
Quimera...
Acak"¿Que límites estarías dispuesta a romper por ella?" "¡Todos!" - Afirmo Elsa sin dudar.