Lista para esto. Fleur y Tonks.

Capítulo 37

  Mientras la metamorfomaga descansaba justo un día después del ataque a la madriguera y de que se asegurara de que nadie le comentara a Fleur sobre su estado, Grimmauld place se convirtió en un caos total.

Los Weasley llegaron por la mañana junto a los padres de Hermione y Harry, esto complicó demasiado las cosas debido a que Narcisa, Bellatrix y Draco tuvieron que permanecer ocultos en la habitación de este último a la espera de nuevas instrucciones.

Una vez arreglada esa situación, solo los Granger y la menor de los Weasley decidieron quedarse, los padres de Hermione para asegurarse de que su hija estuviera bien y Ginny porque tenía demasiadas dudas por ser resueltas.

Cuando la castaña convenció a sus padres de que todo se encontraba en orden y que no existía necesidad de permanecer en el lugar, estos partieron a su hogar con la promesa de que su hija volvería a verlos antes de regresar a Hogwarts.

—Creí que nunca podríamos salir—se quejó Bellatrix mientras se adentraba en la habitación de su sobrina donde todos los demás la miraban intrigados.

— ¿Te escondías de los Granger? Te creí más valiente Bella—Se burló Tonks.

—No digas tonterías, deberías descansar en lugar de estar especulando cosas.

— ¿Tanto repudias a los muggles?—cuestionó Ginny molesta.

—No es así, malinterpretaste la situación—contestó Hermione tranquila—creo que hay muchas cosas por explicar.

—Te lo resumiré, pequeña comadreja—dijo Bellatrix altaneramente— No todo es lo que parece, primero, yo no odio a los muggles ni a nadie que no sea sangre pura, no torturé a los Longbottom, pero si he matado, he torturado a personas para obtener información. Luché en una guerra. Crees que no se puede confiar en mí, que no puedo permanecer en un bando, que le soy leal al señor tenebroso. Pero no es así. Le soy leal a mi familia, al amor que les tengo a mis hermanas, a mis sobrinos, a mi primo, al cual no maté y a la promesa que le hice de cuidar al amor de su vida.

—Pero...—trató de interrumpir Ginny y se detuvo al ver como Narcisa levantaba una mano pidiéndole silenciosamente que no lo hiciera.

—Me encontré en el lado equivocado de esta lucha, pero fue solamente por los ideales de mis padres, no porque yo lo quisiese así. Y si, anoche ataqué tu casa, pero me aseguré de que nadie saliera herido, al menos hasta que ese idiota de Dolohov atacó a Dora. —Hermione tomó su brazo intentando reconfortarla— sigo sus órdenes por la única y simple razón de que si me niego le hará daño a los que amo. Nuestra generación cambiará los ideales plantados por la familia Black y si tengo que fingir ser una demente que odia a los demás para que esto se cumpla, así será.

—Señorita Weasley, espero que entienda que no hay alguna otra cosa que nos importe más que el bienestar de nuestra familia—agregó Narcisa—nunca hemos comentado nada acerca de la orden ni hemos utilizado nuestra posición para intercambiar datos o revelar misiones, a menos que esto interfiera con la integridad o salud de alguno de nosotros.

— ¿Harry sabe? ¿Que no mataste a Sirius?—preguntó la pelirroja.

—Sí, él y Dumbledore. Harry lo comprendió muy bien y también sabe quién lo mató en realidad, pero me temo que esa información no podemos revelarla aún.

—Entiendo...tengo muchas dudas más.

—Si está en nuestras manos responderlas lo haremos—contestó Narcisa diplomáticamente.

— Esto es más bien un comentario, porque ahora pude confirmarlo, pero Remus—Ginny miró al licántropo a los ojos y continuó—lamentó mucho lo de Sirius, puedo comprender cuánto se amaban y me alegra saber que aunque él no esté aquí se aseguró de que no te sintieras solo.