Extra 17: Mentira

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— ¡Ya casi es la fecha, ya casi es la fecha! — tan emocionados como podían estar, los menores de la familia Madrigal estaban dando vueltas en el cuarto de Isabela mientras se perseguían mutuamente.

— ¡No pisen las plantas! — en cambio Isabela intentaba que ni su primito ni hermana arruinaran su colorido y único jardín que le había costado demasiado hacer.

— ¿emocionada? — Luisa era toda sonrisas desde que se enteró del compromiso, de hecho todos lo estaban, era la primera boda que se celebraría de la nueva generación, la primera boda que verían muchos de los más jóvenes del pueblo ¡y justo a tiempo para que sea de la familia Madrigal!

— Mucho — con una gran sonrisa en su rostro, Dolores estaba casi soñando en ese momento, ya casi era la fecha que habían programado para la boda ¡ya casi iba a ser su día especial!

— Y deberías estarlo más con la sorpresa que les estén preparando — con una sonrisa burlona, el cambiaformas estaba impaciente por saber de qué tanto estaban hablando los adultos afuera, y por eso precisamente todos los jóvenes de la familia Madrigal y el único Guzmán estaban ahí por órdenes estrictas de la matriarca del pueblo, pues la idea era que Dolores no escuchara lo que le tenian planeado y de una vez enviaron a todos los posibles soplones a pasar todo el dia con ella, en cambio por parte de Mariano, pues el estaba ocupado midiéndose el veinteavo traje para la fecha especial, según una muy fuente confiable (Emmanuel).

— ¿todos ya tienen su traje para la boda? — mostrando sus dotes de líder, la mayor de los nietos Madrigal hablo, pero la única respuesta que recibió (si a eso se le podía llamar respuesta) fue que todos voltearon a ver a Mirabel, quien solo desviaba la mirada inquisitiva de su hermana — Mirabel ¿Qué hiciste?

— Yo... digamos que le pedí los vestidos a todos para darles algunos...¿detalles? — con la mejor sonrisa que pudo hacer, la próxima matriarca solo pudo gritar cuando sintió que algo la agarraba de la cintura y la empujaba para quedar al frente de Isabela.

— Dime que los vestidos están listos —diciendo cada palabra lenta y suavemente, como si se estuviera conteniendo para no explotar, Mirabel solo pudo reforzar su sonrisa no muy sincera.

— ¿la mayoría?

— ¿me estas respondiendo o me estas preguntando? — usando una voz cada vez más suave pero que se sentía más peligrosa con cada segundo, Mirabel estaba confirmando que luego de su tía, la segunda persona más peligrosa para molestar de la familia era Isabela, lo que posiblemente no sabía era que ella compartía el lugar con su hermana.

— ¿respondiendo?

— ¿Entonces estas lista para esos cinco bebes? — intentando cambiar de tema para salvar a su hermanita, Luisa saco a relucir lo dicho por Dolores unos años atrás, causando la risa entre los nietos Madrigal, solo la misma Dolores no se rio, en cambio solo abrió demasiado los ojos mientras se sonrojaba para luego mirar a Emmanuel con una mueca, siendo que el pobre chico no había entendido nada.

— ¿Quieres cinco niños, Dolores? — preguntando con una mirada demasiado inocente, la mayor no supo cómo explicar lo que había dicho antes por lo que solo esquivo la mirada, mientras Camilo le explicaba a su novio lo que decían como si fuera un niño pequeño.

— Mariano es el que quiere cinco mocosos, Emma —abrazando a su novio desde atrás, Camilo intentaba acercar mucho más al chico si es que era posible.

— No — dando esa respuesta tan corta pero contundente, el García estaba extrañado ¿Cómo es que todos tenían esa imagen de su primo?

— Claro que sí —esta vez siendo Isabela la que le respondió al menor, intentando sonar segura pero consiguiendo todo lo contrario.

— ¿Cuándo dijo eso? —intentando llegar al fondo del asunto, viendo fijamente a Dolores, pero ella seguís observando la planta que tenía a su lado como si de alguna forma hubiera entendido lo hermosa que era.

— La mañana de la cena de compromiso de Mariano e Isabela — esta vez siendo Camilo quien tomó la palabra, no sabía si estaba más curioso con el ceño fruncido que puso Emmanuel o más bien enternecido por esta, debatiéndose si tenía que seguir preguntando o tocar los cachetes del menor.

— El no dijo nada de eso —todos miraron confundidos al menor de los Guzmán, pues todos escucharon a Dolores decir esto ese día.

— Pero ese día dijiste que Mariano estaba presumiendo —Camilo dijo dudoso de lo que estaba pasando, pues cuando escucho a su novio decir esto pues simplemente creyó que el comentario de los cinco niños venia de ahí.

— Pues sí, pero ya sabes cosas como "te apuesto que todo va a salir genial" o "no te sientas celoso, tu también te casaras algún día" y esas cosas pero ¿Quién les dijo eso? —todos voltearon a ver inmediatamente a la prometida, la cual ahora hacia la misma sonrisa que tenía Mirabel hace unos momentos.

— Dolores ¿escuchaste bien ese día? — Mirabel, intentando buscar una excusa (siendo muy pobre la que escogió) para salvar a su prima mayor favorita de su hermana que ya estaba haciendo crecer un cactus al adivinar lo que había pasado.

— Sí — con el tono más dulce que pudo hacer, Dolores no le quitaba el ojo a Isabela quien se le acercaba lentamente.

— Esa parte nunca la dijo ¿verdad? — diciendo esto con el mismo tono que hace unos momentos, la desaprobación marcaba cada acción de Isabela.

— Jejejeje No — y casi inmediatamente Dolores tuvo que salir a correr para no ser alcanzada por su querida prima, quien al parecer le tenía un poco de compasión por su próximo compromiso y no utilizo sus plantas para alcanzarla de inmediato, dando vueltas por toda la habitación se parecía mucho a la escena que estaban haciendo Mirabel y Antonio hace solo unos momentos pero a diferencia de la imagen tierna que mantenían los más pequeños de los Madrigal, esta era mucho más graciosa ya que mientras corrían Isabela le reclamaba a gritos a Dolores y esta última se disculpaba una y otra vez dando sus razones para hacerlo.

— No deberíamos detenerlas — siendo Luisa quien dio la propuesta, los demás solo volvieron a ver a las jóvenes para contestarle.

— No, parece que se divierten — Camilo fue el que contesto, y lo que decía era cierto, pues aunque se gritaban, las dos tenían sonrisas en sus rostros para ese momento.

— ¿Ustedes dos tienen algo que discutir para que se persigan? — Emmanuel dijo esto señalando a su novio y a Luisa, quienes solo se rieron mientras se miraban con algo de desconfianza, resulto que hubo muchas más perseguidas de los que esperaban ese día

Camuflaje (Camilo Madrigal x Male Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora