Prólogo

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ARABELLA

Dicen que todos los caminos conducen a Roma, en este caso solo nos quedan dos opciones, salir huyendo o adentrarnos a la aventura. Y no me caracterizó como una persona a la que le guste huir o dejar las cosas a medias.

Esa noche todo cambio. Muchos dicen que fue mi perdición. Pero yo no lo veo así, para mi él fue mi salvación.

Estaba destinada a ser la futura señorita de elite. La hija ejemplar, presidenta de la clase, educada y entrenada para ser la heredera del grupo Park. Estaba dispuesta a todo por seguir ese camino tan bien trazado que me tenian mis padres.

Pero los hilos del destino no lo quisieron así, ese día en el que tuve que ir en busca de Mysie todo cambio.

Esa noche en el bar de mala muerte en el que mi querida y traviesa hermana estaba junto a su novio y grupito de amigos, lo conocí. 

Para mi un idiota empedernido, pero para muchos "El chico malo". Eso era solo una fachada, porque con el tiempo que pasamos juntos llegue a conocer una parte suya que no conocía nadie. Y de la que aún sigo enamorada.

Si. Es mi tipo de chico. Porque aunque quisiera negarlo, me atrae y me aterra a partes iguales.

Él fue quién hizo trastabillar todo mi perfecto mundo. Y si no fuese por él hoy estaría viviendo la vida que jamás quise para mí.

Porque ser actriz se volvio mi profesión  favorita. Ellos querían que actuase como un robot y ser el orgullo. El trofeo que mostrar en cada gala del grupo Park. Pero al conocerlo todo eso desapareció. Porque me mostró un lado de la vida que no conocía y que me aterraba conocer, por miedo a dejar de ser la señorita perfecta.

Esa noche en la que Mysie y Haizea me tendieron una trampa a la que caí redeondita. Todos mis caminos me llevaron a Roma, donde él era quién me esperaba al final.

¿Quien lo diria?

¿Cliché?

El chico malo y la chica buena. (O no tan buena) Juntos una mezcla explosiva.

Él es un chico malo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora