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ARABELLA:

Hoy definitivente es de esos días en donde no debería haber salido de mi departamento. Esos días en donde te levantas con el pie izquierdo y sabes que todo lo que hagas en el jodido día va a salir mal.

Enumero los hechos que me indican que hoy sera un día pésimo.

1. El despertador no sono a la hora indicada o yo no lo senti, apuesto más a la segunda opción.

2. Cuando me estaba duchando me quede sin agua caliente y me tuve que terminar de lavar el cabello con agua helada.

3. Por el motivo numero dos discuti con la casera del edificio, la señora Lee puede ser un autentico dolor de cabeza cuando se lo propone y no acepta sugerencias que impliquen un gasto y genere una perdida.

4. El trafico en la ciudad de Seul fue más pesado de lo habitual y tarde más de veinticinco minutos en llegar a la empresa.

Podria seguir enumerando los hechos pero estoy muy consciente de que hoy, definitivente no es mi día

Miro la hora en la radio del auto y suelto un suspiro. La reunión con el señor Kang comenzo exactamente hace quince minutos y yo sigo atrapada en el estacionamiento.

¿Por qué?

Porque un idiota había dejado aparcada la moto en el único lugar vacío.

¿Que clase de idiota deja una motocicleta en el estacionamiento para autos?

Toque bocina y el chico me mira por encima de su hombro. Esta guardando algunas cosas debajo del asiento y ni siquiera se molestó en correr su estúpida moto de allí.

Baje la ventanilla y seguí tocando bocina para que se corriera del maldito lugar.

-Podrías salir del estacionamiento de autos. -dije tratando de no perder la poca paciencia que me queda.

No me dio señales. Así que decidí seguir con mi bocina.

-¿Que demonios pasa contigo? - grito molesto.

Solté una carcajada y lo observé caminar hacia mí. Claramente ofendido. Puse los ojos en blanco.

El tipo camina en mi dirección con tanta seguridad que me da envidia. Viste completamente de negro, y destila maldad por todos los poros de su cuerpo.

En ese mismo momento deseo que la tierra me trague y me escupa en cualquier otro lado. Mysie juro que un día de estos voy a asesinarte.

El idiota no es cualquier idiota.
Es el tipo de las luchas.

-¿Siempre eres así de impaciente? -apoyó sus dos manos en la puerta de mi auto y me miró. -Seguro eres insaciable.

Eso último me puso los pelos de punta. ¿Quién demonios se cree? Maldito idiota.

-Hola preciosa, volvemos a encontrarnos. -murmuró. -¿Estas apurada?

-¡Si! -dije entre dientes.

Gire mi rostro para encontrarme con una sonrisa perversa dibujada en sus labios, y me permití estudiarlo con más atención. Su cabello negro perfectamente peinado, su tez casi trigueña me daba envidia. En su rostro aún tenía algunas marquitas que dejo la lucha.

Su fragancia masculina llegó a mi nariz y me atonto.

-¿Te podrías apurar? -hable con la garganta seca.

-¿Estas ansiosa? -lo mire incrédula. Esa sonrisa arrogante apareció otra vez. -Tenemos todo el tiempo del mundo.

Puse los ojos en blanco. -Por si no te diste cuenta estás en el estacionamiento de autos. Y llegó tarde a mi reunión.

Él es un chico malo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora