04

40 4 28
                                    


ARA:

Nos quedamos solos. Siento una melodia suave y agradable salir de los parlantes. Él esta muy inquieto y eso me pone nerviosa. Va de un lado a otro. Y el silencio entre nosotros me molesta.

Me levanto de mi lugar y él sigue cada paso que doy. Esta apoyado a la pequeña mesa que estaba a mi lado. Esta intentando quitarse los guantes de boxeo pero se le dificulta la acción.

Me pongo delante de él y tomo uno de sus guantes y lo desabrocho. Siento sus respiración en mi mejilla debido a la cercanía. Pero sigo con mi tarea de desabrochar el guante.

Intento mantener mi mirada puesta en sus guantes. Pero la tensión en los músculos de su abdomen es más atractiva. Santo Dios de sólo verlo ya estoy colorada.

-¿Practicas algún deporte? - pregunta.

Niego. -Deberia buscar algo en lo que liberar un poco de energía. - miro a mi alrededor y todo lo que hay es de boxeo. Dejo el guante sobre la mesa y le quito el otro. Sobre sus manos aun tiene unas vendas para proteger sus nudillos.

-¿Boxeo? - preguntó.

-No. - sonríe frotándose de brazos. -No soy buena con la coordinación. Pero...¿Me enseñas? - digo.

Alza una ceja. -Hay muchas cosas que puedo enseñarte... - Me mira con detenimiento.

Mis mejillas se tiñen de rojo. Lo se por que siento un calor en todo el rostro.

-A boxear... - aclaró.

-Claro... - dice con una sonrisa en si rostro.

Lo veo dar una vuelta y me quedó parada frente a él.

-¿Estas segura? - pregunta. Asiento con la cabeza. -Empezaremos con lo básico. ¿Si?

Toma unas vendas y me pide que estire una mano. Le pasa la venda unas cuantas veces. Y repite la accion con la otra mano. Me guía frente al gran saco y me pone a una distancia prudente. Se posiciona detrás de mi y estira mis brazos.

- Relájate. - Dice y noto como todo mis músculos se tensaron al sólo tenerlo así de cerca.

-Estoy relajada. - digo y me tiembla mi voz

-Avísale a tu cuerpo. - Dice en tono gracioso. Cierro mis ojos y suelto una risita.

-Se me hace un poco difícil.

-Estando relajada ahorras energía y te permite pegar más fuerte. - dice. - Tus músculos deben estar relajados, permitiendo así que toda la energía fluya a través de tu cuerpo cuando lanzas el golpe. Estando tensa bloqueas el flujo de energía y eso no permite que el golpe salga con la fuerza óptima. Busca la potencia desde la relajación.

-¿Como logro la relajación?

-Cierra tus ojos. -susurra cerca de mi oído y su tibio aliento me hace cosquillas en el cuello. - tomemos un descanso en silencio de cinco segundos ahora mismo.

Cierro los ojos por un instante para intentar relajarme. -Cuenta conmigo...
Uno, dos, tres, cuatro, cinco...

Doy una respiración profunda y busco mi fuerza interior. Cuando lo logró, el vuelve a hablar. -¿Te sientes mejor?

-Si.

Sus manos estan en mis hombros. Y ahora si estoy mas relajada.

-Apunta. Concentra tu mirada en tu oponente. En este caso es el saco.
No mires más allá de él, o más abajo. Cuando tires un golpe, asegúrate de que estás mirando al objetivo. Debes ser lo suficientemente hábil para mirarlo sin errar el golpe. Nunca mires al cuerpo cuando tires golpes abajo, mantén tu mirada en la cabeza y los hombros de tu oponente.

Él es un chico malo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora