Cambios

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Draco despertó con un terrible dolor de cabeza, ya que no había podido conciliar el sueño después de su encuentro con Granger. Esos ojos color miel y ese maldito olor a Vainilla atormentando sus sueños. Jamás se imaginó que podría sentir ese tipo de atracción por ella. Se reto mentalmente por su estúpido pensamiento mientras se levantaba para ir a clase. Su misión con el armario lo había tenido cansado, estresado y ocupado, por ende, hace mucho no tenía una chica entre sus sábanas ni siquiera Pansy, eso era todo, tensión sexual acumulada.

Los días pasaron, e increíblemente pasar tanto tiempo con Granger, lograron apaciguar sus preocupaciones, sus conversaciones eran como un escape de su patética vida, por eso su patronus aún era incorpóreo, sabía que con un poco más de esfuerzo lograría formar un animal, pero aún tenía tiempo, que más daba un par de días más para seguir con esa extraña paz que Granger le brindaba.






⚯͛

Hermione repetía como loro las tres reglas para aparecerse y Draco cansado bajo su libro de pociones para callarla y tras una grata pelea en la que termino insultando a la comadreja, ella se atrevió a algo que el jamás imagino, dijo su nombre y una sensación extraña en su estómago provoco que la mirara molesto, cuando Hermione salió de la sala Draco lanzo un golpe frustrado.

No te enamores

Era la segunda vez que se lo decía, creía que era por molestarla, pero sabía que había algo más, pero si lo analizaba bien, hacer que la sangre sucia se enamorará de él sería muy sencillo y le facilitaría tanto las cosas, podría entregarle la caja y librarse de todo de una vez.

Draco suspiro cansado mientras se ponía frente al armario evanescente para repararlo, Claro que sería fácil, pero jugar así con ella… por mucho que la odiara no sería capaz, no a ella.

Después de dos semanas de no tener algún encuentro con la castaña y a Potter siguiéndole los talones a donde quiera que iba, lo tenían más estresado y tenso que nunca, por eso cuando descubrió a Harry espiándolo fuera de la sala de menesteres llego a su límite. Así que fue en busca de Hermione furioso.

—¡Granger! —grito tan fuerte y molesto para que entendiera que no se iría sin una explicación.

—Desconfía de ti… cree que planeas algo… por eso te sigue.

Draco iba a contestar con algún insulto hiriente, pero sintió como una lágrima resbalo por el rostro de Hermione y sin más opción que reprimir sus impulsos dio un duro golpe en la pared.

Sintió como la castaña saltaba visiblemente aterrada con los ojos cerrados y la miro tan detenidamente como nunca antes, su cabello alborotado, su pequeño y perfecto rostro adornado por lágrimas resbalando por su mejilla volviéndola vulnerable. Sin darse cuenta ya tenía su mano limpiado aquella lágrima logrando que ella abriera sus ojos confundida.

—A las 7 —dijo Draco apartándose y deseándole suerte en su examen, salió lo más pronto posible queriendo estar a metros de distancia de ella.

Cuando llego a su sala común no lo pensó dos veces, fue directo hasta Pansy y la beso, de forma intensa y desesperada.

—Draco… —soltó en un suspiro la pelinegra cuando se separaron.

—Te extrañe —contesto Draco sin apartar la mirada de ella y eso fue suficiente, tomo su mano y la llevo a su dormitorio.

No hubo necesidad de palabras, con Pansy era así, si la necesitaba ella siempre estaba para él, hasta en sus peores momentos, por eso ante todos ella era su novia, pero era más, era su mejor amiga.

Solo un juego (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora