Impotencia

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Una suave brisa movía las hojas de los árboles mientras otra roca caía violentamente contra el lago negro. Scorpius había estado haciendo eso durante 10 minutos después que Draco le contara toda la verdad.

—¿Me odias? —pregunto Draco sin soportar más el tortuoso silencio de su hijo.

—Yo… no puedo entenderlo. Lo que hiciste… ¡Tanto odio! Mi padre no me enseñó a pensar así, él no… ¡tú no me criaste para odiar así a la gente!

—Tus abuelos a mí sí. Y no es fácil librarse de los prejuicios.

—Tengo recuerdos de mi madre, de ustedes juntos, de su amor, todo lo que mis padrinos me han contado. ¿Cómo puedes odiar tanto a alguien y después amarla tanto como lo hacías con mi madre? ¿O todo era mentira? ¡Todo lo que recuerdo de ustedes es falso!

—¡No! —soltó Draco acercándose a Scorpius y mirándolo por primera vez—. Nuestro amor es real, te lo puedo asegurar.

Scorpius lanzo otra roca con frustración para luego pasar las manos por su cabello.

—Tu madre es especial. Es demasiado fácil caer en sus encantos. Y supongo que jamás la odié de verdad, solo creí que sí, porque era lo que pensaba era correcto.

—No pudiste cambiar tanto por una persona…

—¿Por qué te cuesta tanto entenderlo? Me enamore de ella, eso cambia todo.

—¡No! ¡El amor te hace débil! —exploto Scorpius apretando los puños con dolor—. Y…

—Un Malfoy jamás puede ser débil…—termino la frase Draco con amargura y decepción—. No puedo creer que te enseñara eso.

Draco tomo una piedra y la lanzo con furia hacia el lago negro. Se juro no ser igual a su padre. Se juro que cuando tuviera un hijo jamás le enseñaría las mismas estupideces prejuiciosas y patéticas que Lucius Malfoy le había hecho creer todo este tiempo. Y eso. La debilidad por el amor. ¿Cómo pudo caer tan bajo como para privar a su propio hijo de la felicidad? ¿Qué clase de hombre se había vuelto para dejar que su propio hijo cargara con el dolor de no sentirse digno de recibir amor, después de todo el dolor que él mismo sintió por eso?

—¿Cómo hiciste para que no te afectara? —preguntó Scorpius tras varios minutos de silencio.

—Tu madre jamás me abandono. Sin importar las cosas que dije o hice, ella siguió estando a mi lado.

Scorpius suspiró mientras volvía a lanzar rocas con frustración, Draco conocía muy bien esa mirada, esa impotencia por no poder demostrar lo que en verdad quería sentir y el odio hacia el mismo creció aún más.

—¿Tú lo has sentido verdad? Querer darlo todo por una persona.

Scorpius miro a Draco con los ojos abiertos por la sorpresa de aquella pregunta, pero tras analizar algunos segundos decidió hablar, pues ese Draco no era su padre. Ese Draco no era el mismo frívolo y desdichado hombre como lo era su padre. Él tenía esperanza. Él tenía a Hermione.

—Siempre está ahí. A pesar de todo, él está a mi lado, pero…

—Piensas que no te lo mereces.

—No quiero arruinarlo, ni arrastrarlo a mi infierno…

—Ninguno de los dos lo quiere… pero si no lo intentan nunca lo sabrán y por la forma en que se miran, es imposible que lo suyo falle.

—¿Sabes de quien hablo?

—Albus y tú no son muy discretos, además… soy muy observador.

Scorpius sonrió un instante por primera vez.

Solo un juego (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora