Consecuencias

175 11 0
                                    


Hogwarts, 2021

—¿Estás seguro de esto?

—¿Será un rato que malo puede pasar?

—¡Todo! Los viajes en el tiempo son peligrosos…

—Lo sé, lo se… Solo necesito verla, aunque sea una vez necesito poder hablar con ella, no le diré quién soy…

—Entonces déjame ir contigo.

—No, mientras menos personas viajen es mejor…

Albus suspiro derrotado y molesto, así que Scorpius volvió a hablar.

—Volveré antes de que te des cuenta —dijo colocando el giratiempo que le robo a su padre en su cuello.

—¿Qué hacen?

Ambos chicos saltaron por la intromisión.

—Por Merlín Rose casi nos matas del susto —exclamo Albus mientras Scorpius se apresuraba a guardar el giratiempo entre su ropa.

—Lo siento, no quise molestarlos…

—Algo más Weasley —interrumpió de mala gana Scorpius.

—¡Sí! De hecho, si… usar un giratiempo es ilegal…

—¡Y vas a ir de chismosa a delatarnos! Típico de un Weasley…

—¡Ey! —soltó Albus serio mirando a su amigo —Mi prima no dirá nada, ¿Verdad Rose?

—Yo jamás te delataría —respondió la chica mirando a Scorpius con nerviosismo—. Pero quiero ir contigo…

—¡Ni en tus sueños! —sentencio el rubio molesto.

—No entiendo porque me odias tanto… ¡Yo no te hice nada!

—No te odio… —dijo Scorpius tras unos segundos de silencio conteniendo la frustración en su interior —solo… esto no te incumbe… así que lárgate Weasley.

Rose miró a Albus como esperando su apoyo y cuando esté no llego regreso su mirada al rubio.

—¡Granger! Mi apellido es Granger, te guste o no.

Dicho esto, la chica se alejo del lugar indignada mientras el rubio la miraba con los puños apretados a su costado.







Hogwarts, 1998

Una semana transcurrió desde el inicio de los intensos coqueteos entre Draco y Hermione. Desearse tan desesperadamente y no poder tocarse se estaba volviendo adictivo y tortuoso. Estaba mal eso Hermione lo sabía perfectamente, pero la sensación de poder al provocar al rubio, sentir tener el control y al mismo tiempo estar en el filo del abismo a punto de caer en la tentación la inyectaban de una forma que jamás imagino.

Pero la culpa y las constantes pesadillas por la muerte de sus padres aún la atormentaban. No podía entender como algo que estaba tan mal podía hacerla sentir en la nubes. Cómo una simple confesión lograron apaciguar todo el odio que acumuló por meses.
“Yo no los mate, pero si soy culpable de no salvarlos”

Hermione no quiso profundizar el tema, se negaba a conocer la verdad detrás de esas palabras. ¿Por miedo o culpa? No lo sabía, pero en la noche sus pesadillas le recordaban su cobardía  y en las mañanas el deseo la envolvía en una burbuja que la cegaba por completo.

Y ahí estaba ella, perdida en la mirada de Draco al otro lado del pasillo acechando como un dragón a punto de devorar a su presa. Lo siguió con su mirada hasta que esté desapareció y sin poder resistirse más fue tras él.

Solo un juego (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora