Decisión

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El fin de semana llego y los últimos días parecía que todo se había vuelto un sueño entre Draco y Hermione ahora que estaban juntos.

Se olvidaron del mundo, sin preocuparse por misiones o traiciones o las consecuencias de estar juntos. Ahora solo eran ellos dos en su mundo, su espacio, su pequeño escondite en la sala de menesteres.

Pero Draco sabía que ese sueño se podía derrumbar en cualquier momento y había una sola persona que podía ayudarlo.

—Necesito tu ayuda —dijo sentándose en uno de los sillones de la sala común de Slytherin.

—No me digas… Y pretendes que eso me importe —contesto Pansy mirándolo desafiante.

—Pretendo que mi mejor amiga me ayude…

Pansy resopló molesta, pero se levantó para seguir al rubio hasta su habitación. Una vez allí Draco sacó de su cajón un pequeño cofre de madera con pequeñas incrustaciones de diamantes a su alrededor.

—Necesito saber que hace, de quién es… y que pasaría si alguien lo abriera.

Pansy se alejó retrocediendo unos pasos asustada.

—¿Es un objeto oscuro, es por tu misión?

—Tranquila no es un objeto oscuro y tampoco es para mí misión.

—Entonces ve con Theo él sabe más de objetos mágicos que yo…

—No, tienes que ser tú.

—¿Y por qué?

—Eres la única que conozco que sabe de mitología griega…

—¿Mitología griega? —la pelinegra miro hacia la caja que sostenía el rubio en sus manos y luego a él antes de reír—. Draco por favor que excusa más patética estás usando para que vuelva a hablarte.

—¡No es excusa!

—Draco… la mitología es eso un ¡mito! De los muggles…

—Igual que la magia y los vampiros y hombres lobos… y que crees todo eso es real.

—¿Cómo estás tan seguro qué eso es de ellos… tú viste a alguno?

—Es una mujer… así que… ¿me ayudarás?

Pansy miro dudosa por un momento antes de responder—: Que ganó yo con eso.

—Si me dices como liberar a quien está condenado a esta caja… te diré quién es la chica.

—¿Me dejarás lastimarla?

—Ni loco.

—Entonces no veo en que me beneficia eso.

—En que no tendré que morir para protegerla, ¿te parece suficiente beneficio?

—¿Tú le diste esa caja? ¿Lo sabe? ¡Sabías al menos que hacía cuando se la diste!

—Odio que me hagan tantas preguntas.

—Sabes, por un segundo casi caigo en tu juego, estuve a punto de creer que, si te enamoraste, pero esto —dijo tomando la caja entre sus manos —condenar a alguien a un objeto de los dioses… debes odiarla mucho…

Solo un juego (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora