Nueva York, 2021
Draco leía el menú en sus manos tratando de controlar el impulso de realizar una mueca de desagrado ante los platos que ahí se presentaban, así que resignado regreso a la conversación que tenia con su hijo. Bueno la que creía tener.
—¿Scorpius me estas escuchando?
—¡Aja! —respondió el chico sin apartar la vista de su celular.
—¡Scor deja ese maldito aparato y escúchame!
El chico rubio alzo la vista de su teléfono para mirar a su padre sentado frente a él en una pequeña cafetería muggle en central park.
—Le estoy escribiendo a Albus.
—Pues envíale una lechuza —protesto Draco.
—No seas anticuado papá, esto es más rápido y mira —contesto el chico mostrándole la pantalla de su teléfono con una sonrisa —ya me respondió y dice que me ama —soltó esto último con una sonrisa ladeada y engreída —es que soy irresistible…
Draco solo puso los ojos en blanco mientras contemplaba la decoración del extraño lugar.
—¿Les puedo ayudar? —pregunto amablemente una agradable joven, con el cabello negro y lacio y una iluminada sonrisa que incrementó en cuanto vio al rubio frente a ella.
Scorpius se aclaró la garganta para llamar la atención de la camarera quien no paraba de mirar a su padre—. Yo quiero una hamburguesa —soltó el chico tratando de controlar su irritación, a pesar de estar acostumbrado a las incansables miradas de las mujeres hacia su padre—. Una porción de papas, alitas BBQ y una soda grande y… para mi padre un café y… ¿quieres probar el pastel? —preguntó mirando a su padre en busca de una respuesta, pero Draco tenía la mirada fija en el fondo de aquel establecimiento y con la piel mucho más pálida de lo normal.
—¿Papá?
Draco no contesto, simplemente se levantó de su asiento con la mirada perdida.
—Quédate aquí —ordeno Draco mirando severamente a su hijo.
—¡Pero papá! —protestó Scorpius, aunque fue inútil Draco ya se había alejado dejándolo solo en la mesa.
Draco salió del lugar por la puerta trasera que especificaba solo era para personal autorizado, cosa que a él no le importó.En cuanto la puerta se cerro el sonido hizo que la mujer a la que Draco siguió diera media vuelta asustada.
—Hermione —soltó Draco con el poco aire que le quedaba.
—¿Disculpa? —hablo la mujer con cautela —este es un lugar no autorizado y…
—Lo siento, yo creí… te pareces mucho a alguien que conocía.
La mujer mostro el pin de su blusa que llevaba su nombre como el de todas las camareras.
—Emma —leyó Draco con los dientes apretados y controlando sus impulsos.
—Deberías irte —advirtió Emma al notar la extraña actitud del hombre.
Draco no puso resistencia y sin más regreso al local dando grandes zancadas hasta la mesa donde su hijo lo esperaba.—Nos vamos —ordeno Draco sin importarle que el pedido de su hijo ya estaba en la mesa.
—Pero ya pedí y…
—¡Te dije que nos vamos! —ordeno aun más molesto y eso fue suficiente para que Scorpius se levantara y siguiera a su padre fuera del lugar.
Caminaron un par de calles hasta encontrar un callejón vacío y una vez allí ambos se tomaron de la mano para hacer una aparición en la habitación de hotel donde se hospedaban.
ESTÁS LEYENDO
Solo un juego (Dramione)
Fiksi PenggemarUn chico desesperado por cumplir su misión, una diosa deseosa por poder, será la combinación perfecta para lograr desatar el caos y Draco haga lo impensable con tal de no ver morir a su familia. ¿Cuánto tiempo soportará antes de caer rendido a los...