Provocación

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Una semana transcurrió y los encuentros acalorados entre Draco y Hermione se hicieron más frecuentes. En clases, en sus reuniones para planear el homenaje a los caídos, los pasillos que sospechosamente siempre terminaban topándose. La biblioteca parecía que era el único lugar donde la castaña encontraba paz, a pesar de que Draco parecía refugiarse frecuentemente en aquel lugar, se limitaba a enfocarse en sus libros y anotaciones sin prestar atención a la presencia de la castaña, aunque había breves ocasiones que se tomaba un respiro para observarla y si tenía la oportunidad lanzarle miradas descaradas escaneando su cuerpo.

—¿Otra vez te encontraste con Malfoy? —pregunto Ginny cuando Hermione llegó a la habitación que compartían bastante sonrojada y con la respiración acelerada.

Hermione se limito a resoplar frustrada, incapaz de inventar una excusa, que no serviría de nada, pues su amiga no era tonta, conocía perfectamente sus actitudes y como ella lo había mencionado en una ocasión “Tuve que controlar mis propios instintos mientras cenaba al lado de mi madre. Se cómo se ve y se siente la tensión sexual”. Pero eso no lo hacía más fácil, Ginny seguía siendo la hermana de Ron y no podía hablar libremente de como se sentía, a pesar de que la pelirroja se mostraba neutral respecto al tema, aún sentía culpa por el chico que solo intentaba aliviar su dolor y hacerla feliz.

—Se que lo que voy a decir va a sonar como si fuera la peor hermana del mundo, pero ¿Si tú también lo provocas? No lo sé a lo mejor logras que él desista…

—Malfoy nunca se cansa, es un idiota.

—Porque tu nunca haces nada… digo si tú lo provocaras hasta tal punto en que no pueda seguir por los pasillos como si nada, vera que su juego se va en su contra y te deja en paz.

—¿Y si no lo hace? Y si eso lo provoca más.

—Tendrás el mejor sexo de tu vida…

—¡Ginny! —grito con horror Hermione a su pelirroja amiga.

—¡Qué!  Es verdad… Cuando yo hago eso, estar con Harry es…

—¡No necesito saberlo! —corto alarmada la castaña —¿Té recuerdo que estoy saliendo con tu hermano?

—¿Te recuerdo que se todo sobre tu relación con Malfoy? A demás yo nunca estuve de acuerdo que estés con mi hermano, te lo dije antes y te lo repito ahora, si estás con Ron es solo por despecho… y eso es horrible.

Ginny se levantó de su cama para salir de la habitación sin permitirle a Hermione responder o si quiera defenderse. Así era la pelirroja, dura con sus palabras, capaz de herirte sin utilizar la fuerza, por eso cuando regreso a la habitación tras varias horas decidió no hablar y fue cuando Ginny saco de su mochila un uniforme y la miro con una sospechosa sonrisa cuando supo que su pelea habia quedado en el olvido.

—¿Te compraste un uniforme nuevo? No está muy pequeño…

—No… tu perfecta amiga te compro un uniforme increíblemente pequeño para ti.

—¿Disculpa? Yo no me voy a poner eso…

—Claro que lo harás, ¡Te imaginas la cara que Malfoy va a poner cuando te vea con esto! Y si un chico se babosea por ti frente a él, Oh por Merlín eso sería perfecto.

—Estas loca… no usaré eso.

—Vamos Hermione… un día, úsalo un día y si no funciona puedes volver a tu aburrido uniforme de monja—. Ginny se acercó a su amiga con el uniforme en sus manos y una súplica en el rostro—. ¿No quieres ver a Malfoy derrotado en su propio juego?

Hermione dudo unos instantes, pero se estaba cansando de siempre regresar a su dormitorio con la necesidad de una ducha fría mientras Draco caminaba por los pasillos como si nada, así que tras un suspiro de desesperación rendida acepto la oferta de su amiga.

Solo un juego (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora