Capítulo 11: Sucesos Extraños

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PVO ROSSLYN

Era el segundo día que iba a clase desde el accidente y seguía sin tener noticias de los Mallory. Se rumoreaba por el instituto que toda la familia había pillado una especie de virus. Derek seguía enfermo, pero había insistido en venir a clases. Temía que me volviera a pasarme algo malo. Me preocupaba mi hermano. Era muy raro en el ponerse enfermo. Y más que se perdiera sus entrenamientos. Estaba muy reservado y taciturno. A veces incluso estaba agresivo. Durante todo el día, evitó a sus amigos populares. Y sorprendió a todos cuando se sentó solo en la cafetería, aunque a una distancia que le permitía vigilarme sin problemas.

Mientras Deirdre y yo recogiamos nuestro almuerzo, oímos una voz femenina a nuestra espalda. Por sorpresa era Katerina.

-¡Hola chicas!- nos saludo con su típica sonrisa.
-¡Kat! ¿Donde has estado? No sabíamos nada de ti.- pregunto Deirdre preocupada.
-No ha pasado nada. Sólo un pequeño problema familiar. Pero lo estamos solucionando.- la sonrisa de Katerina no se reflejaba en sus ojos. Algo le sucedía.- Brad también a venido.

Las tres nos dirigimos a la mesa donde se encontraba Braden, que estaba devorando una manzana. Me sorprendió verlos tan solos. Normalmente, estaban los cuatro. Pero hoy ni Ansel ni Alessandro habían venido. Decidí callarme y preguntar más adelante. Esperaría a que Deirdre se fuera. Estuvimos un rato charlando y, como esperaba, mi amiga se marchó a terminar su columna del periódico.

-Bueno, ahora que estamos solos, decidme que pasa. Y quiero la verdad.- estaba empezando a enfadarme y aún no sabia que me ocultaban.
-No pasa nada.- respondió Braden evitando su mirada.
-¿En serio? No me toméis por estúpida. ¿Y vuestros hermanos?
-No han podido venir.- respondió Katerina con rapidez.
-Fingis muy mal. Podéis confiar en mi. No diré nada.
-Lo sabemos. Pero no es nada importante. Además, seguro que tienes otras cosas en las que preocuparte.- dijo Katerina con evasivas.
-¿Nada importante?- mi enfado iba en aumento.- El sábado un hombre casi me mata. No sólo a mi, también a Di y a ti. Me he pasado desde entonces sintiendo cosas raras. Siento como si alguien me observará. Siento que la gente me oculta algo, como si me fuera a romper. Y ahora mismo, siento que vosotros dos me estáis ocultado algo. ¡¡Y LO QUIERO SABER YA!!- sin darme cuenta, había agarrado la mesa con fuerza.

Fuera, el cielo empezó a oscurecerse. Donde antes hacia un resplandeciente sol, ahora lo sustituía una lluvia torrencial. Las ventanas de la cafetería empezaron a vibrar. Hasta que, con un estallido, se rompieron. Las mesas empezaron a temblar, los papeles volaban por todas partes y los alumnos corrían despavoridos. Al principio, no me había dado cuenta de nada. Mi vista seguía fija en Katerina. De pronto oí como si alguien me llamara.

-Ross. ¡Ross!- Braden estaba a mi lado zarandeandome. Estaba temblando de arriba a bajo. Sentía como si una fuerza en mi interior luchará por salir. Katerina me cogio la cara.
-Ross, por favor, reacciona.- al verlos tan preocupados, algo en mi se despertó, sacandome de mi estupor. Mire a mi alrededor y me asuste.
-Oh! ¿Qué me esta pasando? Y-yo...
-Luego lo hablamos. Tenemos que salir de aquí. ¿Puedes andar?- me levante y al dar el primer paso me caí al suelo. Enseguida, Braden me cogio en volandas y salimos corriendo de la cafetería.

PVO KATERINA

Braden corría detrás mía con Rosslyn en sus brazos mientras yo buscaba un aula vacía. Rosslyn necesitaba tranquilizarse y lo mejor era buscar un sitio apartado. Corrimos hasta el aula de fotografía, un sitio apartado y al cual casi nadie entraba. El instituto había dado la alarma de peligro. Los profesores llevaban a los alumnos a las aulas y les ordenaba esconderse bajo los pupitres. Con tanto caos, nadie se dio cuenta de su ausencia.
Al entrar, Braden la dejo con delicadeza en el suelo y luego se sentó a su lado, pasando un brazo por sus hombros. Mientras, me paseaba por la habitación pensando.
-Por favor... decidme que me está pasando.- dijo Rosslyn en un susurro que gracias a mi super oído vampirico pude oír.
-Ross... no podemos contarte nada. Es por tu bien.- dijo Braden frotando su hombro, dándole ánimos.
-¿Lo de la cafetería... y-yo...?- asenti y ella agachó la cabeza, apoyándola sobre Braden. Mire a mi hermano por un momento y en mi mente le dije: "Voy a contarselo". Sin esperar respuestas empece.
-Ross, Alessandro esta en problemas, el...- el sonido de la puerta me detuvo. Derek estaba ahí, mirando a su hermana fijamente y empapado.
-¡Rosslyn! Dios mio, te he estado buscando.- Braden se apartó rápidamente de ella y dejo que su hermano tomará su lugar.

Hasta ahora, nunca me había fijado en Derek. La única vez que habíamos coincidido fue en el bosque, pero estaba demasiado oscuro y yo estaba demasiado cansada para fijarme en el. Algo raro me paso al mirarlo. Era realmente guapo. A pesar de ser mellizos, era muy diferente de su hermana. Pero había detalles que los emparentaban. Percibí que el también había sentido algo raro al cruzar nuestra mirada, pero la voz de Rosslyn nos saco del trance.

-Quiero irme de aquí. Y quiero que alguien me cuente que pasa.
-Claro. Llame a tío Al para que viniera a buscarnos. Debe de estar de camino.- Ross se limpio una lágrima y no pude refrenar las ganas de abrazar a mi amiga.

Derek se levantó y ayudo a su hermana a hacer lo mismo. Se tambaleo un poco y cuando Braden se acercó a ayudarla, Derek lo empujó con fuerza, haciendo que mi hermano se estrellara contra la puerta.

-Derek, no. El solo quería ayudarme. Es mi amigo.- dijo Ross defendiendo a mi hermano. Derek meneo la cabeza, como si intentará ahuyentar algo.
-L-lo siento. No se que me a pasado.
-No pasa nada.- respondió Braden. Oí a mi hermano en mi cabeza: "Kat, me ha echo daño de verdad. Es muy fuerte. ¿Estas segura de que al hermano no le pasa también algo?". Me encogi de hombros como respuesta.

Al poco, llego su tío. Estaba muy preocupado. Salio al encuentro de sus sobrinos con un paraguas y ayudo a Rosslyn a entrar en el coche. Me fije en que Derek era igual que su tío, pero en versión más joven.

Cuando los vimos irse, nos dirigimos a nuestro coche. En casa, contariamos todo lo que había pasado. A Erik le tocaba montar guardia esta tarde. Esperaba que el pudiera escuchar algo que nos aclarará más todo este entuerto.

PVO ALESSANDRO

Rosslyn. Rosslyn. Ese nombre se repetía en mi cabeza, evocando imágenes de ella. Pensar en ella me hacía olvidarme del dolor y del lugar tan horrible en donde estaba. No sabia cuanto tiempo había pasado, aunque parecía que eran semanas. No tenía un reloj que me indicará que hora del día era. Habían corrido la cortina de la pequeña ventana y ahora estaba en completa oscuridad. Y encima estaba hambriento.
Oi un sonido detrás de la puerta. Por un momento tuve la esperanza de que fueran mis hermanos que venían a rescatarme. Pero mi esperanza se esfumó al ver entrar a Ingrid seguido de un hombre. Encendieron la luz y pude ver mejor al hombre. Aunque su apariencia era la de un hombre joven, sus ojos denotaba que era más viejo de lo que parecía.

-Aquí está, tal como prometí.- dijo Ingrid con molestia.
-Buenas tardes, mi querido Alessandro.- me saludo el hombre con acento británico y sonriendome. Aquello le divertía. - Espero que se encuentre bien.
-Sí, bueno. Esto no es el Hilton ni el Riltz, pero he visto sitios peores.- respondí con mi sarcasmo natural. Pareció que mi contestación le había echo gracia.
-Lo tendré en cuenta para la próxima.
-Nathan déjate de bromas. ¡Donde esta mi hija!- exigió Ingrid enfadada.
-Ah, si. Tu hijita. Vamos a llamarla. Emma. Yuju. Emma, querida, ven a saludar a tu mami.- por la puerta apareció un joven, de unos quince años, que tenía la mirada perdida. Había tres clases de vampiros: 1) los locos (gente peligrosa pero muy inusual), 2) los vampiros normales como y 3) los torturados y luego convertidos. Ella encaja en la tercera opción. Estos eran muy peligrosos, por que sus traumas se intensificavan.- Nos lo hemos pasado muy bien. Nos hemos echo buenos amigos.- dijo Nathan pasando un brazo por sus hombros.
-Eres un monstruo. ¿Qué le has echo a mi hija? ¡Emma!- le acusó Ingrid entre lágrimas.
-Convertirla en lo mismo que yo: un monstruo. Emma, ya sabes que hacer.- me dirigio una mirada y se marchó.
-Emma, por favor. Dime algo.- decía mientras le agarraba de la cara y la acariciaba sin recibir respuestas.

De pronto, Emma empujó a su madre contra la pared y fue acercándose a ella lentamente. Y de pronto, se abalanzó sobre ella y la mordió. Intente levantarme y ayudarla. Luche con las cadenas, pero estas me hacían más daño. Grite para que parara, pero no me hacía caso. Me rendí al ver que ya no podía hacer nada por ella. Ingrid estaba tendida en el suelo rodeada de sangre. Después, Emma se marchó y cerró la puerta. Habían dejado la luz encendida. La sangre del suelo intensificaba mi sed. Debía hacer algo antes de enloquecer.

Beaton HillsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora