Capítulo 14: Confesiones

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PVO ROSSLYN

------8h antes------
Miércoles. Hasta ahora el día de mi cumpleaños era un día especial. Pero desde que me había enterado de que era una bruja, estaba deseando que el suelo se abriera bajo mis pies y me llevara lejos de todo. Mis tíos habían anulado la fiesta y habían llamado a todos los invitados, asegurandoles que pronto celebrariamos una fiesta. ¡Bien! Me cambie rápido el pijama y baje a la cocina, dispuesta a hablar con mis tíos.

Había vuelto a tener ese sueño extraño sobre Katerina, pero esta vez, Alessandro también había aparecido. La escena del bosque había pasado a la de la cafetería. Braden me llevaba en volandas por los pasillos y me había parecido ver como el apartaba con la mirada una mesa que iba a impactar contra nosotros. ¿O había sido yo?

-Buenos días, Ross. Pensaba que te ibas a levantar más tarde.- dijo tío Al que estaba preparando el desayuno.- No hay quien te entienda. Hoy que te damos permiso para quedarte en casa, ¿te levantas temprano?
-Quería hablar contigo.- al ver mi cara, dejo de sonreír.
-Claro. ¿Qué pasa?- dijo preocupado.
-Estoy teniendo unos sueños muy raros y no se si significan algo.
-Muchas brujas tienen visiones o percepciones.
-No se...-dije mientras me sentaba y apoyaba la cabeza sobre una mano.- Tío Al, ¿como son las otras criaturas mágicas?
-Las otras... pues, emm... Los hombres lobo ya lo hablamos ayer. Y las brujas, también, más o menos. Están... los vampiros. Estos son muy rápidos y fuertes.- la escena del bosque me vino a la mente.- Tienen control mental. Y mi abuelo me contó que algunos tienen poderes especiales, como mover cosas con la mente, transformarse en algún animal, leer mentes.
-¿Es fácil saber quien es un vampiro?
-Pues no. Son iguales a nosotros. Pero cuando tienen hambre, se les ponen los ojos de un rojo oscuro.- recordé el día en el que Alessandro me acompañó al hospital. Por un momento había pensado que tenia los ojos oscuros.
-Y... ¿son todos malo?- 《di que no, di que no》recite en mi mente.
-No.- ¡Bien!- Esto es como todo en esta vida. Existen vampiros buenos y malos, al igual que las brujas y los licantropos.
-¿Has conocido a alguno?- pregunte con curiosidad.
-Pues... si. He conocido de todo. En el instituto, mi mejor amigo era un cambiante.- sonrió al ver mi cara de desconcierto.- En vez de convertirse en lobo se convertía en otro animal. El lo hacía en puma. Era muy guay. A los veinticinco, salí con una vampiresa guapísima. Pero, ella era un espíritu libre.
-Vaya! ¿Y en el pueblo hay gente... como nosotros?
-Sí. Ya los iras reconociendo. ¡Aria! Buenos días, mi princesita...

------- en la actualidad --------

-Se lo que sois.
-Ross que haces...- me susurro mi hermano. Tal vez, no era lo más sensato estar ahí, rodeada de lo que había deducido eran vampiros, pero era lo único que se me había ocurrido. Cogi a mi hermano del brazo y me lo lleve a aparte.
-Callate y escucha. Lo saben.- susurre. Al principio no lo comprendió pero con una mirada supo a lo que me refería. Volví con los demás.- Bueno, se lo que sois. Y se que sabéis lo que somos nosotros.

Recibí como respuesta un silencio sepulcral. Todos me miraron con sorpresa. Alessandro estaba también ahí. ¡Dios mio! Había pasado tanto tiempo sin verlo que no me acordaba de lo guapo que era. Mire mis pies para que no notará mi rubor. Finalmente oí un carraspeo y fije mi mirada en Leo.

-¿Y que sabes exactamente?- pregunto con cautela.
-Se que sois... vampiros.- oí un taco detrás mía.- Y se que sabéis que soy una... bruja. ¿Era lo que intentabas decirme ayer?- le pregunte a Katerina. Todos la miraron.
-Yo... más o menos si. Ross, por favor, no te enfades. No se lo que te habrán contado de los vampiros, pero no somos...
-Tranquila.- dije sonriendo.- Mis tíos no me han contado mucho. Pero si de algo estoy segura es de que no sois malos. Me salvaste en el bosque, ¿verdad?- Kat asintió levemente.- Te vi pegarle. Me protegias.- mire al Braden.- Y tu también lo hiciste en cafetería, cuando me dio el ataque de pánico.
-Entonces... ¿no estas enfadada?- pregunto Braden y Katerina al unísono.
-Curiosamente, no. Pensé que lo más normal sería hacerlo. Pero no lo estoy. Supongo que después de enterarme de que soy bruja, tampoco era tan raro o tan malo tener una amiga vampira. Además, mi tío me dijo que no todos sois malos.
-¡Oh!- Katerina corrió a abrazarme.- Tenia miedo de que dejaras de ser mi amiga. Eres la mejor amiga que he tenido en toda mi vida.
-Va-le... P-pero ahora me... estas... asfixiando.- enseguida, Kat me soltó.- Gracias.
-Vale, ahora que lo sabes, pregunta lo que quieras.

Beaton HillsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora