Capítulo 18: ¡Fiesta!

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PVO ROSSLYN

Sentada en segunda fila, oía la explicación del profesor de Literatura. Normalmente, prestaba mucha atención en esta asignatura, es mi preferida, pero hoy estoy algo ausente.
Después de tres días sin ir a clase, se me hacia raro volver. Ya no soy la misma. Ahora soy una bruja. Y, a pesar de que incluso a mi se me hace raro, nadie de este instituto lo sabe, con algunas excepciones.
Miro a mi izquierda y veo a Deirdre tomando apuntes. Se la ve muy enfrascada en lo que escribe. Luego se los pediré. Giro mi cabeza, y a mi derecha, y separados por un estrecho pasillo, esta Alessandro y más allá, Ansel. Al sentir mi mirada, Alessandro se giro y me dirigió una leve sonrisa. Tenia algo en la mirada... no sabia como llamarlo, pero era algo diferente. Y no era hambre. Era como una chispa, un brillo especial. Como si me pudiera ver reflejada en sus pupilas y tal vez, si me esforzaba, ver sus más profundos pensamientos. ¡Hay que ver que cosas mas cursis se me venían a la mente!

Aquella mañana, había sido algo diferente a las otras. Los Mallory, solo los que iban a clase, nos habían esperado a la entrada y al vernos, nos habíamos apiñado como un gran grupo de amigos de toda la vida. Era raro, todos nos miraban, pero me hacía sentir protegida y a gusto. A Deirdre le había encantado.

Sonó el timbre que señalizada el final de todas las clases. Los alumnos nos levantamos con prisa mientras el profesor recordaba a todos el trabajo sobre Yeats que debíamos entregar mañana. ¡Genial!

-¿Has terminado tu trabajo?- me pregunto Deirdre.
-No. No he tenido mucho tiempo.- dije con tristeza.
-Vaya, que raro.- dijo mi amiga con sorpresa. Me reí ante el comentario, por que en verdad era raro que no hiciera un trabajo de literatura.

La historia oficial de mi ausencia en clase había sido que Derek y yo habíamos pillado una gripe estomacal. Incluso teníamos el certificado de la Doctora Mallory que lo corroboraba.

-Eh! Hola, Kat. ¿Cómo lo llevas?- pregunte a mi amiga.
-Bien. La profesora Potter no tiene ni pajolera idea de Historia. Estoy pensando en hablar con el director y cambiarme a la clase de mi padre.
-¿Eso se puede hacer?- pregunto Deirdre con curiosidad.
-Con insistencia y convicción, puede ser.- respondió Kat mirándome con complicidad. Osea que iba a utilizar su control mental.- ¿Esta tarde hacéis algo?
-No.- dijimos Deirdre y yo a la vez.
-¡Bien! Os veo en mi casa.

Nos despedimos y cada una nos fuimos a nuestro coche.

PVO ALESSANDRO

-¡Qué ganas tengo de que ya sea la hora!- exclamaba Katerina dando saltitos.
-Toma, y yo.- dijo Braden uniéndose a ella.

Habíamos hablado con Lorelain y Aladair para planear la fiesta de Derek y Rosslyn. Mi madre había faltado al trabajo para preparar la casa para los invitados. Entre Erik y Lorey, como prefería ser llamada, prepararon una espectacular tarta de Red Velvet, cada piso de una temática diferente: el primero de deportes, para Derek, el segundo de libros, para Ross, y el tercero de superheroes, para los dos. Kat y Braden se habían encargado de invitar a la gente y Ansel había ayudado en la decoración, sin muchas ganas.

Mi tarea era la selección de música. Pero como ya había acabado, me había acerado al pueblo ha hacer un par de recados y de paso comprar algún regalo para Ross. Quería que fuera algo especial. La única tienda interesante era la tienda de antigüedades de la señora, o bruja, Tuttle.

Al entrar, me vino un fuente olor a cosas viejas y a polvo. La señora Tuttle estaba sentada detrás de una mesa, examinando un grueso y antiguo libro. Al verme, sonrió y me indicó que me acercará.

-Buenas tardes, Alessandro Mallory. Te estaba esperando.- dijo la señora como si me esperase hacia horas.
-Hola... ¿me esperaba? ¿Pero como...?- me dirigió una mirada que me hizo comprender. Una visión .
-¿Estas buscando un regalo para alguien especial?- pregunto Tutele sonriendo y subiendo y bajando las cejas.
-Emm... si... Alguien especial.- dije rascandome la nuca.- Hace unos días fue su cumpleaños y quería regalarle algo.
-Ya... para Rosslyn Brennan.- nuevamente me la quede mirando con sorpresa.- Veamos, que tenemos por aquí, haber, haber...- canturreaba. Empezó a levantar y quitar cosas buscando algo que poder regalar.- Tu también puedes mirar, así los dos abarcamos más espacio. Cuando veas algo me lo muestras, no vaya a ser que sea algo... Bueno da igual. Enseñamelo.

Beaton HillsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora