Capítulo 15: Luna Llena

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PVO ALESSANDRO

En cuanto Rosslyn había salido escopetada hacia el bosque, no me lo pensé dos veces y la seguí. Oí la voz de mis hermanos en mi mente.

"¡Alessandro! ¡Vuelve es peligroso!" Gritaba Erik con preocupación.
" te muerde date por muerto, hermano." Dijo Braden
"No puedo. No voy a dejarla sola." Les respondí.
"Ten cuidado." Dijo Katerina con tristeza.

Ahora Rosslyn estaba a mi lado. En parte me sentía mejor por que al menos conmigo no le pasaría nada malo. Yo la protegería. Mientras la miro sin que se de cuenta, pienso en lo extraño que es preocuparse por alguien que apenas conozco de hace nos meses. Pero desde el momento en el que la había visto, había sentido una... atraccion. Erik, que es el romántico de la familia, decía que en la vida todos tenemos un amor verdadero, incluso los vampiros, y que cuando uno lo encontraba debía guardarlo, por que una vez hallado, duraba toda la vida. Obviamente, yo, con mi cinismo, me había reído de esa idea. Pero, ¿y si tenia razón? Hasta ahora, en mi larga y triste vida, nunca me había enamorado. Que sabía yo del amor. Podría tenerlo delante y no me daría cuenta. Por que, ¿quien seria capaz de amar a un... monstruo como yo?

Nos agachamos. Al parecer Ross ha oído algo que yo, envuelto en mis pensamientos, no he oído. Ella me señala a un punto y lo veo. Derek esta en el suelo, retorciéndose de dolor. La luna no está aún en su cenit, pero la transformación esta empezando.

-Ross,- digo poniendo mis manos a cada lado de su cara, acunandola.- se que es tu hermano, y te preocupas por el. Pero es peligroso. La primera transformación es la peor. Tenemos que irnos. El estará bien.
-No puedo...- dice con lágrimas en sus ojos. Percibía que no se encontraba bien. Ella misma estaba efectuando un cambio en su interior.
-Ross, tu también estas cambiando.-vi como sus manos temblaban.- Nos vamos.- la cogi en volandas y empecé a correr rumbo a mi casa. Mi madre sabría que hacer.

Cuando llegue, Alasdair Brennan y Lorelain Maxwell estaban ahí. En cuanto nos vieron, corrieron hasta nosotros.
-Tranquilos, ella esta bien. Pero Derek... esta en el bosque, en pleno cambio.- les explique.
-¡Mierda! Lorey quedate con Rosslyn. Yo me encargo de Derek.- abrazo a Lorelain y a Ross y se encaminó hacia el bosque.
-¡Alasdair!- grito Lorelain.- Ten cuidado. ¿Sabes lo que tienes que hacer?- este asintió y se fue.- Bien... gracias por traerla, Alessandro. Rosslyn, cariño, ¿como estas? ¿Sientes algo raro?
-Sí... Me duele un poco la cabeza y siento como si me quemarán las venas.- respondió Ross con un deje de cansancio.
-Falta poco.- murmuró Lorelain.

Entramos dentro de casa. Deje a Rosslyn acostada sobre el sofá, pero esta enseguida se sentó y abrazo a su tía. Vi que Aria estaba abrazada a Erik, llorando.
-Tía... ¿que me va a pasar?- pregunto Ross temblorosa.
-Pues sentirás como si algo dentro de ti creciera y quisiera salir. En el momento que no puedas más, tienes que dejar que salga de ti. No lo fuerces.
-Yo puedo ayudar.- dijo mi madre. Lorelain la miro recelosa.- Antes de convertirme en vampira, era bruja.- Ross se relajo y miro a mi madre con expectación.- Según tengo entendido, eres muy especial. Lo suyo seria que lo hicieras fuera. Por lo que se, estas cosas suelen causar algún desastre a los alrededores y, si no te sabe mal, me gustaría que no destrozadas mi casa.- todos nos reímos.- Sí quieres, yo puedo estar contigo cuando ocurra todo.
-No se si es buena idea...- empezó a decir Lorelain.
-Insisto. Estos acontecimientos a veces pueden ser algo... peligros. Yo puedo soportarlo y evitar que le pase nada malo a Rosslyn.

Después de una larga charla, Lorelain accedió a que mi madre ayudará a Rosslyn. Esta estaba atacada de los nervios. Al fin había llegado el momento. Rosslyn y mi madre salieron fuera y se adentraron en el bosque hasta un pequeño claro. Erik y Braden se quedaron para cuidar de Aria, mientras el resto las acompañabamos a una distancia prudencial. Ansel había vuelto a desaparecer.
Rosslyn y mi madre se agarraron de las manos mientras la luna se ponía por encima de sus cabezas. Lo que sucedió luego, no me lo esperaba. Un fuerte viento empezó a moverlo todo alrededor de ellas. Un remolino de hojas, tierra y todo lo que pillaba el viento, daba vueltas sobre ellas. Oí como Rosslyn se quejaba y como mi madre la animaba a seguir. El viento se fue intensificando, haciendo que tuviéramos que retroceder. Ya casi no podía ver nada con tanto viento y tantas cosas volando. Leo se puso delante de Lorelain para evitar que alguna rama u otra cosa la lastimara. Me cubrí los ojos con las manos y después de minutos que parecieron horas, sucedió una silenciosa calma.
Mi madre estaba de rodillas en el suelo con Rosslyn, que tenia aspecto de cansada pero estaba bien. Regina tenia algunos cortes en la cara, seguramente por alguna rama que la había azotado, que empezaban a curarse. Lorelain se acercó lentamente a su sobrina y en voz baja le dijo:

-¿Rosslyn? ¿Ross? ¿Cómo te sientes?- dijo mientras la ayudaba a levantarse y le tocaba la cara con cariño.
-Me siento... bien. Algo extraña, pero es una sensación estupenda.- todos suspiramos aliviados.

Volvimos a la casa a paso lento. Leo iba por delante. Regina y Lorelain hablaban entre ellas y, por lo que pude oír, parecía una conversación agradable y agradecida. Me quedé junto Ross.
-Gracias.- la mire en silencio, animandola a que siguiera.- Por ayudarme antes.
-No a sido nada.- respondí quitandole hierro al asunto.
-Por cierto, estos días no te e visto. ¿Donde habías estado?
-Pues... tuve unos problemillas y me tuve que ir. Pero ya paso.- dije con un poco de nerviosismo.
-Así que, ¿ya no te tienes que ir?- la mire de reojo y vi que contenía una sonrisa. Era adorable.
-No. No me iré a ninguna parte.- nos miramos unos instantes y sonreímos. ¡Dios mio! Esta chica me iba a volver loco.

Beaton HillsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora