PVO ROSSLYN
Me envolvi más en mi manta, intentando guardar el mayor calor posible. Me había cambiado la ropa mojada, pero aún sentía un frio en mi interior que ni la gruesa manta ni el cálido pijama lograron quitarme. Sentada en el sofá, veía como mis tíos cuchicheaban entre ellos. Derek estaba sentado en una silla de la cocina, dándose masajes en las sienes con los ojos cerrados. La única que estaba tranquila era Aria, sentada en el suelo mientras leía un libro. Mire mejor el libro e hice un amago de sonrisa al reconocer Sinsajo. A sus ocho años, Aria era una devoradora de libros.Por fin mis tíos se callaron y nos miraron. Sus miradas me pusieron más nerviosa. Se acercaron a la barra americana donde estaba Derek sentado y nos llamó a Aria y a mi para que nos unieramos. Permanecimos en silencio hasta que al fin tío Al hablo.
-Bueno... por donde empezamos.- dijo rascándose la cabeza.
-Qué te parece por el principio. ¿Qué me ha pasado en la cafetería? Y no me digáis que no he sido yo, por que se de sobra que todo lo que paso fue por mi culpa.- dije sin respirar. Mis tios se miraron y luego me miraron a mi.
-Ross, Derek, Aria. Lo primero que debéis saber es que todo lo que hacemos es por vuestro bien. Estamos de vuestro lado. Escuchados antes de juzgarnos.- respondió tío Al.
-Os queremos mucho.- añadió tía Lorey. Al ver que los mirábamos expectantes, continuaron.
-Tanto la familia Brennan como la familia Maxwell son muy antiguas. Muy antiguas. Al principio no se llevaban bien, pero por unos ciertos sucesos, se convirtieron en aliados. Se decía que antiguamente en Escocia existían druidas que protegían las aldeas. Ese... don... afectaba solo a la parte masculina. Albus Brennan era el druida más sabio y poderoso del pueblo de Enæra. Todos los aldeanos acudían a el en busca de ayuda y consejo. Hasta que un día, el mal llego al pueblo.- hizo una pausa esperando a que intervinieramos, pero ninguno lo hicimos.- Veréis... llegaron una familia de brujos que solo causaban dolor y devastaban todos los pueblos. Albus no podía dejar que mataran a más personas, así que hizo un terrible hechizo que condenaba a los brujos a abandonar sus poderes y ser esclavos de la noche.
-¿Esclavos de la noche?¿Qué hizo, convertirlos en vampiros?- tío Al miro a tía Lorey. A Derek casi se le cae la mandíbula.- ¿No podéis hablar en serio?
-Pues, aunque no os lo creáis, eso fue lo que hizo. Los convirtió en vampiros. Fue algo terrible para ellos, perder sus poderes era algo deshonroso. Así que se vengaron. Entonces fue cuando los Maxwell llegaron.
-Los Maxwell era una familia de tradiciones. De echo la familia era muy numerosa y estaba extendida por varios territorios. Se decía que tenían un don que podía ayudar a exterminar a los vampiros.- dijo Lorey.
-Albus había gastado todas sus energías luchando contra esos vampiros y solo tenia una hija, Siobhan. En su último aliento, dio todos sus poderes a su hija, cambiando el linaje familiar.
-Siobhan se convirtió en bruja. Vale. ¿Y eso en que me afecta a mi?- quise saber con nerviosismo. Mi tío alzó las cejas y al momento lo comprendí.- No... ¡No! Yo no...
-Sí, Ross. Eres una bruja. Y Aria también lo será cuando cumpla la mayoría de edad.- mi mente se quedo en blanco. Las palabras se atacaron en mi garganta. Se me seco la boca.
-¿Soy una bruja? ¡Qué guay!- exclamó Aria contenta.
-Hay algo más que debéis saber.- tía Lorey saco una foto. La mujer que se veía retratada era muy parecida a mi. Aunque era en sepia, podía notarse que tenia los ojos claros y estaba segura que tendría el pelo rojizo.
-Siobhan es la última bruja Brennan que ha habido hasta ahora. Hasta ahora, sólo han tenido hijos varones y como os dije antes, el derecho a heredar el don cambio al traspasar el poder de Albus a su hija.
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Beaton Hills
FantasyBeaton Hills es un pueblo familiar. El pueblo perfecto para comenzar de nuevo. Un pueblo hermoso, lleno de historia y linajes que se remontan hasta la construcción de este antiguo pero a la vez moderno pueblo. Pero Beaton Hills también esconde sus s...