Capítulo 26: Dulce perdon

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PVO KATERINA

Habían pasado dos días desde el rescate de Aria. Habíamos peinado la zona por turnos. Pero de nuevo habíamos perdido a Nathan. Debía de tener una bruja que borraba su rastro. Regresamos al instituto,  y no vimos por ninguna parte a Bryanna y sus amigas. Aquello era una mala señal.
Ross se había mantenido algo distante. Lorelain nos cuenta que tiene pesadillas. Se que matar por primera vez cambia a las personas. Yo misma había pasado por ello. Alessandro no se separa de ella, la intenta animar un poco, pero por lo que se, ella suele rechazar su ayuda. Deirdre ha estado haciendo preguntas. La habíamos dejado plantada en la fiesta y era normal que sospechara que algo malo había pasado. Pero nadie le contó nada.

Y aquí estoy ahora. Frente a la puerta de mi amiga, dispuesta a hablar con ella y a quitarle sus remordimientos.
-Buenas, Kat. Ross esta arriba.- dijo Lorey señalando las escaleras.
-Ten, Erik me ha dicho que es para ti. Una idea para el menú.- y le entregue una bolisita y esta metió la nariz dentro. Cuando la saco tenia cara de alegría.
-No se como estará el canoli,  pero huele increíblemente bien. Y también hay un cupcake.-dijo sorprendida.
-Sí... para Aria.- y como por arte de magia, esta apareció.
-Me ha parecido oír mi nombre. ¿Eso es para mi?- pregunto con dulzura. Esa niña sabia como ganarse a la gente.
-Sí,  Erik te a preparado algo. Pero te lo comerás después de cenar.- Aria se puso de morros y se marchó con una mirada asesina.

Sin esperar invitación,  subí las escaleras y me dirigí a la habitación de mi amiga. Tenia la puerta entornada. Me asome un poco y la vi sentada en su escritorio. Se la veía meditativa. Toque la puerta y entre. Me dirigio una leve sonrisa a modo de saludo. Me senté en la cama, frente a ella.

-Ross, yo... Quería hablar contigo.- empece a decir. Ella suspiro, imaginandose lo que vendría.- El otro día... se que fue duro lo que paso, pero...
-¿Pero que, Kat? Mate a seis personas. Casi mato a Alessandro. Si no me hubiera suplicando,  yo...
-Seis personas que no hubieran dudado en matarte a ti, a nosotros y a tu familia. Y lo otro... estabas alterada. Somos resistentes, nos curamos en seguida. No sufras por ello. Alessandro ya te perdono.
-¡Pero yo no!- exclamó ella levantándose de la silla.- No me hubiera perdonado si le hubiera...- No pudo terminar la frase.
-Lo se... pero tienes poderes hace relativamente poco. Aún no los controlas.- dije para quitarle importancia.
-¡Soy peligrosa!- dijo molesta. De un estallido, el vaso que estaba sobre la mesa explotó, derramado el agua por todas partes.- Ves. Soy peligrosa incluso para vosotros.
-No. No hagas esto.
-¿Hacer que?- pregunto ella sentándose de nuevo en  la silla.
-Echarnos de tu vida. Alessandro te necesita. Yo te necesito.- me removi nerviosa en mi asiento y le conté como me sentía.- Eres la única amiga de verdad que he tenido. He vivido cientos de años. He visto cómo pasaba el tiempo para todos menos para mi. He visto traicionar a amigos solo por vivir un poco más. No me quejo de mi familia ni de ser vampira, pero me hubiera encantado vivir como una familia normal, con hermanas y en la misma casa que me crie.
-Kat, escucha...
-No. Escucha tu. ¿Sabias que tenia una hermana? Mi madre tuvo gemelas. Pero mi hermana murió al poco de nacer. Me he preguntado toda mi vida como hubiera sido si hubiera vivido. Tu eres lo más cercano que he tenido de sentir eso, de tener una hermana.- en este momento las lagrimas empezaron a salir y Ross estaba igual.- Para mi, tu eres parte de mi familia. Y te voy a proteger de ti y de cualquiera que intente hacerte daño.
-Gracias.- dijo ella lanzándose sobre mi para abrazarme.- Yo también te considero una hermana.
-Alessandro esta aquí.- Lo dije por que había visto un cuervo volando cerca de la ventana. Nos levantamos y nos encaminamos hacia la entrada, ahora de mejor humor. Cuando Ross habría la puerta, mi hermano ya estaba ahí esperando. En cuanto lo vio, se lanzó a su cuello.
-Lo siento, lo siento.- repetía una y otra vez mi amiga. Mi hermano se limitó a abrazarla y enterrar la cara entre su melena.

Me aleje de ellos para darles algo de privacidad y fui hasta la cocina donde Aria estaba cenando y Lorey limpiando.

-¿Ya se han...?- pregunto Lorey. No termino la frase pero sabía que quería decir, así que asentí.
-Me debes cinco pavos, señorita Lorelain.- dijo Aria extendiendo la mano. Sin poder evitarlo, me eche a reír.

PVO ALESSANDRO

Paseabamos por la calle cogidos de la mano. Echaba de menos el brillo en los ojos de Rosslyn. Se la veía más relajada. Tendría que agradecérselo a Katerina. Nos dirigimos a un banco.

-Alessandro, yo...- empezó a decir Ross algo nerviosa mientras nos sentábamos.
-No. Nada de disculpas. No tienes que hacerlo.- la ataje. Aquello era innecesario.
-Pero...
-Pero nada. Cuando... estaba recién convertido, mate a un hombre. Era buena persona. Lo conocía por que solía ir a su tienda a comprar dulces para mi hermana.- trague saliva y continúe.- Estaba sediento y mi instinto me llevo hasta el, al parecer se había cortado. Lo de sangre en cuestión de segundos.
-Alessandro.- dijo Rosslyn acercándose más a mi y acariciando mi nuca.- Lo siento.
-Y yo. La gente achacó lo ocurrido a un animal. Y en cierto  sentido eso soy. A lo que quiero llegar es que, a largo de mi vida he matado a mucha gente. Me arrepiento de muchas de esas muertes, de otras no. Desde que Leo me íntegro en su familia, he intentado ser mejor persona y, en cierto sentido, creo que lo estoy logrando. Erik y Ansel me ayudaron  con mis remordimientos y digamos que canalizó todos esos pensamientos en ser mejor persona.- me gire hacia Rosslyn y le pase un mechon de pelo por detrás de la oreja.- Eres aun muy joven para que te estés torturando por querer defenderte. No lo hagas. Ellos no lo harían por ti.

Un diminuta lágrima recorrió su mejilla y sin pensarlo, bese su mejilla, privando el sabor salado de su lágrima. Me sonrió levemente y nos besamos. Oh dulce néctar. Ni el chocolate me parece tan dulce después de besarla. Mi móvil vibró. De mala gana, me aparte de ella, no sin antes darle un último beso.

-Dime, Leo.
-Necesito que Kat y tu vengáis a casa. Tenemos una sorpresa.- me contesto con alegría y excitacion.
-¿Y Braden y Erik?- pregunte al recordar que se habían marchado a por "comida".
-En diez minutos estarán en casa. Ah! Dile a Rosslyn que puede venir.- y colgó.
-¿Pasa algo?- pregunto Rosslyn cuando me levante. Extendí mi mano para levantarla.
-Tenemos que ir a mi casa. Mi padre dice que tiene una sorpresa.- dije mientras volvíamos.

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-¿Y bien? ¿Donde esta esa sorpresa?- pregunto Katerina cuando entramos en casa.
-Supongo que soy yo.- dijo un voz femenina y muy conocida. La mujer cruzó la puerta del jardín y se paró delante de nosotros, sonriendo.-¡Hola, chicos! ¿Me habéis echado  de menos?
-¡Darian!- exclamamos Katerina y yo mientras corríamos a abrazarla.

Beaton HillsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora