Pasé toda la noche con pesadillas. En mi mente no dejaban de aparecer imágenes de ese ogro y de su cuerpo inerte. En una de las pesadillas, el ogro se levantaba y me perseguía para matarme. Fue una sensación muy desagradable. Más de una vez me levanté de la cama con un sudor frío y jadeando, lo que hizo que Anna se acercara a mí y me preguntara qué me pasaba.
No quería decirle nada. Ella ya tenía bastante con sus propios problemas como para contarle mis asuntos, que me parecían estúpidos. Zorelix solía observarme en esas situaciones. Él sabía que algo no andaba bien; solo había que ver mi aspecto. Las ojeras eran notables, y mi piel estaba pálida. Había dormido pocas horas y aún seguía con esa imagen que me perseguía incluso estando despierta. Llegó un punto en que, al caminar por los pasillos, miraba instintivamente hacia atrás, nerviosa, temerosa de correr la misma suerte que ese ogro. Fire también se había dado cuenta de mi estado.
No paraba de preguntarme, pero las palabras no querían salir de mi boca. Aún seguía con esa sensación amarga que experimenté al ver al pobre ogro. Era una sensación que presagiaba problemas. Debo decir que siempre me consideré una persona bastante asustadiza. A veces me sentía ridícula, pero en esta ocasión el miedo que sentía era más que lógico: había un asesino merodeando por el internado. Los profesores encontraron el cuerpo. De inmediato convocaron una reunión, preocupados por la seguridad de sus alumnos.
Desde ese momento, todo se convirtió en un control absoluto. Nos revisaban los bolsillos y mochilas, asegurándose de que nadie tuviera ninguna arma. Incluso advirtieron a las brujas que no podían usar sus poderes en el recinto estudiantil, a menos que la clase lo requiriera. Todo era un caos absoluto. Anna y yo pasamos horas en la biblioteca, buscando algo que nos diera una pista de lo que estaba sucediendo, pero no encontramos nada. Desesperadas, decidimos que era hora de ir a comer algo. Mi estómago pedía a gritos comida. Al llegar al gran salón, el silencio se instauró, no por nuestra presencia, sino porque Acua estaba detrás de nosotras. Su aura era poderosa; incluso yo, que aún era una novata en todo esto, lo percibía.
Era sofocante, me recordaba la sensación de estar en mar abierto. Me hacía respirar con dificultad, mis manos temblaban, y un respeto inexplicable se apoderaba de mí cuando ella estaba cerca. Sin duda, era la viva imagen de la realeza.
—Madre mía, no hemos encontrado nada —suspiré, resignada.
Además de buscar la información que necesitábamos, me había tomado la libertad de aprender cómo identificar los portales. Se mencionaban pocos de ellos en los libros. Lo que había leído era que se camuflaban en círculos de setas, setas de colores llamativos; pero eso no era una pista útil, ya que todo en este mundo era llamativo.
—Todo es muy extraño. No comprendo la razón por la que mataron a ese ogro —declaró Anna. Asentí, estaba de acuerdo con ella.
Comimos en silencio, pero esa tranquilidad se esfumó cuando vimos que Fire, junto con Yulen y Acua, se sentaban a nuestro lado. Yulen aún me miraba con desconfianza. Podía comprenderlo, pero me daba rabia. Detestaba que todos me miraran como si fuera algo extraño, algo que no debería existir. Muchas veces había tenido el impulso de revelar quién era, solo para que me dejaran en paz, pero cuando lo pensaba con la cabeza fría, sabía que eso solo podría empeorar las cosas.
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La Reina De La Tierra-Primer libro De La Saga: Elementos- (EDITANDO) 2ª VEZ
FantasyPrimer libro de la saga: "Elementos" "Y ella aparecerá y el reino de Astra resurgirá" Un mundo lleno de seres mágicos. Una profecía. Una maldición. Una ley que se debe cumplir y un dios que la quiere ver muerta. Cinco elementos. Y un secreto que cam...