Me quedé mirando a mi tía; su expresión cambió. Pude ver el dolor en sus ojos. Agachó la mirada y miraba a todos lados, menos a mí, como si la idea de contarme la verdad fuera más dolorosa de lo que me podía imaginar. No supe qué hacer; sostuve su mano con cierto cuidado.
Quería que supiera que estaba ahí, que no huiría, que quería que me dijera la verdad... mi verdad. Porque se trataba de mí, de mi origen. Un origen que desconocía, algo que desde pequeña me había ocultado. Esa idea me atemorizaba más de lo normal. Una parte de mí quería saber, comprender quién era verdaderamente, pero otra no quería saber quién era, qué pasó. Un pensamiento cruzaba continuamente mi cabeza: "¿Quién era yo? ¿Era una mentira?" Seguramente no era la chica de Canadá a la que le gustaba ver series con su mejor amiga o que disfrutaba pintar en los días de verano, contemplando los árboles que estaban a su lado.
Lo que me había contado es que yo era alguien a quien en el pasado querían muerta. Un dios deseaba que estuviera fuera del mapa. Eso hacía que todo mi cuerpo se tensara; el miedo me consumía, pero intentaba aparentar que estaba bien.
Quizás para mentirme a mí misma o quizás para tranquilizar a mi tía, que tenía los ojos enrojecidos a causa de las lágrimas no derramadas. Ella estaba como yo, quería mantenerse fuerte, pero quizás los recuerdos eran tan sumamente dolorosos que no podía, y la entendía. Tuvo que vivir una experiencia casi insólita, algo que no podía imaginar. No podía llegar a comprender el dolor que sentía. Si yo estaba de este modo, no quería ni pensar lo que pasaba continuamente por su mente, la presión a la que estaba sometida.
Pero sabía que debíamos cerrar este tema para que ya no hubiera mentiras entre nosotras. Quizás eso aliviaría un poco la desconfianza que tenía hacia la persona que me crió. Odiaba tener esa sensación con ella, porque sabía que lo había hecho por mi bien, para que viviera una vida plena y feliz. Aun así, a pesar de que había hecho todo lo que estaba en su mano para que yo estuviera bien, no podía ignorar la punzada de dolor que me había causado la noticia, la verdad.
—Bueno, Asia, la verdad no sé por dónde empezar. Son demasiadas cosas y no quiero que te asustes, pero sé que tengo que decírtelo. Había temido este día desde que me hice cargo de ti. Temía que no estuvieras preparada, pero eso no es tu culpa, sino mía. No te expliqué nada, intenté... intenté que todo fuera bien, que creyeras que eras una humana normal y corriente. Pero la realidad es que no lo eres. No eres humana. Sé que estas palabras son impactantes, pero es así. Nunca has sido humana y, por desgracia, nunca lo serás.
Aquellas palabras me habían calado en lo más profundo. No era humana, sino algo extraño. Algo que había nacido de alguien aún más extraño, en un mundo raro compuesto por seres mitológicos o seres que aparecían en las novelas que solía leer. Era demasiado, sí, pero quería saber. Lo debía saber por mi bien, para saber a lo que me atenía, para saber a lo que me enfrentaba.
—Lo sé... pero yo me siento humana... —sonaba demasiado absurdo. Me di cuenta cuando las palabras salieron de mi boca, haciendo que mi tía se riera con amargura.
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La Reina De La Tierra-Primer libro De La Saga: Elementos- (EDITANDO) 2ª VEZ
FantasyPrimer libro de la saga: "Elementos" "Y ella aparecerá y el reino de Astra resurgirá" Un mundo lleno de seres mágicos. Una profecía. Una maldición. Una ley que se debe cumplir y un dios que la quiere ver muerta. Cinco elementos. Y un secreto que cam...