Miré el portal que estaba delante de nosotros. Podía apreciar la piedra que tenía dibujos decorando el marco del gran trozo de piedra. Pude divisar los diseños de pequeñas hadas; algunas volando, otras luchando y otras sentadas en extrañas flores que no podía identificar. Mis compañeros se pararon en seco al ver el gran portal. Noté que los ojos de todos se posaron de inmediato en el trozo de piedra. En esos instantes me pregunté si era posible entrar o necesitábamos el permiso de alguna hada para poder acceder a la zona.
Estuve a punto de realizar la pregunta cuando dos hadas ataviadas con trajes de lucha hicieron acto de presencia. Los ojos de las dos gemelas se fueron a cada uno de los integrantes del grupo. Sus caras se transformaron en muecas de desagrado que nos daban a entender que nuestra presencia no les gustaba, o al menos no les gustaba a mis compañeros; a mí no me habían mirado, por el momento.
—¿Qué hacen los príncipes de Cagmel en nuestra corte? —dijo la de cabello anaranjado con evidente molestia. Se podía percibir cierto toque ácido en sus palabras.
—Venimos en nombre de los reyes, necesitamos ir a la colina de Hades de inmediato —dijo Yulen con evidente superioridad, como si él fuera superior a ellas.
En teoría sí que era así. Él era un príncipe de uno de los grandes reinos de Cagmel; todos sabían el poder que tenía y él disfrutaba infundiendo el miedo con él. Las hadas se pusieron tensas ante las palabras del príncipe. Los ojos de nuevo empezaron a ir de uno por uno hasta que llegaron a mí. Sus caras se transformaron, se miraron entre ellas, parpadearon rápidamente y antes de que me diera cuenta se estaban arrodillando ante mí. Yo me quedé paralizada, sin saber qué hacer, miré a mis compañeros, pero ellos solo estaban esbozando sonrisas de diversión.
—Lo siento, alteza, lo siento por nuestra osadía. Alteza aún me costaba asimilar que me llamaran de ese modo, me hacía sentir extraña, pero debía aprender si algún día iba a gobernar Astra, bueno, si al final decidía hacerlo.
—No se preocupen, necesitamos ir con urgencia a la colina de Hades —intenté mantener una voz seria, pero las manos me temblaban, no me gustaba ejercer poder sobre nadie.
—Síganme, alteza, por favor; los familiares no pueden entrar, entorpecen el equilibrio de la corte.
Los familiares se miraron entre ellos y de golpe, se transformaron en personas humanas. Me quedé paralizada al ver cómo el gran grifo de Anna tomaba forma humana.
Era un chico de más o menos diecisiete años; su cabello era de color negro y se podían apreciar pequeños reflejos amarillos. Sus ojos, grises, iguales a los de Anna, nos miraban con determinación.
Luego vi que el hipocampo de Acua era una chica de veinte años. Su cabello era de un color coral precioso y sus ojos de un precioso verde musgo. Su piel era blanca y se podía ver arrogancia en sus ojos. Mientras que el Fénix de Fire era un chico de la misma edad. De cabello rojizo y de ojos color ceniza, era intrigante, pero había algo en él que me daba tranquilidad. El colmo fue ver al pequeño Golem en su forma humana. Era un niño de unos cinco años. Cabello blanquecino y ojos azules. Si no lo creyese posible, podría asegurar que se parecía a Yulen; se podrían hacer pasar por hermanos.
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La Reina De La Tierra-Primer libro De La Saga: Elementos- (EDITANDO) 2ª VEZ
FantasyPrimer libro de la saga: "Elementos" "Y ella aparecerá y el reino de Astra resurgirá" Un mundo lleno de seres mágicos. Una profecía. Una maldición. Una ley que se debe cumplir y un dios que la quiere ver muerta. Cinco elementos. Y un secreto que cam...