Estaba enfrente de la enfermería. Una joven druida me miró con una gran sonrisa, seguramente porque me estaba viendo dubitativa respecto a si debía o no entrar. Aston estaba mal. Lo habían ingresado en la enfermería y llevaba dos días sin aparecer por las clases. Lo peor es que yo me encontraba también en un estado lamentable, posiblemente por el atentado que hubo en el bosque que me había dejado un poco aturdida.
Aún no podía creerme que estuviera en peligro. Me parecía de lo más surrealista, pero claro, como he dicho en varias ocasiones, nada aquí podía ser lógico. La magia era así: impredecible y misteriosa. Muchas cosas no estaban en los libros, había muy poca información de algunas razas y otras que tenían tomos y tomos llenos de esa información.
Mis tardes se habían resumido en ir a la biblioteca, investigando, buscando algo que me ayudase a volver a casa. Según había leído, los portales estaban ocultos y eran difíciles de ver. Pero no perdía la esperanza. Sabía que tarde o temprano volvería a la normalidad y que esto solo sería una especie de mal recuerdo.
También había entrenado en mis ratos libres. Holden era un muy buen maestro. Me había ayudado a canalizar un poco mi magia, pero solo un poco. Él me dijo que, como mi poder había estado tan adormecido, costaba más controlarlo y que tardaría un poco más en saber manejarlo adecuadamente. No quería manejarlo, deseaba no tenerlo. No quería tampoco tener a Holden dentro de mí.
Aunque había veces que me había hecho reír, me hacía sentir que no era yo misma, que no tenía poder sobre mi cuerpo. Era algo que me perturbaba, el olvidar quién era. Por desgracia, desde que había venido a este sitio, esas preocupaciones se habían incrementado. Tenía muchas dudas sobre mis orígenes, sobre mi poder, pero al mismo tiempo no quería saber nada, quería ser ignorante. Si no sabía nada, no lo tenía, o eso era lo que mi mente me decía continuamente.
¿No dicen que la felicidad es la ignorancia? Eso era lo que yo quería, ser ignorante de este mundo. Llevaba mucho tiempo aquí y solo me habían pasado cosas malas y dolorosas. Nada de lo que había experimentado a lo largo de mi vida. Pero debía de seguir adelante. No me podía quedar parada, viendo todo lo que sucedía, sin hacer nada. La druida me miró de nuevo. Sentí que mis mejillas se teñían de rojo. No me gustaba que me mirasen, era algo que evitaba. Melany, sí que adoraba ser el centro de atención, pero yo no. Mientras Melany usaba ropa extravagante, yo me dedicaba a usar ropa simple y poco llamativa.
El recuerdo de Melany hizo que se me encogiera el corazón. Cómo la echaba de menos, cómo deseaba poder contarle lo que me estaba pasando. Necesitaba su positividad, su energía. Necesitaba a mi mejor amiga en estos instantes.
—¿Vas a pasar, cariño? Lo digo porque yo me voy a tomar algo y es por cerrar la puerta o no —me dijo con una sonrisa amistosa. Solo asentí. Dudaba que Aston me quisiera ver, pero algo me había impulsado a que fuera hasta él. Era como una voz en mi cabeza y una sensación de evidente angustia que no comprendía.
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La Reina De La Tierra-Primer libro De La Saga: Elementos- (EDITANDO) 2ª VEZ
FantasyPrimer libro de la saga: "Elementos" "Y ella aparecerá y el reino de Astra resurgirá" Un mundo lleno de seres mágicos. Una profecía. Una maldición. Una ley que se debe cumplir y un dios que la quiere ver muerta. Cinco elementos. Y un secreto que cam...