El olor a una extraña hierba inundó mis fosas nasales. Al abrir los ojos, me incliné a un lado y empecé a vomitar la poca comida que tenía en el estómago. Mis amigos que estaban a mi alrededor se alejaron, quizás asqueados por la escena. El único que se acercó a mí fue Aston, quien, cogiéndome del pelo, me acomodó como pudo para que pudiera vomitar. Noté que la mano que estaba libre estaba por mi espalda, acariciándome.
Él estaba un poco aturdido, quizás porque él también se había desmayado del mismo modo que yo. Anna, que estaba un poco más alejada de mí, estaba del mismo modo, nada más que Acua era la encargada de que no se manchara el pelo de vómito. Yulen nos miró a las dos, se percató de las heridas que teníamos en los brazos. Estaban más o menos curadas, pero era una prueba de que nos habían atacado, eso, y las marcas de las esposas que decoraban nuestras muñecas.
Rápido, Yulen se acercó a Anna. Apoyada en un árbol que estaba detrás de él, con la mirada alzada al cielo, quizás asimilando lo que estaba pasando. El rey del hielo estaba enfrente de ella, le alzó la barbilla, miró todas las zonas de su piel, examinándola, comprobando que solo habían sido las heridas de los brazos.
—Vaya, y yo que creía que estarías con Hades en el inframundo —dijo con burla. Para mi sorpresa, Anna soltó una pequeña carcajada: —Lo siento príncipe, aún me queda mucho en este mundo —dijo con una sonrisa, mirándole a los ojos.
—Eso espero... —dijo en voz baja, escondiendo su rostro y ocultando la sonrisa que asomaba por su rostro.
Se alejó de ella, de nuevo, empezó a vomitar. Quizás eran los efectos de la hierba que nos habían pasado por la nariz. Mis ojos se fueron de inmediato a los ojos de Aston, el cual, agachándose, me dio un beso en la frente. Luego alzó mi barbilla y dijo:
—Si hubiera estado aquí, si hubiera estado cuando os atraparon, hubiera disfrutado torturando a los hijos de que os han puesto un dedo encima.
Sabía que era verdad, que no solo lo decía por decir, pero él no podía haber hecho nada. Al fin de cuentas, seguramente, él habría sentido mi dolor y se habría desmayado igual que yo. Mis manos se posaron en sus mejillas y le sonreí.
—Lo sé Aston, pero dudo que pudieras haber hecho mucho. Al fin de cuentas, también habrías sentido cada golpe y cada pensamiento. —Él no dijo nada, y supe de inmediato que había acertado. Era la putada del vínculo, era como estar encadenado a alguien y debía ser una sensación horrible.
Me quité esos pensamientos de la cabeza. Ya tendría tiempo para pensar en eso, para buscar cualquier cosa que pudiera desvincularnos. Levantándome como pude, noté cómo Acua corría hacia mí. Sentí su suave mano sobre mi brazo, y al mirarla, sonreí. Vi cómo sus ojos azulados estaban llenos de un brillo que no pude identificar. Me miró con determinación, me analizó y, para mi sorpresa, dijo:
—Los voy a matar a todos... No se van a escapar de mi ira. Pienso mandar un tsunami si es necesario a la corte de los ángeles caídos. Quiero acabar con todos ellos.
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La Reina De La Tierra-Primer libro De La Saga: Elementos- (EDITANDO) 2ª VEZ
FantasyPrimer libro de la saga: "Elementos" "Y ella aparecerá y el reino de Astra resurgirá" Un mundo lleno de seres mágicos. Una profecía. Una maldición. Una ley que se debe cumplir y un dios que la quiere ver muerta. Cinco elementos. Y un secreto que cam...