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Aisha
Mareos.
Nauseas.
Sudoración.
Lo boca reseca.
Rostro sonrojado.
Respiración irregular y calor. Mucho calor.
No, no estoy así por lo que sus mentes pervertidas piensan —ojalá—, estoy así porque el chico del que estoy enamorada me está mirando el trasero mientras estamos en una sesión de spa en pareja.
Sé que más de una chica por todo el mundo estaría más que feliz de que la miraran como si fuera un polvo de hadas en extinción en un libro de fantasía, lo que se traduce a: deseo. Mucho deseo.
Cuando Theo se da cuenta que lo atrapé mirando, una de mis partes protuberantes y desnudas, su rostro de enrojece.
Aunque su piel es morena se muestra perfectamente el rubor marcando sus mejillas.
Le lanzó una mirada enfadad y el oculta su cara entre los almohadones, aunque en el interior me doy una reprimenda por hacerlo.
—Muy bien chicos, pueden tapar sus partes íntimas con una de las toallas a sus costados. Por ahora no los necesitamos visibles.
¿Por ahora? ¿En dónde me he metido?
Ignorando el latido errático de mi corazón me gira para tomar una de las toallas y colocarla sobre los nuevos binoculares de Theo. Intentando que este no pueda ver más de lo necesario.
Cuando termino me vuelvo a acomodar en la posición que me encontraba antes, intentando que de mi piel se vea lo menos posible e ignorando la mirada de Theo sobre mí.
—Perfecto. Comenzaremos explicándoles en que se basa la sesión. —Keyla nos anuncia, mientras miramos su rostro a través del espejo.
—Comenzaremos con una pequeña relajación, que ambos experimentarán mientras cada una va masajeando su cuerpo. —explica la castaña.
—Después realizaremos una actividad en pareja antes pasar al éxtasis. —las palabras de la pelinegra se van al limbo mientras la mirada de Theo se encuentra con la mía en el espejo.
Lo veo tragar saliva y su nuez de Adán se mueve haciendo que mi boca este sedienta.
¿Cómo sería lamerlo?
Mis pensamientos se interrumpen ante las palabras de Emily.
—¿Dan su consentimiento para todo lo que le acabamos de explicar?
Theo intercepta su mirada con la mía, a través de ella interpretamos lo perdido que ambos estamos. Ya que ninguno escucho la explicación.
—Sí.
—Sí.
La respuesta se da a dúo y las chicas satisfechas se acercan a una mesa tomando varios frascos y colocándolos a nuestro alrededor.
—A partir de aquí no hay vuelta atrás ¿Están seguros?
Theo y yo no lo pensamos ni un segundo antes de asentir.
Emily de coloca al lado de Theo y Keyla de queda a mi costado.
—La técnica que utilizamos se denomina aromaterapia, ya que no solo utilizamos los masajes para relajar el cuerpo. —dice Emily.
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Seis meses para decir no
RomanceElla se acostó con un tipo una noche y ahora él es el organizador de su boda por conveniencia. *** Aisha siempre fue una soñadora. Añoraba tener una historia de amor como la que leía en sus libros. Pero tuvo que afrontar la cruel realidad. ¿Qué pue...