Seis meses para decir no

Capítulo 43

No dejes que la bruma te ciegue.

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Aisha

Parpadeo para acostumbrarme a la claridad que entra por la ventana, me toma un momento darme cuenta que estoy en casa de Abby.

Una caricia en mi cuello me hace centrar mi atención en Theo que yace a mi lado.

—Buenos días, princesa. —su voz ronca por acabar de despertar me hace sonreír.

—Buenos días. —murmuro quejambrosa mientras me acurruco más contra su cálido cuerpo.

Él se acurruca también contra mí, acerca su cara a mi cuello y deja varios besitos que me hacen cosquillas.

—No quería despertarte tan temprano, pero voy a ir al hospital a relevar a Eli. —sus palabras disipan todo el sueño que quedaba en mi sistema.

—¿Hablaste con Eli? —cuestiono con cautela.

—Sí, de echo fue el tono de la llamada lo que me despertó.

—Entonces, ¿Pudiste dormir? —cuestiono con esperanza.

—Sí, probablemente no me creas, pero me quede dormido apenas un momento después que tú y no me desperté hasta que Eli llamó.

—Parece que no hice tan mal el trabajo. —comento con burla.

—En realidad, creo que eres tú. Apenas te abracé me quedé dormido.

—¿Eso quiere decir que soy un somnífero?

—Yo no dije eso.

—Lo sé. —respondo con una sonrisa—¿Qué te dijo Eli?

—Que Scarlett pasó la noche relativamente tranquila y yo le dije que me quedaría con ella hoy. Por eso te desperté, no me quería ir sin despedirme de ti.

—Espera —me siento en la cama con cuidado, y acomodo la sábana a mi alrededor para que no se vea mi cuerpo desnudo, aunque Theo ya lo ha visto—, déjame cambiarme y voy contigo.

—No tienes que ir, no te preocupes.

—Theo, quiero acompañarte, además, no tengo nada más que hacer. Probablemente mis padres ahora mismo hayan botado mis cosas a la calle y hayan hablado con el decano para que me expulsen de la universidad…

—Aisha… —me interrumpe, pero yo lo ignoro y sigo halando.

—Pero, sobre todo, quiero acompañarte y estar ahí para ti y Scarlett.

—Gracias. —musita antes de lanzarse sobre mí y abrazarme, me doy cuenta que él ya está vestido y yo sigo desnuda.  

—Voy a estar ahí para ti, siempre. —le doy un pequeño beso en los labios—. Ahora, déjame vestirme.

Me levanto con un poco de dificultad de la cama y cubierta con la sabana voy hacia el baño, no sin antes, ver por última vez la sonrisa orgullosa que Theo posee en los labios.

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Salimos de casa de Abby, después de dejarle un mensaje a Jack y ella, ya que todos seguían dormidos cuando nos fuimos.

Ahora vamos en el auto de Theo hacia el hospital, pero primero se me ocurrió pasar por una cafetería y llevarle el desayuno a Eli.

Theo parquea frente a una cafetería que no conozco.