No rememores la noche en la que te acostaste con el organizador de tu boda.
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Aisha
Si fuera por mí esto se convertiría en mi actividad favorita, pero la realidad es otra no puedo obviar que mi vida no puedo permitirme disfrutar de Theo ¿O quizás sí?, tal vez pueda ser egoísta por una vez en mi vida. Dejar que todos piensen lo que quieran pensar, me importa un bledo.
Theo es el organizador de mi boda, sí, pero es una boda que si por mi fuera no se realizaría. Por el simple hecho que estoy enamorada del organizador de mi boda y no de mi prometido.id
Por una vez en mi vida quiero que el cliché de enamorarse del hombre con el que te casas por conveniencia sea solo para los libros. Sí, quiero tener una historia de amor como la de los libros, pero que sea una en la que Theo sea el protagonista.
Deseo, pasión y entrega, son sinónimos del encuentro en el que vivimos.
—¿Cómo lo prefieres? —le pregunto a Theo mientras me levanto y oculto mi cuerpo tras la bata.
—Contigo arriba, de ser posible con tu cabello suelto, ¿Ya te he dicho que me encanta tu cabello? Debe ser alucinante verlo cubriendo tu cuerpo desnudo mientras estas a horcajadas sobre mí y....
—¡Theo! —lo detengo cuando una imagen muy vivida estaba formándose en mi mente.
—¿Qué? —cuestiona riéndose el muy pillo.
—Estaba hablando del masaje.
—¡Y yo también! ¿Qué estaba pensando esa mente pervertida?
—Na...nada.
—Finjamos que te creo. Ahora estoy esperando que me hagas mi masaje.
Veo como se sube a la camilla donde yo estaba hace un momento, la toalla que reposa en su cintura se afloja dejando una estrecha brecha que muestra su piel...y algo más. Mis ojos se cierran con un acto reflejo y escucho su risa.
—No creo que te avergüences de algo a lo que llamaste el mejor amigo de tu vida.
Oh Dios.
Consejo: No rememores la noche en la que te acostaste con el organizador de tu boda.
—¿Qué? —parpadeo confundida.
—Oh, claro no recuerdas esa noche. —murmura con ironía.
—¿Hice algo vergonzoso? —cuestiono mirando fijamente su cara.
—No sé si se llamaría alago vergonzoso, porque en mi mente prevalece la imagen de ese encuentro —sonríe—, aunque admito que la pase muy bien y no solo por hacerme reír con tus ocurrencias, sino también con placer.
—Oh Dios —oculto mi rostro entre mis manos, no puede ser que yo haya hecho eso, bueno lo que sea que haya hecho.
Siento el sonido de su cuerpo levantándome y unos segundos después sus manos se apoyan sobre las mías para retirarlas.
—No te deberías avergonzar de hacer algo que te gustó y que hizo feliz a los demás y ya te digo yo que si me hizo sentir feliz.
—Decir eso no va a quitarme la vergüenza, Theo. Todavía más cuando estas así...
—¿Así de...? —me incita a hablar.
—Así de des...—señalo su cuerpo intentando no prestarle mucha atención.
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Seis meses para decir no
Storie d'amoreElla se acostó con un tipo una noche y ahora él es el organizador de su boda por conveniencia. *** Aisha siempre fue una soñadora. Añoraba tener una historia de amor como la que leía en sus libros. Pero tuvo que afrontar la cruel realidad. ¿Qué pue...