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Aisha

Pasó de ser lo que más odiaba a lo que más anhelaba: mi boda. Y todo por él, mi Theo.

Miro mi reflejo en el espejo, traigo el vestido de mis sueños, diseñado por mi, mi cabello está rizado en todo su espelendor y mi maquillaje está perfecto, y sobre todo soy feliz.

—Pareces una princesa de cuento de adas. —comenta Abby con una sonrisa.

—La princesa de Theo, sin duda. —dice la abuela mientras se mira en el otro espejo para retocarse el maquillaje, porque según sus palabras "tengo que estar perfecta en la boda para cuando me comparen, digan que sacaste la belleza de mi".

—No puedo creer que este día haya llegado. —comento con una sonrisa.

—Yo si lo creo, era obvio que Theo te iba a pedir matrimonio, te ama con la vida.

—Como yo a él.

—Ya están de románticas, la novia no puede llorar que se le destruye el maquillaje. —Scarlett llega con un vestido que diseñé para ella, especialmente para la boda.

—Es que está niña está medio tonta por tu niño. —me excusa la abuela.

—Pues mi niño, también está medio tonto por está niña.

—Oye. —me hago la ofendida pero en realidad me encanta estar tonta por él.

—Ay, voy a llorar, alguien tiene un pañuelo. —Eli, la tía de Theo aparece con los ojos rojos.

—Ya llegó la llorona. —musita Scarlett.

—No me puedes juzgar, mi niño se va a casar. ¿Además, viste esa decoración? Dan ganas de casarse.

De inmediato salto con la mención de la decoración de mi boda.

—¿Me puedes dar una pista? —le pregunto a Eli esperanzada.

—No, Theo me mataría. —hago un puchero pero no me hacen caso.

Theo planeó la boda el solito, quería que fuera sorpresa. No me quiso decir nada ni de el color, ni de las flores. Según sus palabras, quería que fuera la boda de mis sueños y el se encargaría se hacerla realidad.

Me pidió que solo me encargara de los que son invitados y el vestido, todo lo demás lo haría él y eso me estresaba.

No es que no confiara en él, por el contrario, me conocía mejor que nadie, pero me daba curiosidad, sobre todo porque no me pidió opinión en nada.

—Lo verás muy pronto. —señaló Abby.

Pero para mi este "pronto" estaba lejano. Porque el tiempo pasaba más lento de lo que esperaba.

—En realidad me muero por ver a Theo antes que a la decoración.

Todas nos reímos, pero callamos cuando escuchamos la puerta.

—¿Puedo pasar?

—Pasa tonto. ­—le digo con una sonrisa y un segundo después ya tengo a Jack frente a mi.

—Oh por Dios —dice exageradamente—, ¿quien me cambió a mi hermana?

—Es que me bañé. —ambos nos reímos y se acerca a darme un gran abrazo.

—Te ves hermosa, Aisha.

—Gracias. —mis ojos pican.

—Ah no, nada de llorar, que no queremos que asustes a Theo y no se case.

Seis meses para decir noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora