|"te creo"

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El viaje fue tranquilo, aproximadamente treinta minutos en carretera hasta que llegaron a un complejo de cabañas en las afueras de la ciudad. Cuando bajaron del auto el frío les dio de lleno en el rostro, la brisa fresca se coló por sus prendas llegando a sus cuerpos, ambos tomaron los bolsos de la parte trasera del auto, Louis habló con un hombre; el cual le entregó un juego de llaves, el ojiazul le hizó una seña a Harry para que lo siguiera, se detuvieron en frente de una cabaña cerca de lo que parecía ser un arrollo, entraron para luego cerrar la puerta detrás de ellos. Claramente, Harry se había encargado de avisar a su mamá y a Lottie que ya habían llegado.

—Es hermosa —susurró Harry mirando a su alrededor.

Un diseño rústico, no era tan grande ni tan pequeña,era cómoda; la sala tenía un sillón de terciopelo marrón en frente de una chimenea, la cual Louis no tardó en encender, luces tenues en cada rincón, una cocina pequeña con muebles de madera, una puerta separaba aquel monoambiente, la cual llevaba hacia una habitación; en el centro una cama de dos plazas con un acolchado blanco, mesas de noche en cada lado, un pequeño closet, en una esquina había una mesa pequeña junto a dos sillones individuales, una puerta que llevaba al baño y una pared era totalmente decorada por un gran ventanal que dejaba ver el arrollo.

—¿Te gustó? —preguntó Louis acomodando los alimentos en las alacenas.

—Mucho —sonrió—. Veo que compraste muchas cosas.

—Antes de llegar a tu casa, paré en una gasolinera y compre lo necesario para los días que estemos afuera —contó.

—Y ¿Sí te decía que no? —se apoyó sobre la mesada para obtener mejor vista de los movimientos de Louis.

—Tendría que llevar todo esto a casa, me serviría para apaciguar la tristeza que me hubiera generado aquella respuesta —se encogió de hombros.

—Tonto —soltó una risita.

—Es la verdad —contestó simple para luego abrir la heladera y guardar las bebidas.

—Trajiste una tienda —comentó viendo en una esquina de la cocina aquel bolso.

—La traje por las dudas, no tenia muchas esperanzas que haya un lugar disponible en algún lado —respondió—. Listo —agregó mientras sacudía sus manos en la parte delantera de sus jeans.

—Bien —se mordió el labio izquierdo.

—Estamos a —miró el reloj que colgaba de la pared— cinco minutos de la navidad y no hay cena festiva en la mesa —suspiró— ¿Vino y snacks?

Harry asintió —¿Donde están?

Louis señaló la alacena, de inmediato el rizado abrió sacando papas fritas y una bolsa Cheetos. Por otro lado, Louis sacó dos copas de cristal  junto a un vino, el cual habia comprado. Ambos llevaron todo hacia la sala, se sentaron en la alfombra en frente de la chimenea, acomodaron los snacks en un recipiente sobre la mesa ratona y las dos copas con un poco de vino.

—Esta delicioso —dijo Harry después de tomar un sorbo.

—Es tu favorito —contestó Louis.

—Es exquisito —sonrió.

—Lo es —asintió Louis.

—Es loco todo esto —soltó para luego llevarse un puñado de papas hacia la boca.

—¿Todo esto? —preguntó — ¿A qué te refieres?

—El hecho de que estemos así porque hace una semana esto no estuviera pasando, ni siquiera imaginandolo.

—Porque era un tonto.

—¿Eras?—levantó una ceja.

—Claro —suspiró —, creo que el no darme cuenta de las cosas me hace un tonto, no, me hace un tonto darme cuenta de las cosas y no hablar —se corrigió.

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