🥀¿En donde estoy? 🥀

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Desperté por el intenso olor nauseabundo, abrí los ojos lentamente para toparme con que los tenía vendados,  traté de mover mis manos para quitarme la venda pero fue en vano ya que unas cuerdas muy ásperas mantenían mis muñecas juntas.

¿Que me había pasado? ¿Por qué estaba aquí?

Al parecer estaba en un sofá grande ya que el querer levantarme me fui de lado quedando recostada.

—¿Hay alguien?.. ¡Ayuda! —hable con la esperanza de que alguien me ayudara.

Pude escuchar una puerta abrirse y unos pasos acercándose a mi.

—Miren quien despertó... —una voz ronca se pudo escuchar. —Buenos días princesa —habló nuevamente mientras acariciaba mi mejilla

Mi respiración comenzaba a agitarse, mi pecho subía y bajaba con gran velocidad.

—shhh...calmate...no te hará daño

—¿Quien eres? ¿Que quieres? —hable con algo de miedo.

—No me recuerdas ¿cierto? —habló aquel sugeto apretando mi mejilla, su mano era áspera y podía sentir algunas cortaduras en ella.

—Por...favor...sueltame...—susurre ya que aquel hombre estaba a centímetros de mi.

—¿Y que ganaría yo si te suelto? —ambos nos quedamos callados —Exacto, no ganaría nada, así que tranquilizate y no te haré daño. —su respiración podía sentirla en mi cuello.

—¡Aléjate! —dije mientras trataba de sentarme bien.

—¡Hey! no dije que te levantaras —habló mientras me tomaba de los pies y los jalaba para quedar completamente acostada en el sofá.

Sentí como el peso del cuerpo de aquel hombre se posaba arriba de mi y poco a poco comenzó a poner sus manos sobre mi cuerpo. Comenzó con mis muslos, los apretaba con fuerza y después de un rato comenzó a subir por mi abdomen por debajo de mi blusa.

Comenzé a llorar, recuerdos vagos comenzaron a llegar, no podía recordar la cara de aquel hombre, pero sabía que había sido en el departamento de Shota.

Entre llanto y miedo pude formular una palabra. —Por favor sueltame...no otra vez...

—¡Dabi! solo te pedí una maldita cosa y era cuidarla, ¡no que trataras de violarla! —otra voz se escucho en aquella fría habitación.

El sujeto que estaba arriba de mi se levantó —Jodete, estaba a punto de empezar la diversión.

—¡Callate y largate! te están esperando para la misión de hoy. —habló el otro sugeto.

Pude escuchar unas pisadas alejarse de mi y la puerta se cerró. Mi sollozos aún no se detenían tenía mucho miedo

—Deja de hacer ruido mocosa insolente, tengo que trabajar y tu estas con tus casas. —El tipo que anteriormente había entrado hablo de nuevo.

Paso un rato y yo seguía llorando, no sabía lo que me iba a pasar, en primer lugar ¿Por qué me habían secuestrado? Tenía demaciado frío y comenzé a temblar.

—¡Ten esto y callate de una vez! —Aquel sugeto me aventó una manta algo gruesa.

Como pude me acomode con ella tapandome por completo para que el frío no entrará, me hice bolita y comenzé a llorar otra vez, quería estar en paz por una vez en tanto tiempo y terminé aquí, ¿Por que tengo tan mala suerte?

Al parecer me quedé dormida ya que el  ruido de la puerta me despertó.

—Shigaraki vete al diablo, ¿Quién es está mocosa? Y ¿Por qué hay tanto revuelo con su desaparición? —los gritos de otro tipo me asustaron.

 𝐋𝐚 𝐝𝐨𝐛𝐥𝐞 𝐜𝐚𝐫𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora