Capitulo quince

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Mikey comía todo lo que veía, la mesa estaba al lado de una ventana inmensa, se veía la puesta de sol, yo solo tomaba una copa de vino ya que había comido antes.

-No te comas todo, te puede dar dolor de barriga- Hable, el asintió, se supone que sería merienda también.

Me levante, ubique mi chaqueta en la cama, remangue mi camisa blanca y afloje un poco mi corbata.

Mikey había ido al baño, posiblemente a lavarse la mano - ¿Que haremos? - Apague las luces ubicándolas en ese color rojo que había visto hace unas horas.

Mikey se acercó a mí. - ¿Si ves ese tubo? - El miro hacia donde apuntaba.

-Si.

-Báilame- El me miro, la luz roja hacia ver su rostro, el abrió un poco sus ojos- y hago lo que quieras por una semana, claro si lo haces bien.

- ¿Me marcaras si te lo pido?

-Luego hablamos de eso, debemos de hablar de muchas cosas- el asintió con su cabeza -Debes quitarte la ropa y quedarte solo en ropa interior.

-Pervertido.

-Así son estas cosas. - Me senté el sofá no sin antes tomar otra copa de vino, Mikey ya estaba en el tubo, abrí mis piernas.

Comenzó a bailar, me sorprendió que lo hiciera demasiado bien, incluso sabia como usar ese tubo, creí que se iba a caer, pero no fue así, su mirada se dirigió hacia mí, me estremecí solo con eso.

Ni siquiera me había dado cuenta de que mi amiguito ya estaba presente.

El rubio dejo el tubo acercándose a mí, se subió en mis piernas, dio una sonrisa al sentir mi bulto, mire a otro lado evitando sus ojos- ¿Desde cuándo sabes bailar en eso?

-Emma lo hace y me enseño- Mikey agarro la copa de mis manos y la dejo a un lado, sus manos desabotonaron mi camisa, ni siquiera me negué. - Tus manos, en mi cintura. - Jadee cuando su voz choco en mi oreja.

Lleve mis manos a su cintura, mi camisa fue abierta por completa, la música hacía que todo esto fuera más erótico.

Mis manos se adentraron dentro de su ropa interior, tocando su suave trasero, Mikey llevo su boca a la mía, dejando un beso corto que fue descendiendo lentamente hasta el bulto de mi pantalón.

Mikey trago fuerte -No debes por que hacer eso, ven siéntate. - Palmee mis muslos, el dudo, pero al final lo hizo, agarre su cuello atrayéndolo a mí, fui acostándolo lentamente en el sofá.

Mikey abrazo mis caderas con sus piernas, mis manos bajaron su bóxer, su erección golpeo mi estómago, el jadeo ante ese contacto de piel.

Su mano desabrocho mi pantalón, bajo un poco dejando mi erección al aire libre, nuestros miembros se tocaron.

Me alejé de Mikey pero sus piernas no me dejaron- Sigue, no me dejes de nuevo con esa erección - Sus manos se aferraron en mi cuello, comencé dejando besos y pequeñas mordidas en su cuello y hombros, sus suspiros iban directamente a mis oídos.

Mis manos agarraron ambos miembros, masturbándolos lentamente haciendo que ambos gimiéramos.

Mi boca fue a sus pezones, mordiéndolos provocando que su espalda se levantara.

Los gemidos de Mikey se escuchaban demasiados suaves, mordí un poco más sus pezones dejando la seña de mis dientes.

Mi boca siguió dejando mordidas y marcas en su cuerpo, saque por completo el bóxer de Leo -Une tus piernas- el hizo caso, me separe de él, saque mi camisa blanca, ubique sus piernas en uno de mis hombros, mi miembro paso por en medio de estas haciendo que el rubio gimiera.

Comencé a mover mis caderas con rapidez haciendo que nuestros miembros se tocaran entre si- Alek..-Sus manos apretaron las mías, su cabeza se hacía para atrás, sus gemidos acompañados de mi nombre eran suficiente como para hacer que me viniera.

-Alek, alek...me voy a venir. Espera- Gruñí cuando apretó un poco más sus piernas- ¡Alek!- su espalda se levantó nuevamente, su semen se esparció en su estómago al igual que el mío.

Sus dedos tocaron ambos fluidos agarrando un poco con sus dedos- Vamos a bañarnos- mire a Mikey quien seguía viendo nuestra esperma, se llevó a la boca un poco, mis ojos se abrieron de golpe -Mikey.

-Sabe raro- Senté al chico, y solo miré- Se sintió bien.

-Si...-

Narra Mikey

Habían pasado unos días, pronto seria año nuevo y nuestras familias se unirían, después de esa noche o tarde, en donde nos acercamos un poco las cosas se volvieron más...

Alek no era el niño santo que conocí, siempre buscaba algo para tocarme, aunque nunca hubo penetración, dijo que no lo haría hasta que me sintiera listo, tape las marcas que había dejado en mi cuello, aun así, se seguían notando.

Se que el quiere marcarme, lo hizo en todo mi cuerpo menos en ese lugar.

-Entonces, en nuestra casa- Hablo Alek, mire a todos, me había olvidado de que estábamos en la casa de mi abuelo, ya habíamos ido donde el padre de Alek, él no le diría nada a su madre.

-Claro- Hablo Emma.

-Yo los pasare recogiendo. - Hablo Alek.

-Voy al baño- Hable, Shinichiro estaba en su cuarto, no quiero que vaya, pero es mi hermano, tampoco es que me desagrade, solo no me gusta lo que dice,

-Pasaremos navidad juntos- Hablo alguien.

-Si- Hable.

- ¿Como esta Alek?- era Shinichiro, me voltee para verlo.

-Bien.

- ¿El cocinara?, es muy bueno cocinando.

-No lose- Johan sonrió.

- ¿Sigues enojado por lo que te dije?, Mikey, eres un niño para él, aparte- él se quedó en silencio, su mirada fue a mi cuello, agache un poco mi mirada para ver si tenía algo, pero no vi nada.

- ¿Que tengo?

-Nada, disfruta mis sobras- Shinichiro fue a la sala en donde estaba Alek con los demás.

-Con gusto- Susurre, entre al baño, deje la puerta abierta, me puse a ver lo que tenía, eran las marcas que él había dejado, sonreí mientras arreglaba la bufanda.

- ¿En quién piensas que andas sonriendo? - solté un chillido al sentir las manos de alguien en mi cintura -Mikey.

-No me hagas asustar- Golpee el pecho de Alek - ¿Porque no estas en la sala?

-Te estabas tardando. - sus manos fueron a mi estómago, se metieron dentro de mi camisa. -  Te extrañe.

-Alek, aquí no.

-Solo te estoy tocando- solté un gemido cuando apretó mis pezones, mi mirada choco con la de alguien.

Shinichiro.

Me entro miedo, Alek subió mi camisa y se metió dentro de ella, hice mi cabeza para atrás, por alguna razón no podía dejar de ver a mi hermano.

-Alek, nos pueden ver, dejaste la puerta abierta- El llevo su mano hasta la puerta y la cerro.

-Ahora ya no.

Mi Destinado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora