Capitulo cinco

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No me sentía con ánimos.

Después de salir de la casa de Shinichiro me comenzó a llamar, le dije a mi padre que mintiera acerca de que estaba donde mi madre y el asintió.

Le mentí a ella diciendo que estaba enfermo y ella vendrá en unos días o eso es lo que dijo.

Mi celular sonaba, tenía miles de llamadas de Shinichiro, mensajes etc, pero no respondía, mis ojos dolían de tanto llorar, las feromonas de él estaban en mi habitación por lo que me pase a la de huéspedes.

-¡ALEK!- Ese era Shinichiro.

-Shinichiro, ya te dije que él no estaba aquí -Cerré mis ojos intentando alejar su sonido -Anda a la universidad, llegaras tarde.

-Señor por favor déjeme verlo, se lo suplico.

Mi cuerpo empezaba a ponerse caliente, las feromonas de Shinichiro invadían mi olfato, no era un Omega Dominante por lo que no podía controlar la expansión de su aroma.

Mi aliento choco con la almohada cuando puse mi rostro en este, la puerta fue abierta dejando ver a Toru, sus ojos se enfocaron en mí, quiso correr hacia mi padre, pero si decía mi nombre Shinichiro correría hacia acá y yo me lanzaría hacia él.

-Te traeré un supresor -Hablo Toru mientras salía de la habitación, antes de hacerlo agarro un libro. - Padre ya agarré el libro que buscaba.

Cuando regrese de la casa de Shinichiro, Toru llego poco después, hablamos, el me consoló hasta que me quede dormido luego de eso se fue a su casa.

La puerta volvió abrirse esta vez dejando ver a mi padre, en su mano traía una funda con el logotipo de una farmacia.

Narra Toru

Shinichiro caminaba a mi lado, lo había sacado de la casa de Alek porque su olor comenzaba a llegar hacia donde él estaba, Shinichiro tenía la nariz roja de tanto llorar.

Me daban ganas de golpearlo, nunca me lleve bien con él, las veces que lo observaba siempre andaba coqueteando con personas y lo odiaba.

-Toru- Mire por costumbre hacia su llamado- ¿Dónde está el? -Voltee mi cabeza ignorándolo -¡Toru!

-No se- Si sabia, pero no le diría, incluso si el estuviera a mi lado escondiéndose le diría que no sabía dónde estaba.

-Toru, se que no nos llevamos bien..incluso ahora has de estar deseándome el mal, pero yo amo a Alek -Observe su rostro, las lágrimas bajaron por sus rosadas mejillas -Lo amo demasiado y quisiera volver a estar con él.

-Alek te fue infiel -El me miro, debía decirle algo -Conmigo, lo fui a dejar al aeropuerto, él no me dijo nada sobre ti hasta que estuvimos esperando su vuelo, cuando termino de contármelo lo bese, al principio se negó, incluso golpeo mi rostro, pero insistí nuevamente y esta vez me siguió, luego lo hicimos en el baño por último se fue -Shinichiro observo mi rostro, busco alguna señal de que mentía, pero solo sonreí -Me gusta alek.

Era mentira, no me gustaba mi mejor amigo, era como mi hermano, Shinichiro apretó sus puños si me golpeaba lo podía golpear -Esta bien...se que mientes- Hablo Shinichiro-no tienes el golpe- el enseño su rostro, froto su mejilla dejando ver una marca entre morada y verde -Alek me golpeo ayer, deberías tener el mismo golpe.

-Tal vez -Lo ignore restándole importancia a lo que me decía- Alek nunca me golpeo tan fuerte, el no puedo herirme ni yo a el-  Shinichiro camino detrás de mi, no volvió hablar.

Ni siquiera me busco cuando las clases terminaron, volví a la casa de Alek para poder verlo y darle las tareas para que si no se atrasara.

Narra Alek

Mi mano estaba cansada, había llegado mi Rut, mi padre me trajo los supresores y pastillas, pero no me hacían efecto, siempre pase mi Rut con Shinichiro, nunca use supresores y las veces que estaba en la casa de mi madre ella me mandaba a mi casa para llamar a Shinichiro.

Mi padre fue a buscar algo para poder calmarme, mi miembro ardía, mis manos estaban llenas de mi semen, me volví a correr sintiendo como la punta de miembro ardía de manera infernal.

La puerta fue abierta, Toru llego, prendió la luz y se acercó a mí, no me daba vergüenza que me viera de este modo, había pasado algo así algunas veces.

-Te pondré un paño frio en tu frente para que baje un poco el calor -me acostó, ubico la sabana en mi cuerpo -¿Quieres que te llame a una Omega? - Hablo.

-Necesito a mi Omega -Toru apretó sus labios, es el peor momento para que esto pasara, soltó un suspiro para levantarse -Ayúdame- sus ojos se enfocaron en los míos los cuales posiblemente estuvieran de un color dorado- Solo una vez, mi mano me duele, siento que se me caerá si yo mismo lo toco.

-Alek mejor llamare a un Omega.

-Sera como serle infiel a Shinichiro, no quiero rebajarme a su altura.

-¡No puedes solo quedarte a sufrir de esa manera!, Si tu padre no trae algo para calmarte seguirás así.

-¡Ya!- mi padre corrió hacia mi, Toru se hizo a un lado, inyecto el supresor, a las pocas horas me sentí algo aliviado, mi cuerpo seguía caliente pero las ganas de tener a alguien habían pasado.

Me quede dormido mientras mi padre y Mark limpiaban el cuarto, me sentí mareado y lo último que paso por mi cabeza fue querer ver a Shinichiro, aunque sea un segundo más.

Dejaría todo lo que había hecho y le pediría empezar de nuevo, pero ya no era posible, mi orgullo no quería ni siquiera verlo en pintura, posiblemente solo lo atacaría y reclamaría como mío a tal punto de tal vez lastimarlo, solté un suspiro para luego quedarme dormido, sentía un tacto caliente tocar mis manos.

Tal vez era mi padre, o mi madre había llegado.

Mi Destinado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora