Capitulo Treinta y dos

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Me sentía mal, después de lo que dijo mikey no pude parar de llorar.

Quería estar con él, formar una familia junto a él, pero él no quería, debería respetar su decisión, pero tampoco era que me gustaba la idea de que abortara a mi hijo.

Pase durmiendo en la oficina, le pedí a Toru y Samantha que se encargaran de la empresa mientras descansaba, compré ropa a veces iba a los hoteles para darme un baño u solo a las saunas.

No podía estar lejos de Mikey, a las dos semanas volví a casa, el me esperaba.

Me hablo, pero decidí ignorarlo, si decía algo lo más seguro es que le perdonaría todo, pero no quería hacerlo.

No después de lo que dijo, cuando comento que no lo iba hacer solo lo ignore, ya me daba igual lo que hiciera, cerré la puerta.

Le pedí a Sofí que me trajera la comida y mis cosas de trabajo, no quería salir del cuarto mas que solo a trabajar, mi cuarto estaba con seguro, solo Sofí tenia la llave y le pedí que por favor no se la diera a nadie mas.

Me levante a las 4 de la mañana, el desayuno no estaba listo y tampoco tenía necesidad de comer, mi cuerpo se sentía algo caliente, mi cabeza dolía, desde ayer andaba así, tal vez era por el hecho de que no me había alimentado bien y he estado alejado de Mikey.

Al salir lo vi, él estaba en el sofá, temblaba un poco por el frio, agarre una sábana y se la ubique, salí de la casa, esta vez no maneje, sentía que no debía hacerlo.

Llegue, un poco cansado, pero lo logre, no había mucha gente en la oficina.



Tu temperatura corporal se elevaba, tu respiración se volvió agitada y la necesidad de satisfacerte estaba en tu cabeza repitiéndose como un disco rayado.

Tu celo había llegado, no le tomaste mucha importancia y en el peor momento había llegado, no tenías a tu Omega y sobre todo eso, ni siquiera querías verlo.

Tu mano comenzó a frotar tu erección sobre tu pantalón intentando satisfacerte, buscaste algún inhibidor para poder ponértelo o tomar, pero no lo tenías.

Intentaste llamar a Toru pero tu celular estaba en tu maletín el cual lo había dejado en el sofá, comenzaste a seguir frotándote mientras echabas tu cabeza hacia atrás.

El calor era insoportable, demasiado insoportable, comenzaste a desabrocharte la camisa, mientras pegabas tu cabeza a tu escritorio, Toru recién llegaba con Abi, como de costumbre fueron a tu oficina para saludarte.

-Toru- Abi paro el caminar de Mark, aunque las feromonas no le hacían nada por el hecho de que estaba embarazada, aun así, eran demasiadas fuertes.

-Mierda- Toru dejo a su novia en un lugar alejado, tus feromonas comenzaron a esparcirse por todo el lugar, tu mejor amigo corrió hacia ti, tus feromonas hicieron que su cuerpo se estremeciera. - Alek- Hablo en un tono fuerte al entrar a tu oficina.

Estabas sudando, habías arrojado las cosas en tu escritorio- Toru, pásame un inhibidor- Toru se quedó plasmado, no tenía uno.

-Llamare a Mikey, tienes pareja, no puedes usarlo.

Toru salió, Samantha había llegado, tus feromonas hicieron que su cuerpo se calentara, corrió hacia ti, buscándote por tu olor. - ¡Samantha, ven! -grito Abi, pero esta no hizo casa, Abi comenzó a negarle el paso a los omegas y Alfas, solo a los betas los cuales aun siendo beta podían sentir tu olor.

-Alek- hablo con la respiración agitada Samantha, fue hacia ti, mientras sacaba su blusa, te la quedaste viendo, sus feromonas se combinaron con las tuyas, la pelirroja se fue acercando a ti, pero tú te ibas alejando. - Márcame, mi cuerpo- Quedo en sujetador.

Mi Destinado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora