Capitulo treinta y tres

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Me encontraba acostado, sé que esta semana he tenido sexo con Mikey por lo de mi Rut, es mi omega después de todo, me estuvo ayudando en esto, esta embarazado, de alguna manera fue cansado y se ha sentir demasiado agotado.

-Buenos días- Hablo Mikey al entrar al cuarto- Alek sobre.

-Lo siento- el levanto su mirada hacia mi- Te use para calmar mi celo, aunque estábamos peleados- El apretó sus manos- sobre nuestro problema, será mejor que nos divorciemos, sé que no llevamos mucho. ..pero si esperamos unos meses...- Mi corazón dolía, mi cabeza daba vueltas, apenas podía pensar con claridad.

-Tendré al niño.

-No te sientas presionado, si no lo vas a tener puedo pagar el aborto, y si lo piensas tener me hare responsable.

Tenía miedo, si lo tenía, ¿Y si nos dejaba?, al igual que mi madre lo hizo con mi padre.

- ¡NO ME QUIERO DIVORCIAR! - Su grito me hizo mirarlo- ¡Quiero estar contigo!, ¡tuve miedo al principio!...no quería formar una familia, no me siento listo...pero tampoco quiero estar lejos de ti...no lo quiero, no lo quiero- sus lágrimas salieron a flote- pero quiero verte siendo un padre, quiero ver como cuidas a nuestro pequeño.

-Me case contigo porque te amo, ni siquiera había pesado eso cuando estaba con Johan, y si tal vez lo dije fue porque él lo pedía, me hacía ilusión tener una familia con el....sin embargo me fue infiel, dije que no iba a volver a enamorarme, pero volviendo a Japón supe que eras mi destinado- hice una pausa- no...no lose, sentí que todo iba demasiado rápido....en mi mente siempre estuvo formar una familia, pero luego que dijeras que no querías y todo lo que dijiste...no sé qué pensar, quiero estar contigo...lose... 

-Lo tendré, estaremos los 3.

-No quiero- lo que dije lo hizo asustar- No quiero terminar igual que mi padre...estas teniendo al bebé porque yo lo quiero, no porque tú lo quieres....¿y si te vas cuando él ya es un niño de 6 años?, ¿qué hare?, ¡Ambos sabemos lo que es crecer sin padres!, ni siquiera conoces a tu padres...y la mía ni siquiera me presto atención....aunque mi padre siempre estuvo conmigo...estaba ausente por el trabajo...pasaría lo mismo.- mire a Mikey- yo no quiero que mi hijo crezca sin el calor de sus padres.....soy alguien que trabaja...tu podrías quedarte con el hasta que yo vuelva

-No será así- apretó sus ojos- Alek yo quiero estar contigo...no me siento listo para ser madre...pero lo intentare.

-Avísame cuando hagas el aborto- me levante, no quería escuchar más de lo que probablemente era una mentira- puedes quedarte aquí, comprare algún departamento. - pase por su lado, pero me detuvo.

-No me dejes- sus manos se engancharon en mi cuerpo impidiéndome el paso, quería llorar, pero no delante de el- por favor- su cuerpo se sentía algo débil, no duro mucho, su cuerpo se sintió liviano y termino durmiéndose.

Lo agarre en mis brazos y lo ubique en la cama, sus ojos estaban demasiados rojos, sus manos estaban algo frías, todo este problema le podía afectar al pequeño.

Él no lo quería tener, lo sé, dice que tiene miedo, tampoco puedo obligarlo a pesar de que anhelo formar una familia.

Me acosté a su lado, tocando sus cabellos, mi mano fue a su vientre tocando por encima de su ropa, Leo movió su mano sobre la mía, en su mano estaba el anillo de compromiso.

No quería divorciarme.

No quiero alejarlo de mí.

No quería estar lejos de él.

Pero tampoco quería tener que lidiar con el problema del abandono, no quería volver a sentirme solo, no quería tener que pensar en cómo deshacerme de los recuerdos de esa persona, no quería volver a llorar hasta quedarme dormido.

Me sentía seguro con Mikey, pero esa parte ya fue en el olvido, ahora siento que cualquier cosa que haga probablemente le moleste, si salimos puede que conozca a otra persona, aunque seamos destinado posiblemente el vínculo se pueda romper y eso significa que la otra sufra.

-Alek- la manera en cómo susurraba mi nombre mientras dormía me hacía recapacitar.

Mire la puerta y luego a Mikey, era un debate de quedarme o irme, mi mente paso esos pocos recuerdos que fuimos creando.

Tal vez fue mi culpa por no usar la protección adecuada, las pastillas no son un método seguro.

Me levante, aunque su mano seguía sosteniendo mi camisa, solo solté su agarre y me fui hacia el cuarto en donde dormiría.

Me senté en la silla del cuarto, encendí la laptop, comencé a navegar por las redes sociales, había mucha gente junto a sus hijos.

Mire por la ventana nuevamente perdiéndome en mis pensamientos.

Un niño jugando junto a los dos, posiblemente también en la cocina pidiéndole a sofí su leche, o jugando en el pasto del pateo con sus juguetes, Mikey sonriendo como de costumbre y yo observando a las dos personas más importante de mi vida.

Pero no podía sacar eso de mi imaginación, cerré el ordenador y fui nuevamente a la habitación en donde se encontraba Mikey.

Una parte de mi decía que me quede, que le crea.

Pero otra tenía miedo a volver a ese agujero en donde había salido y me daba miedo volver a entrar. Volví a darme la vuelta para irme a la oficina, pero una pequeña mano me agarro- No te vayas.

Mire a Mikey, tenía abierto sus pequeños ojos, solo lo mire, mi expresión era nula- Quédate por favor- esa palabra me hacía recordar cuando le pedía a mi madre que se quedara con nosotros, o le pedía a mi padre que no fuera a trabajar porque me daba miedo estar solo.

Pedí que me hiciera más espacio y me acosté a su lado, sus manos abrazaron mi cuerpo, abrace igualmente su cuerpo dejándome llevar por este pequeño momento que posiblemente no volveríamos a tener.

-Te amo- susurro mientras volvía a cerrar sus ojos, olí el aroma de su cabello. - Te amo demasiado.

Yo también te amo, pero esta vez no podía decírtelo. -Duerme, me quedare contigo.



Mi Destinado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora