Capitulo cuarenta y Cinco (final)

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El día había llegado, después de una larga espera mi primer hijo había nacido.

Mikey me oculto todo.

Desde sus idas al doctor, el sexo del bebé solo sabía lo de Abi..

Daba vueltas por los pasillos, ni siquiera pude entrar ya que fue petición de Mikey, quería que todo fuera sorpresa.

El doctor abrió la puerta, mi cuerpo se tensó, tenía miedo de que dijera algo que mis oídos no querían escuchar sin embargo de su boca salió "Felicidades, es padre de una hermosa y sana niña".

Me permitieron verla y eso me puso feliz, después de unos segundos Mikey se cambió de habitación y yo pude entrar, la pequeña estaba en una cuna al lado de la cama, mi atención fue para ella y solo para ella, Mikey dormía, su parto fue normal así que debe estar cansado.

-Hola pequeña - Susurré, su pequeña mano apretó mi dedo meñique, sus quejidos me parecían tan tiernos, su cabello era rubio y su piel era blanca, de alguna manera solo pude pensar en mi abuela - Lyli - Sonreí.

-Es un excelente nombre. - Abi se puso detrás de mí- Se parece a Mikey.

- ¿Verdad?

-Espero que ya crezcan- Toru miraba a su hijo de tres meses -Tahiel será un bueno novio para Lyli.

-Mantente alejado de mi hija- Susurre.

Mikey se levantó por el ruido, al hacer tanto ruido el pequeño Tahiel comenzó a llorar haciendo que Lyli se levante, agarre a la pequeña y la movía de un lado a otro sobre mis brazos, nada brusco.

No duramos mucho en el hospital, a la semana nos fuimos a la casa ya que debíamos primero ver si Mikey podía darle de lactar a la pequeña Lyli, gracias a los dioses si pudo.

Ya en la casa Mikey se encargaba de cuidar a Lily en las mañanas y yo en la noche y tarde golpe de 6 que llegaba a la casa.

Todo estaba bien, pero el único problema era que Lyli no quería que nadie más la agarrara más que nosotros.

Y Mikey tenía aun dolores de espalda por el parto así que tuve que quedarme una semana más en casa hasta que los dolores disminuían.

- ¿Te duele mucho? - Mikey estaba a mi lado, Lyli descansaba en mi pecho, su cuerpo era demasiado pequeño comparado al mío.

-Ya no mucho- Mikey toco el rubio cabello de la pequeña-Deja de engreírla.

-No puedo dejar de hacerlo -Sonreí.

Se escucho una queja por parte de la pequeña junto a un bostezo, comenzó a moverse sobre mi pecho, la acosté en la cama para que se estirase.

Era tan divina.

Los meses pasaron, Leo y yo nos cuidamos ya que no queríamos un segundo hijo por ahora, Lyli ya tenía 8 meses.

Comenzar a sentarse y querer gatear más por sí sola, le compramos rodilleras y entre otras cosas.

Era muy energética, sus ojos salieron café claro y su cabello se puso ondulado, pero seguía siendo rubio, incluso más que antes.

Tahiel se hizo muy amigo de Lyli él ya tenía 11 meses.

Cuando cumplieron un año y algo de meses comenzaron a caminar, comenzamos a sacarla a pasear a la playa o parques teniendo cuenta que no comiera nada, incluso no le dábamos tantas cosas dulces.

Lo único serían las frutas y una que otra gomita que Tahiel le daba ya que Toru le seguía los caprichos a su hijo.

Para los 8 años ya iban a la escuela, Tahiel y Lyli se hicieron mejores amigos.

- ¿Te gusta? - Le pregunte a mi pequeña.

-El rosa no me gusta- Hablo Tahiel.

-No te pregunte a ti- Le saque la lengua- Le decía a mi princesa.

-Tío deja de ser tonto.

-Le diré a tu padre que me dijiste tonto- Con eso se quedó en silencio.

-Papi- Mire a Lyli- ¿Ya veremos al abuelo y la abuela? .

Asentí, mi padre y la esposa de mi padre comenzaron a vivir aquí en Alemania, comencé a decirle madre ya que se me hizo más cómodo en vez de llamarla por su nombre -Hoy veremos a los abuelos o ellos nos verán a nosotros.

-Quiero dormir con ellos.

Tahiel miraba- Yo también quiero ir con ella.

-Claro, mientras no le sigas las tonteras a tu padre.

- ¿Somos novios? - Mikey hizo una mueca ante la pregunta de Lyli- Tío Toru lo dice siempre.

-No escuches eso, Toru está loco.

Mire a la pequeña, es tan sorprenderte ver como crecía.

Y lo siguió haciendo hasta que llegó al colegio.
Me sentía demasiado feliz,  Mikey y yo ya no intentamos tener más hijos, el trabajo me ocupo.

Pero aun así tenía tiempo para las dos personas que más amaba, Lyli era mi mayor orgullo, no solo la niña más linda si no la más inteligente y amable.

En su pubertad supimos que era Omega, yo quería que fuera Alfa pero Omega estaba bien y como de esperarse era dominante.

Tahiel era Alfa, eso hizo que las ilusiones de Mark en donde Lyli y él se hacían pareja aumentaran.

Y entre tantas súplicas al cielo ellos terminaron siendo pareja.

Maldito Mark.

-Queremos independizarnos- Mire a Tahiel.

-Es una responsabilidad grande- Mikey suspiro.

-Pero está bien, son sus decisiones, ya tienen 19 años y están estudiando para bien.

Y con eso deje de tener a mi pequeña entra mis manos, era algo de esperarse, pero aun así me dolió.

19 años a mi lado para que en un segundo se fuera, aunque prometió visitarme así que estaba bien.

Mi empresa quedo al nombre de mi hija desde que nació. al igual que el puesto de Mark a su hijo, incluso la empresa la pusimos al nombre de esos dos ya que a Tahiel lo quería como un hijo.

Mire las fotos que tenía en el cuarto, Mikey tocaba mi espalda -¿Estamos muy viejo para tener otro hijo?

-Tenemos casi 40 años..bueno tu tienes ya casi 60.

-Sigo siendo joven- Mikey sonrió.

- ¿Quieres irte de viaje? - Toque su rostro.

- Donde tus vayas yo voy.

Deje la empresa y mi hija se hizo cargo junto a Tahiel, mi verdadera madre había salido de la cárcel y quería ver a Lyli pero lo prohibí.

Me dedique a gastar los millones que tenía, después de todo me sobraba demasiado.

Mikey y yo permanecimos juntos hasta el último suspiro de nuestras vidas.

Juntos mirábamos las estrellas, lástima que ahora yo era una de ellas.

Se que no fui una excelente persona, pero para ellos fui la mejor, me siento bien al saber que conocí al amor de mi vida después de algo que había desilusionado toda mi vida amorosa.

Tal vez lo que Shinichiro dejo en mí solo fue una lección y una esperanza de encontrar algo mejor.

Sea lo que sea me alegro de que pasara, pude conocerlo a él y pude formar una familia de la cual hasta el día de hoy no me arrepiento tener.

Todo tiene su final, al igual que esta historia, al igual que nuestras vidas, sin embargo, el amor que siento por esas dos personas no y el amor que siento por Mikey tampoco, te esperare hasta que también te toque, algún día también morirás y yo te esperare para reencontrarnos y volver a nuestras vidas.

Volveremos a tener ese encuentro en donde me volverás a preguntar o te preguntaré.

¿Eres mi destinado?

FIN



Mi Destinado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora