004: «Perverti du bus»

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Después de haberse ido Félix montado en el coche de Óscar, Mia emprendió el mismo camino de siempre a pie hacia la parada de autobús

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Después de haberse ido Félix montado en el coche de Óscar, Mia emprendió el mismo camino de siempre a pie hacia la parada de autobús. No quedaba demasiado lejos de su piso, pero si lo suficiente como para arrepentirse por no haberse colado en aquel descapotable.

Por el camino se fijó en algunas chicas de su edad que paseaban por la zona. Veía a muchas jóvenes acompañadas de sus novios, haciendo carantoñas incluso a aquellas horas de la mañana. Nunca se había considerado una chica ñoña y repelía a toda costa el amor y a los hombres, excepto a Félix, pero ver aquellas escenas le removía algo en el interior de su corazón. Aquella sensación le hacía recordar a su primer novio de la época en la que todavía vivía en Francia y eso no le gustaba nada.

Por suerte para ella, mientras llegaba a la parada de autobús se encontró a Mónica, estudiante de relaciones internacionales en la universidad y una de sus amigas más cercanas desde que llegó al país. Al verla, esta la saludó alzando una mano enérgicamente.

—¡Holaa! —gritó Mónica con su habitual vigor mañanero.

—Hola, ¿me estabas esperando?

—Bueno... En realidad es que se me había hecho un poco tarde y he venido corriendo para intentar llegar a tiempo, pero ya veo que he llegado incluso antes que tú. Cada día me impresiono a mí misma de alguna manera u otra.

—Ya veo...

—Todo por culpa de la desquiciada de mi compañera de piso. No la soporto, es que saca lo peor de mí. Justamente ahora estaba encerrada en el único baño del piso y yo necesitaba usarlo. ¿Tú crees que «Estoy usando el espejo» es una excusa aceptable? Ni que fuese el único espejo de toda la casa...

—No, no lo creo...

Mónica frunció el ceño. Normalmente, Mia solía mostrarse más participativa en las conversaciones que tenían, pero algo parecía estar fuera de lugar. Su actitud simplemente no era la habitual.

—Oye, ¿qué te pasa? ¿Estás bien?

—Si te digo la verdad... Me noto rara —dijo mirando pensativa al cielo.

—Explícate.

Las chicas empezaron a caminar hacia la parada de autobús.

—Pues ahora que Félix se ha echado novio... Creo que me estoy sintiendo un poco decepcionada. No me malinterpretes, no soy homófoba ni nada, aunque no entiendo cómo a alguien le pueden gustar los hombres, si es que son lo peor. Son guarros, pedantes, egocéntricos, desconsiderados... El único hombre con el que me apetece pasar el resto de mi vida es con él, que ya es como si fuese mi niño. Eso de tener novio me parece que está sobrevaloradísimo, si al final son todo molestias innecesarias.

Mónica se quedó impactada por unos instantes. ¿Félix le había empezado a ocultar las cosas? Puede que no tuvieran una amistad tan íntima como la que tenía con Mia, pero no entendía el porqué no le contaría algo así.

Una mentira para Óscar [©]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora