022: Nueva normalidad

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Su voz le perforaba la mente

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Su voz le perforaba la mente. Los pocos instantes en los que pasó todo... Esos recuerdos le estaban consumiendo poco a poco. Oía cómo le gritaba, cómo le pedía ayuda desesperadamente y él no podía moverse, estaba petrificado. El abismo se lo tragaba poco a poco, como si alguien lo estuviera cogiendo por los pies, y él no podía hacer nada para salvarlo. Empezó a sudar, intentó moverse una vez más, pero fue inútil, lo único que conseguía era hacerse daño en las piernas, pegadas al suelo.

Hasta que al final se despertó.

Hacía tiempo que no soñaba con él. Aquella pesadilla recurrente había dejado de aparecérsele por las noches, pero había vuelto con más fuerza que nunca. Creía que ya había pasado página, pero el recuerdo le parecía más latente que nunca. No era algo que se pudiese superar tan fácilmente, pero ya habían pasado unos años y pensaba que había sido tiempo más que suficiente.

Abrió los ojos y respiró agitadamente hasta que entendió que no era más que una ensoñación. Todavía con la tensión en el cuerpo, pero algo más sosegado, buscó sus gafas, se las puso e intentó habituarse a la luz matutina, como de costumbre. Luego, notó una silueta inesperada a su lado, así que giró la cabeza y allí vio a Óscar, recostado junto a él en el lado derecho de la cama.

—Madre mía...

Por un momento se le había olvidado completamente que habían dormido juntos. Después de cenar con las chicas los dos estaban exhaustos, así que fueron directamente al dormitorio y Félix cayó tan pronto como tocó la cama y oyó a Óscar decirle «Buenas noches, amor». Todavía le parecía un poco raro que hubiese accedido a dormir con él casi sin preguntar, pero pensó que tal vez a él también le habría venido bien dormir acompañado después del entierro de su novia. Fuera como fuese, se sentía un poco más seguro despertando con él cerca después de una pesadilla.

—Buenos días —dijo Óscar con tono dulce y aún adormilado—. ¿Cómo has dormido?

El chico abrió los ojos y se fijó en el rubio, todo sudado.

—¿Estás bien? ¿Has tenido una pesadilla?

Félix lo miró, pensativo, y enseguida decidió mentirle.

—No, es que dormir contigo me ha dado calor...

—Ah, ¿ya de buena mañana me vas con esas? Menos mal que no somos novios de verdad, que si no ya nos quedábamos aquí toda la mañana... —dijo riéndose—. Me acordaré de esa frase, no te preocupes.

«¿Qué querrá decir con eso? Pervertido...», pensó Félix.

Óscar se levantó luciendo sus ajustados bóxers negros y su camiseta de tirantes gris y se dirigió hacia el pasillo, decidido a ir al baño e ignorando completamente que tanto Mia como Mónica estaban sentadas en el sofá mientras se bebían una taza de café.

—Uy, pero bueno —suspiró Mónica.

—Buenos días —respondió él.

—Oye guapo, aquí vamos a tener que poner un par de reglas, no puedes ir por la casa semidesnudo enseñando brazo y paquete —gritó Mia.

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⏰ Última actualización: Oct 18 ⏰

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Una mentira para Óscar [©]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora